Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2018-07-20
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 72-73-74-75-76
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Sección: Vida & Estilo - vinos
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Centimetraje: 27x99
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Peter "Richards, Master of Wine
"HAY QUE ESCRIBIR UN NUEVO MAPA DE CHILE A TRAVÉS DE SUS VINOS"
El experto inglés cuenta su visión sobre el actual momento del vino chileno y lo que -a su juicio- hay que hacer para consolidarlo internacionalmente.
La relación de Peter Richards con Chile es curiosa y a la vez importante para él. En 1999 vino a nuestro país para trabajar como periodista en una pubicación para extranjeros residentes en Santiago. Aunque nada sabía de vinos, su jefe le pidió que reporteara sobre algunas bodegas y su producción para una guía que finalmente nunca se hizo. Su experiencia en el Chile de fines de los noventa no sólo le permitió recorrer el país y perfeccionar su español, sino que lo metió de lleno en el mundo del vino; de vuelta en Inglaterra decidió estudiar para transformarse en un Master of Wine. Es decir, un experto certificado en esta bebida.
Richards ya lleva cerca de una década como presentador de programas de televisión sobre vino y es un habitual colaborador de medios especializados como Decanter y The World of Fine Wine. Con este currículum a cuestas, e invitado por Wines of Chile, pasó hace algunos días por aquí y —era que no—probó los vinos nacionales.
-¿QUÉ IMPRESIÓN TE LLEVAS DE LOS VINOS QUE PUDISTE PROBAR EN ESTA VISITA?
-Afortunadamente, tengo la oportunidad de probar también muchos vinos chilenos en el Reino Unido, por lo que en este viaje lo que traté de hacer fue volver a las raíces, a la base, visitando a productores clásicos en lugares como Colchagua, Cachapoal o Curicó.
-¿POR QUÉ QUISISTE HACER ESO?
-Porque en este momento todos hablan de Itata y Elqui... ¡y eso es fantástico! Pero me pareció importante en esta oportunidad revisar lo que está pasando por el lado más tradicional, por las zonas y variedades más convencionales. Reevaluar lo que están haciendo y analizar lo que los hace únicos.
-¿QUÉ TE PARECIÓ LO QUE VISTE Y PROBASTE?
-Para alguien como yo, que conoce bien Chile, la verdad es que es magnífico ver cómo los actores más tradicionales de la industria están ayudando a reinventar el vino chileno y adaptarse ellos también, haciéndose más elegantes, expresando mejor sus terroir y creando vinos diferentes. Entonces, lo que pasa ahora es que beber estos grandes vinos es mucho más seguro y a la vez reconfortante que hace diez o quince años. Además, la intención por diferenciarse de otros vinos, por tener carácter, es algo que ahora está mucho más metido en la mente de los productores, y por eso se está viviendo un tan buen momento con el vino chileno. Antes eran soólo unos pocos los que querían avanzar en esta dirección.
-¿SE ESTABAN QUEDANDO UN POCO ATRÁS LOS VINOS TRADICIONALES?
-Sí, y se estaba corriendo el riesgo de que el mercado chileno se convirtiera en uno muy extremo, donde solo la innovación y los nuevos valles fuesen representativos de su industria. Pero afortunadamente la cosa se ha ido equilibrando bastante bien. Creo que el productor chileno es muy resiliente, como los chilenos en general. En el caso del vino, ha tomado tiempo encontrar un estilo propio, porque en décadas pasadas se siguió el gusto de asesores externos. Primero fueron los franceses y luego a partir de los noventa, con los nuevos mercados de exportación que se abrieron, se miró mucho a Estados Unidos y creo que ahora por fin el vino chileno se está tornando mucho más elegante en su expresión, que es lo que más me gusta. Pero esto se sigue moviendo, porque Chile debe ser el país productor de vinos más dinámico del mundo. Lo que ha pasado acá, la cantidad de hectáreas que se han plantado en los últimos veinte años, no ha pasado en ningún otro lugar del mundo.
-¿EL FUTURO DEL VINO CHILENO VA POR LOS VINOS CLÁSICO, LOS MÁS EXTREMOS, O HAY MERCADO PARA TODOS?
