Señor Director:

En editorial del miércoles se afirma que el proyecto de carretera hídrica submarina sería mucho más caro que la carretera hídrica terrestre presentada el martes en el MOP. Primero, nuestro proyecto Aquatacama tiene un objetivo mucho más ambicioso: tomar en la desembocadura una pequeña fracción, ecológicamente sustentable, de las aguas vertidas al mar por algunos ríos de la zona centro sur de Chile, para solucionar el déficit sanitario y las dificultades de abastecimiento de todas las regiones del Norte Grande y Chico, potencialmente hasta Arica.

Respecto del costo, queremos aclarar que muy por el contrario de lo que se indica, una variante submarina sustancialmente similar en su caudal y destinos al pequeño proyecto terrestre, contando el transporte submarino más la elevación alrededor de la Ruta 5, tendrá un costo de US$ 0,57/m3 para una inversión de US$ 4.500 millones, lejano de los US$ 1,05/m3 y los US$ 6.000 millones del proyecto terrestre sin subvención ni cuota de empalme. Hay que comparar peras con peras.

Serán el Estado y la institucionalidad los que definan cuál de todos los proyectos presentados es más viable para Chile. Cualesquiera sean el nivel y la estructura tarifaria de las diferentes propuestas, solo el costo total —calculado como la combinación financiera de todos sus elementos— importará a los usuarios potenciales, ya que al final del día ellos son indiferentes al método que los abastecerá en agua a cantidad y calidad iguales.