La firma china Singulato Motors comunicó ayer la inversión de US$ 2.390 millones, destinados a la creación de un centro de investigación y fabricación de "vehículos de nueva energía" (VNE) en las ciudad de Suzhou (oeste de Shanghái), durante los próximos cinco años.

Singulato Motors establecerá un centro global de innovación donde empleará a entre dos y tres mil investigadores, para desarrollar diferentes tecnologías como la conducción autónoma, informó la agencia estatal Xinhua.

En paralelo, la firma abrirá, en la misma ciudad, una base de producción de vehículos compactos de alta calidad, esto después de que Singulato Motors decidiera establecer una fábrica para producir coches de tamaño mediano y grande en la ciudad de Tongling, en el este de China, en 2016.

La compañía y la administración de la ciudad establecerán un fondo de US$ 1.590 miiones de inversión industrial, para brindar apoyo a empresas emergentes de la zona.

Singulato Motors, creada en 2014, se dedica a actividades relacionadas con vehículos que utilicen nuevas fuentes de energía, sistemas inteligentes y servicios de redes (informáticas) en la nube de autos.

China es el mayor mercado mundial del automóvil, razón por la que actualmente se plantea dar un salto en el desarrollo del sector, después que las autoridades informaran que estudian prohibir -en un futuro no determinado -la producción y venta de vehículos impulsados con combustibles fósiles.

Con la grave contaminación de las grandes ciudades como telón de fondo, pero también con el objetivo de colocar a China como líder tecnológico, el Gobierno central promueve desde hace años el desarrollo y venta de vehículos híbridos o eléctricos.

El año pasado más de 770.000 VNE se vendieron en el país, un 53,3% más respecto al año anterior.

Estados Unidos subió los aranceles a la importación de materias primas claves, como el acero y el aluminio, de las que China es su principal socio exportador. La medida fue tomada como el anuncio de una "guerra comercial", donde, indusive, la OMC opinó.

El gigante asiático, en contraparte, informó esta semana un alza del 25% en los impuestos a los vehículos, aviones y soyas producidos en EE.UU. El embajador de la Casa Blanca en Beijing, Terry Branstad, por su parte, advirtió que el gravamen sobre los cultivos sería contraproducente.