-Hay futuro para Chile está en su diversidad. Durante años se ha dicho que no hay una imagen clara del vino chileno y lo cierto es que su imagen es justamente eso, lo diverso de sus vinos. Porque ningún otro país productor de vinos tiene la diversidad geográfica que ustedes tienen. Es decir, que tener tantos viñedos tan variados, en distintos puntos del país, con diferentes climas, alturas, cepas y obviamente resultados es algo natural en Chile. Pero todo esto es un proceso lento.
-¿POR QUÉ?
-Porque toma tiempo producir buenos vinos y luego hacerse de un reconocimiento en mercados extranjeros. Mira lo que ha pasado con vinos de ciertas regiones de Francia o Italia, les ha tomado décadas en llegar al nivel de prestigio que tienen hoy. Así que las cosas en Chile necesariamente irán lento.
-¿EXISTE ALGUNA RECETA PARA TRABAJAR EN ESTA DIRECCIÓN?
-Que cada productor en cada zona se concentre en el vino que mejor hace, el que mejores resultados le da y lo transforme en un vino único. Y con ese resultado en una botella, salir a venderlo a mercados extranjeros. Esa es la historia que se ha dado con vinos de todo el mundo que han alcanzado éxito internacional. Ha pasado con franceses e italianos, pero también con sudafricanos y australianos. Chile necesita reposicionarse en el mercado internacional, esa es su lucha actual. Para eso, la única alternativa es hacer vinos únicos. Vinos que la gente quiera beber y que sepa que solo se los puede comprar a ustedes. Ahí está el futuro.
Vinos XXL
-¿DE MOMENTO, EL VINO CHILENO SIGUE SIENDO DESTACADO FUNDAMENTALMENTE POR SU BUEN PRECIO?
-Sí, el precio es un gran tema. El vino chileno sustenta buena parte de su reputación gracias a la buena relación precio-calidad que siempre ha tenido. Ahora, en lo personal, me parece que este aspecto de los vinos chilenos no es algo malo, porque tener un buen precio puede ser un factor que te diferencie de la competencia y no necesariamente es sinónimo de vinos baratos. Se trata de precios justos más que barato o caro. La industria chilena tendría que aspirar a crecer hacia el segmento de los vinos premium, pero con precios justos. Creo que Chile, por la calidad de sus vinos se merece llegar a niveles más premium, porque son vinos, finos y con personalidad.
-¿CÓMO DEFINIRÍAS EL VINO CHILENO A ALGUIEN QUE NO LO CONOCE?, ¿QUÉ TIENE EL VINO CHILENO DE PARTICULAR?
-Recién estamos entendiendo el vino chileno. Veamos su historia, el vino chileno es cinsault, moscatel, carignan... creo que estamos empezando a ver mucho carácter en esos vinos. Pero por el lado de los cabernet sauvignon estamos viendo nuevos vinos, como te decía antes, más elegantes, muy sutiles. No es California, no es Australia, no es Argentina, no es Francia... Chile está entremedio de todo eso. Creo que hay mucho futuro para el cabernet franc y el malbec, que no es como el de los argentinos. Y están los blancos, como los chardonnay que han ido apareciendo o los mismos moscatel de, por ejemplo, Huarilihue; que tienen una frescura que no se consigue en ningún otro rincón del mundo. Y está el semillón, que es muy interesante y hay muy poco. De hecho, hay que decirle a la gente que no arranque ni una planta más de semillón, por favor, porque ese es un vino que tiene mucho futuro. En resumen, y respondiendo a tu pregunta, Chile es diferente a todo lo que existe, ahí está su gracia.
-¿QUÉ RECUERDAS DE LOS VINOS CHILENOS QUE PROBASTE POR PRIMERA VEZ EN CHILE HACE CASI VEINTE AÑOS?
-Bueno, los recuerdo con mucho cariño porque fueron mi primera experiencia profesional con el vino. Pero en veinte años muchas cosas han cambiado, no solo los vinos. Ha cambiado la mentalidad de la gente que los hace, el país, la política, todo. Recuerdo que en esos años, el vino chileno era muy fácil de beber. Costaba mucho encontrar un vino que te desafiara. Además, eran todos en un estilo más o menos parecido. Por esos años, los vinos venían de Colchagua, Maipo, Casa Blanca y no había mucho más. Tenían mucha madera, mucha madurez, mucho de todo. ¡Eran vinos XXL! Entonces no había diversidad que reflejar en los vinos, a diferencia de lo que pasa ahora.
