El Partido Comunista, el mismo que dice defender férreamente los derechos de los trabajadores y se jacta de empoderar a las mujeres, estafó a una trabajadora de 76 años. No le pagaron su sueldo ni cotización alguna durante 29 años.

Esta situación, evidentemente paradójica si se contrasta con su retórica usual, de sorprendente no tiene nada.

La actitud de este partido no puede sino resultar predecible, viniendo de una ideología con un historial de explotación y abusos tan grande como la comunista.

Un partido que en el último tiempo no ha dejado de señalar desde un pedestal de arrogancia moral, a cada uno de los supuestos culpables por los defectos del país, no es capaz de cumplir dignamente ni con sus propios trabajadores.

Si van a hablar de los 30 años, que sean los 30 años que tuvo que sufrir esa mujer bajo el alero de su estafa.