A septiembre de 2018, los hospitales del país adeudaban $354 mil millones a sus proveedores de insumos, equipamiento y medicamentos. Un aumento de $31 mil millones en los últimos tres meses. El endeudamiento ha ido en constante aumento durante la última década y es algo que pueden resentir los pacientes: al dejar de pagar a los proveedores, se arriesga que estos dejen de suministrar los servicios contratados y baje la capacidad de atención.

La Subsecretaría de Redes Asistenciales proyecta que al 31 de diciembre el sistema público mantendrá una morosidad por $261 mil millones, 9% más que en 2017. Eso sí, el incremento es casi la mitad de lo que venía creciendo años anteriores.

Según Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, 'si la deuda sube este año a una tasa del 9%, significa que hubo una mayor preocupación para controlar el crecimiento, que fue razonablemente exitoso, ya que venía creciendo por sobre el 20%'. Pero la deuda que proyecta Salud es considerando los aportes extraordinarios de recursos que se han inyectado a la cartera, dos veces, durante este año.

El primero fue de $150 mil millones en agosto, y el segundo, $293 mil millones, que ya están aprobados, y que deberían ser traspasados a los hospitales durante este mes.

Así, si el sistema no recibiera estas remesas extraordinarias, la deuda proyectada a fin de año sería casi el triple. De hecho, la estimación de la cartera es que el déficit de Salud en 2018 será de $705 mil millones, 11% más que el 2017.

Mauricio Verdejo, jefe de la División de Presupuesto del Ministerio de Salud, asegura que 'la proyección del sector era que íbamos a terminar con un déficit de más de $1 billón, nuestra primera proyección fue de $788 mil millones, pero ahora proyectamos $705 mil millones'.

Una mirada distinta tiene Eduardo del Solar, director ejecutivo de la Asociación de Proveedores de la Industria de Salud (Apis): 'Para nosotros este año ha sido peor que el pasado, los hospitales han estado demorando los pagos porque han privilegiado la gestión'. Además, dice que según sus cálculos, Salud podría estar 'quedándose corto en el aumento de 9% de la deuda este año'.

Pese a que las estimaciones no son del todo alentadoras y que la deuda este año se mantuvo al alza, el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, afirma que 'el déficit operacional comparativo de este año es menor que el año pasado. La tendencia se quebró, el déficit operacional disminuyó y el próximo año va a ser mejor'.

Destaca que en 2018 la producción de los recintos ha aumentado 8%, lo que también se reflejaría en un mayor gasto en el sistema. 'La eficiencia del gasto ha ido aumentando, la satisfacción en los hospitales ha ido mejorando, y el déficit operacional se ha ido reduciendo', asegura Castillo. Agrega que 'nuestras proyecciones son que el 2019 vamos a disminuir el déficit operacional entre un 6% y 8% comparativamente a este año'.

Esta baja, explican en la cartera, estaría justificada por cambios de gestión como el aumento de la canasta de medicamentos esenciales de Cenabast, compras conjuntas entre distintos servicios de salud que abaratan costos y ahorros por eficiencia.

En tanto, Héctor Sánchez asegura que una reducción de esa magnitud se puede lograr 'aumentando un poco el presupuesto'. Cada año uno de los principales problemas que tiene el sistema público es que el presupuesto que se le asigna a la cartera está subvalorado respecto del gasto real.

Juan Luis Castro (PS), presidente de la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, afirma que en el presupuesto 2019 hace falta 'la capacidad de superar la brecha estructural del sistema, es decir, equilibrar los costos con los precios de las atenciones en Fonasa e impedir que haya este subsidio permanente que Hacienda tiene que colocar todos los años para reparar parcialmente la deuda'.