Lo que puede o debe venir
-DECÍAS QUE LOS PRODUCTORES DE VINO TAMBIÉN HAN CAMBIADO.
-Sí, porque ahora tienen más confianza en lo que hacen. Son conscientes a la hora de producir vino y me parece que eso es fantástico y fundamental. Porque los consultores extranjeros te pueden ayudar, pero la identidad propia la tendrán que sacar los propios chilenos, los productores. En 1999 me preguntaban a mí, por ser inglés, qué creía que deberían hacer con el vino. Ahora eso no pasa, tienen la cosa más clara, confitan en lo que están haciendo. Hay que tener cierta arrogancia para hacer vino, por eso los franceses se manejan tan bien, y creo que los productores chilenos la están teniendo actualmente, a pesar del carácter humilde y tranquilo que los caracteriza a todos ustedes.
-HABLAS SOBRE LA DIVERSIDAD EN EL VINO CHILENO Y NO DEJO DE PENSAR LO ATRASADOS QUE ESTAMOS CON EL TEMA DE LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN, QUE AYUDARÍA MUCHO A REGISTRAR JUSTAMENTE ESTA DIVERSIDAD.
-Sí, toda la razón, y entiendo que Wines of Chile está trabajando duro para avanzar en ese tema y que el gobierno los está apoyando. Creo que sería fantástico para territorios como Itata, por ejemplo, tener su propia denominación de origen. Pero, una vez más, se trata de un proceso muy lento, porque implica legislar y dejar las cosas bien establecidas para que luego duren y funcionen. Creo que es fundamental que el mundo político ayude a la industria del vino, estamos hablando de una industria que en todo el mundo tiene apoyos estatales importantes. Entonces, se necesita al Estado en el tema de las denominaciones de origen, pero también en la promoción en el extranjero. Hay que comunicar lo que es el vino chileno al resto del mundo. Explicar su geografía, sus valles, su terroir y su complejidad. Hay que escribir un nuevo mapa de Chile a través de sus diferentes vinos.
-MÁS ALLÁ DE CHILE, EN TODO EL MUNDO SE ESTÁ BEBIENDO MENOS VINO, Y LA COMPETENCIA CON LOS DESTILADOS Y LA CERVEZA ES FEROZ. ¿QUÉ SE PUEDE HACER AL RESPECTO?
-Hay que tomarlo como una oportunidad porque el vino siempre se ha sentido como una industria aparte de la de destilados y otras bebidas, y eso me parece muy loco. La única forma de competir en la actualidad es darse cuenta de que el vino comparte mercado con el gin, el vodka, la cerveza e incluso el café; están todos en lo mismo. Incluso podríamos decir que estamos en el mismo mercado que la marihuana en Estados Unidos, así que hay que estar atentos, mirando la fotografía completa, no solo una parte. Eso de querer competir solo con tu vecino o el que se te parece es un error.
El mercado se seguirá haciendo complejo porque, por ejemplo, ahora en el Reino Unido han entrado fuertemente las bebidas sin alcohol con todo esto del vivir sanamente.
-¿CADA VEZ SE BEBERÁ MENOS VINO?
-Dificil saberlo, pero es posible que muchos consumos vayan a la baja. Aún así, creo que siempre existirá un saludable mercado internacional para el vino y más para los que sepan diferenciarse del resto. Hay que contarles a todos acerca de la magia de este mundo que es fascinante. Pero la competencia hoy es brutal, eso es cierto.
Recuadro
"LO QUE HA PASADO ACÁ, LA CANTIDAD DE HECTÁREAS QUE SE HAN PLANTADO EN LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS, NO HA PASADO EN NINGÚN OTRO LUGAR DEL MUNDO".
"CHILE NECESITA REPOSICIONARSE EN EL MERCADO INTERNACIONAL, ESA ES SU LUCHA ACTUAL. PARA ESO, LA ÚNICA ALTERNATIVA ES HACER VINOS ÚNICOS. VINOS QUE LA GENTE QUIERA BEBER Y QUE SEPA QUE SOLO SE LOS PUEDE COMPRAR A USTEDES. AHÍ ESTÁ EL FUTURO".
