Cada año, se acumulan cerca de $20 mil millones de excedentes de cotización de los afiliados de isapres. Esto ocurre cuando el precio del plan es menor al 7% obligatorio que se descuenta del sueldo.

Hasta ahora, esos montos solo podían ser utilizados por los beneficiarios en compras en farmacias o en el pago de prestaciones en instituciones en convenio con cada aseguradora. Sin embargo, el sábado pasado se publicó una ley (de iniciativa parlamentaria) que permite que estos excedentes puedan ser utilizados en cualquier prestador —con o sin convenio—, y, además, obliga a las aseguradoras a restituir, cada año y a cada afiliado, los excedentes que cada uno acumuló.

Según cifras de la Superintendencia de Salud, más de 1,1 millones de personas tienen excedentes sin cobrar; es decir, se trata del 60% de los cotizantes del sistema privado. En total, son más de $88 mil millones, lo que significa que cada afiliado tiene un promedio de $75 mil que su isapre deberá devolverle en dinero (ver infografía).

El superintendente de Salud (s), Patricio Fernández, explica que para que entre en vigencia la normativa, 'tenemos que elaborar una norma general para determinar cómo se van a realizar las devoluciones, pero no se debería tardar más de dos meses'.

Con todo, Victoria Beaumont, directora ejecutiva de Fundación Politopedia, afirma que el cambio es discriminatorio, ya que beneficia mayoritariamente a los hombres jóvenes de entre 25 y 39 años, que representan el 50,1% de los excedentes acumulados a diciembre de 2018. En cambio, todas las mujeres del sistema solo representan el 21%.

La opción del veto

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, admite que se analizó aplicar un veto presidencial a la iniciativa, pero que finalmente el Presidente Piñera desechó la idea. Para el jefe de la cartera, 'es una ley que tiene una idea de que la cotización es de propiedad de cada persona y no tiene la visión de que es un impuesto a la salud. Es extraño que parlamentarios de izquierda hayan sacado adelante una idea que va en contra de la solidaridad en el sistema privado, que es hacia donde se está tratando de avanzar' (ver recuadro).

Manuel Inostroza, exsuperintendente de Salud y director de Espacio Público, dice que la nueva norma 'es una barbaridad legislativa. Quiere decir que nuestros parlamentarios lamentablemente no logran entender que las reformas que el sistema de salud chileno necesita van más bien por profundizar la lógica de seguridad social y esto tiene el sentido contrario'.

Además, advierte que el cambio provocará que para muchos beneficiarios jóvenes de Fonasa va a ser más barato y atractivo estar en el sistema privado, porque en el público 'van a tener que cotizar su 7%, mientras que en una isapre podrán cotizar por el 6% o 5%, si se considera la rebaja de la devolución en dinero de sus excedentes'.

Una opinión diferente es la de Rafael Caviedes, expresidente de la Asociación de Isapres, quien indica que 'es una medida excelente. Se debe flexibilizar el uso de los excedentes, pues son parte de la cotización para salud y esto reafirma que la cotización le pertenece al trabajador'.

Por su parte, Gonzalo Simón, gerente general de la Asociación de Isapres, dice que 'los excedentes son recursos de los cotizantes para uso de sus necesidades y las de sus familias. Las isapres tomarán todas las medidas para cumplir con la normativa'.

¿Vuelta atrás?

Pese a esto, el ministro Mañalich plantea que esta nueva normativa 'va a funcionar por tiempo limitado. Una vez que se apruebe la reforma a las isapres —que está en discusión en el Congreso—, esto dejará de aplicarse, porque se introducirá solidaridad al sistema privado'.

Sin embargo, Beaumont recalca que 'una vez interiorizado como un derecho entre los cotizantes de isapres, no será fácil revertir esto en la próxima legislación'.