Pie de pagina
POR ALVARO PERALTA SÁINZ FOTOS: VERÓNICA ORTIZ-
Nex Prensa Escrita
Peter "Richards, Master of Wine
"HAY QUE ESCRIBIR UN NUEVO MAPA DE CHILE A TRAVÉS DE SUS VINOS"
El experto inglés cuenta su visión sobre el actual momento del vino chileno y lo que -a su juicio- hay que hacer para consolidarlo internacionalmente.
La relación de Peter Richards con Chile es curiosa y a la vez importante para él. En 1999 vino a nuestro país para trabajar como periodista en una pubicación para extranjeros residentes en Santiago. Aunque nada sabía de vinos, su jefe le pidió que reporteara sobre algunas bodegas y su producción para una guía que finalmente nunca se hizo. Su experiencia en el Chile de fines de los noventa no sólo le permitió recorrer el país y perfeccionar su español, sino que lo metió de lleno en el mundo del vino; de vuelta en Inglaterra decidió estudiar para transformarse en un Master of Wine. Es decir, un experto certificado en esta bebida.
Richards ya lleva cerca de una década como presentador de programas de televisión sobre vino y es un habitual colaborador de medios especializados como Decanter y The World of Fine Wine. Con este currículum a cuestas, e invitado por Wines of Chile, pasó hace algunos días por aquí y —era que no—probó los vinos nacionales.
-¿QUÉ IMPRESIÓN TE LLEVAS DE LOS VINOS QUE PUDISTE PROBAR EN ESTA VISITA?
-Afortunadamente, tengo la oportunidad de probar también muchos vinos chilenos en el Reino Unido, por lo que en este viaje lo que traté de hacer fue volver a las raíces, a la base, visitando a productores clásicos en lugares como Colchagua, Cachapoal o Curicó.
-¿POR QUÉ QUISISTE HACER ESO?
-Porque en este momento todos hablan de Itata y Elqui... ¡y eso es fantástico! Pero me pareció importante en esta oportunidad revisar lo que está pasando por el lado más tradicional, por las zonas y variedades más convencionales. Reevaluar lo que están haciendo y analizar lo que los hace únicos.
-¿QUÉ TE PARECIÓ LO QUE VISTE Y PROBASTE?
-Para alguien como yo, que conoce bien Chile, la verdad es que es magnífico ver cómo los actores más tradicionales de la industria están ayudando a reinventar el vino chileno y adaptarse ellos también, haciéndose más elegantes, expresando mejor sus terroir y creando vinos diferentes. Entonces, lo que pasa ahora es que beber estos grandes vinos es mucho más seguro y a la vez reconfortante que hace diez o quince años. Además, la intención por diferenciarse de otros vinos, por tener carácter, es algo que ahora está mucho más metido en la mente de los productores, y por eso se está viviendo un tan buen momento con el vino chileno. Antes eran soólo unos pocos los que querían avanzar en esta dirección.
-¿SE ESTABAN QUEDANDO UN POCO ATRÁS LOS VINOS TRADICIONALES?
-Sí, y se estaba corriendo el riesgo de que el mercado chileno se convirtiera en uno muy extremo, donde solo la innovación y los nuevos valles fuesen representativos de su industria. Pero afortunadamente la cosa se ha ido equilibrando bastante bien. Creo que el productor chileno es muy resiliente, como los chilenos en general. En el caso del vino, ha tomado tiempo encontrar un estilo propio, porque en décadas pasadas se siguió el gusto de asesores externos. Primero fueron los franceses y luego a partir de los noventa, con los nuevos mercados de exportación que se abrieron, se miró mucho a Estados Unidos y creo que ahora por fin el vino chileno se está tornando mucho más elegante en su expresión, que es lo que más me gusta. Pero esto se sigue moviendo, porque Chile debe ser el país productor de vinos más dinámico del mundo. Lo que ha pasado acá, la cantidad de hectáreas que se han plantado en los últimos veinte años, no ha pasado en ningún otro lugar del mundo.
-¿EL FUTURO DEL VINO CHILENO VA POR LOS VINOS CLÁSICO, LOS MÁS EXTREMOS, O HAY MERCADO PARA TODOS?
-Hay futuro para Chile está en su diversidad. Durante años se ha dicho que no hay una imagen clara del vino chileno y lo cierto es que su imagen es justamente eso, lo diverso de sus vinos. Porque ningún otro país productor de vinos tiene la diversidad geográfica que ustedes tienen. Es decir, que tener tantos viñedos tan variados, en distintos puntos del país, con diferentes climas, alturas, cepas y obviamente resultados es algo natural en Chile. Pero todo esto es un proceso lento.
-¿POR QUÉ?
-Porque toma tiempo producir buenos vinos y luego hacerse de un reconocimiento en mercados extranjeros. Mira lo que ha pasado con vinos de ciertas regiones de Francia o Italia, les ha tomado décadas en llegar al nivel de prestigio que tienen hoy. Así que las cosas en Chile necesariamente irán lento.
-¿EXISTE ALGUNA RECETA PARA TRABAJAR EN ESTA DIRECCIÓN?
-Que cada productor en cada zona se concentre en el vino que mejor hace, el que mejores resultados le da y lo transforme en un vino único. Y con ese resultado en una botella, salir a venderlo a mercados extranjeros. Esa es la historia que se ha dado con vinos de todo el mundo que han alcanzado éxito internacional. Ha pasado con franceses e italianos, pero también con sudafricanos y australianos. Chile necesita reposicionarse en el mercado internacional, esa es su lucha actual. Para eso, la única alternativa es hacer vinos únicos. Vinos que la gente quiera beber y que sepa que solo se los puede comprar a ustedes. Ahí está el futuro.
Vinos XXL
-¿DE MOMENTO, EL VINO CHILENO SIGUE SIENDO DESTACADO FUNDAMENTALMENTE POR SU BUEN PRECIO?
-Sí, el precio es un gran tema. El vino chileno sustenta buena parte de su reputación gracias a la buena relación precio-calidad que siempre ha tenido. Ahora, en lo personal, me parece que este aspecto de los vinos chilenos no es algo malo, porque tener un buen precio puede ser un factor que te diferencie de la competencia y no necesariamente es sinónimo de vinos baratos. Se trata de precios justos más que barato o caro. La industria chilena tendría que aspirar a crecer hacia el segmento de los vinos premium, pero con precios justos. Creo que Chile, por la calidad de sus vinos se merece llegar a niveles más premium, porque son vinos, finos y con personalidad.
-¿CÓMO DEFINIRÍAS EL VINO CHILENO A ALGUIEN QUE NO LO CONOCE?, ¿QUÉ TIENE EL VINO CHILENO DE PARTICULAR?
-Recién estamos entendiendo el vino chileno. Veamos su historia, el vino chileno es cinsault, moscatel, carignan... creo que estamos empezando a ver mucho carácter en esos vinos. Pero por el lado de los cabernet sauvignon estamos viendo nuevos vinos, como te decía antes, más elegantes, muy sutiles. No es California, no es Australia, no es Argentina, no es Francia... Chile está entremedio de todo eso. Creo que hay mucho futuro para el cabernet franc y el malbec, que no es como el de los argentinos. Y están los blancos, como los chardonnay que han ido apareciendo o los mismos moscatel de, por ejemplo, Huarilihue; que tienen una frescura que no se consigue en ningún otro rincón del mundo. Y está el semillón, que es muy interesante y hay muy poco. De hecho, hay que decirle a la gente que no arranque ni una planta más de semillón, por favor, porque ese es un vino que tiene mucho futuro. En resumen, y respondiendo a tu pregunta, Chile es diferente a todo lo que existe, ahí está su gracia.
-¿QUÉ RECUERDAS DE LOS VINOS CHILENOS QUE PROBASTE POR PRIMERA VEZ EN CHILE HACE CASI VEINTE AÑOS?
-Bueno, los recuerdo con mucho cariño porque fueron mi primera experiencia profesional con el vino. Pero en veinte años muchas cosas han cambiado, no solo los vinos. Ha cambiado la mentalidad de la gente que los hace, el país, la política, todo. Recuerdo que en esos años, el vino chileno era muy fácil de beber. Costaba mucho encontrar un vino que te desafiara. Además, eran todos en un estilo más o menos parecido. Por esos años, los vinos venían de Colchagua, Maipo, Casa Blanca y no había mucho más. Tenían mucha madera, mucha madurez, mucho de todo. ¡Eran vinos XXL! Entonces no había diversidad que reflejar en los vinos, a diferencia de lo que pasa ahora.
Lo que puede o debe venir
-DECÍAS QUE LOS PRODUCTORES DE VINO TAMBIÉN HAN CAMBIADO.
-Sí, porque ahora tienen más confianza en lo que hacen. Son conscientes a la hora de producir vino y me parece que eso es fantástico y fundamental. Porque los consultores extranjeros te pueden ayudar, pero la identidad propia la tendrán que sacar los propios chilenos, los productores. En 1999 me preguntaban a mí, por ser inglés, qué creía que deberían hacer con el vino. Ahora eso no pasa, tienen la cosa más clara, confitan en lo que están haciendo. Hay que tener cierta arrogancia para hacer vino, por eso los franceses se manejan tan bien, y creo que los productores chilenos la están teniendo actualmente, a pesar del carácter humilde y tranquilo que los caracteriza a todos ustedes.
-HABLAS SOBRE LA DIVERSIDAD EN EL VINO CHILENO Y NO DEJO DE PENSAR LO ATRASADOS QUE ESTAMOS CON EL TEMA DE LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN, QUE AYUDARÍA MUCHO A REGISTRAR JUSTAMENTE ESTA DIVERSIDAD.
-Sí, toda la razón, y entiendo que Wines of Chile está trabajando duro para avanzar en ese tema y que el gobierno los está apoyando. Creo que sería fantástico para territorios como Itata, por ejemplo, tener su propia denominación de origen. Pero, una vez más, se trata de un proceso muy lento, porque implica legislar y dejar las cosas bien establecidas para que luego duren y funcionen. Creo que es fundamental que el mundo político ayude a la industria del vino, estamos hablando de una industria que en todo el mundo tiene apoyos estatales importantes. Entonces, se necesita al Estado en el tema de las denominaciones de origen, pero también en la promoción en el extranjero. Hay que comunicar lo que es el vino chileno al resto del mundo. Explicar su geografía, sus valles, su terroir y su complejidad. Hay que escribir un nuevo mapa de Chile a través de sus diferentes vinos.
-MÁS ALLÁ DE CHILE, EN TODO EL MUNDO SE ESTÁ BEBIENDO MENOS VINO, Y LA COMPETENCIA CON LOS DESTILADOS Y LA CERVEZA ES FEROZ. ¿QUÉ SE PUEDE HACER AL RESPECTO?
-Hay que tomarlo como una oportunidad porque el vino siempre se ha sentido como una industria aparte de la de destilados y otras bebidas, y eso me parece muy loco. La única forma de competir en la actualidad es darse cuenta de que el vino comparte mercado con el gin, el vodka, la cerveza e incluso el café; están todos en lo mismo. Incluso podríamos decir que estamos en el mismo mercado que la marihuana en Estados Unidos, así que hay que estar atentos, mirando la fotografía completa, no solo una parte. Eso de querer competir solo con tu vecino o el que se te parece es un error.
El mercado se seguirá haciendo complejo porque, por ejemplo, ahora en el Reino Unido han entrado fuertemente las bebidas sin alcohol con todo esto del vivir sanamente.
-¿CADA VEZ SE BEBERÁ MENOS VINO?
-Dificil saberlo, pero es posible que muchos consumos vayan a la baja. Aún así, creo que siempre existirá un saludable mercado internacional para el vino y más para los que sepan diferenciarse del resto. Hay que contarles a todos acerca de la magia de este mundo que es fascinante. Pero la competencia hoy es brutal, eso es cierto.
"LO QUE HA PASADO ACÁ, LA CANTIDAD DE HECTÁREAS QUE SE HAN PLANTADO EN LOS ÚLTIMOS VEINTE AÑOS, NO HA PASADO EN NINGÚN OTRO LUGAR DEL MUNDO".
"CHILE NECESITA REPOSICIONARSE EN EL MERCADO INTERNACIONAL, ESA ES SU LUCHA ACTUAL. PARA ESO, LA ÚNICA ALTERNATIVA ES HACER VINOS ÚNICOS. VINOS QUE LA GENTE QUIERA BEBER Y QUE SEPA QUE SOLO SE LOS PUEDE COMPRAR A USTEDES. AHÍ ESTÁ EL FUTURO".
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2018-07-20
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 72-73-74-75-76
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Sección: Vida & Estilo - vinos
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Centimetraje: 27x99
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