Con cuatro directores renunciados, tres de ellos vinculados a investigaciones por presuntas irregularidades durante sus respectivas gestiones, y el cuarto que declara haber optado por un proyecto partidista, termina el segundo año de su periodo el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp (Movimiento Autonomista).

Un 2018 con logros y problemas para quien se posicionó como el político sub 35 mejor evaluado del país (77%), de acuerdo a la última encuesta de Criteria Research, pero que también conduce la ciudad con el más bajo índice de calidad de vida en la Región, según el quinto estudio sobre la materia realizado por la Fundación P!ensa y Caja 18, aplicado por Adimark.

LAS RENUNCIAS
El 15 de noviembre se conoció la dimisión de la directora de Desarrollo Comunitario (Dideco) y exjefa de campaña del alcalde, Romina Maragaño, tras un informe que detectó ingresos no incorporados a las arcas municipales por el arriendo del estadio O'Higgins, cuya administración está en manos de la Dirección de Deportes, dependiente de Dideco.

Seis días después puso su cargo a disposición el director de Deportes, Cristián Álvarez. Y mientras Maragaño declaró que "tengo la seguridad de no haber cometido ningún acto ilicito", su ex-subalterno reiteró que todas sus acciones estaban en conocimiento de su jefatura.

El 26 lo hizo el llamado alcalde nocturno, Juan Carlos González, luego de que el concejal Marcelo Barraza (DC) revelara una denuncia que lo acusaba de cobrar arriendo por una patente de alcoholes, lo que derivó en un sumario y la presentación de su renuncia, aun cuando, al igual que en los casos anteriores, declaró su inocencia del hecho que se le atribuye.

Finalmente, el miércoles 26 se conoció el alejamiento -desde el 10 de febrero- del director del Departamento de Eventos, Robinson Delgado, quien lo atribuyó a la decisión de su movimiento, Nueva Fuerza, de que lidere la inscripción de un nuevo partido en la Región, aunque los concejales Iván Vuskovic (PC) y Marcelo Barraza apuntaron a lo que sería una mala gestión o cuestionamiento de la licitación para la semana placillana.

LUCES Y SOMBRAS
El año tuvo luces y sombras para la conducción comunal, que a fines de 2017 celebraba el fallo de la Corte Suprema que dejó sin efecto el permiso de edificación para el proyecto Puerto Barón, conocido como "mall Barón", en el sector del borde costero donde el 23 de agosto el Presidente anunció la construcción del Paseo del Mar, de 41.800 metros cuadrados, en el marco del Plan Valparaíso.

Antes, en mayo, la administración Sharp logró aprobar la modificación parcial al Plan Regulador Comunal con altura máxima de 9 metros para las futuras construcciones en las zonas altas de los cerros Barón, Placeres, Esperanza, Mariposas y Rocuant, además de la zona afectada por el megaincendio de 2014. Ello luego de que en enero su propuesta fuera rechazada en el concejo por 3 votos a favor y 7 en contra, por lo que el proceso tuvo que volver ala fase de audiencias públicas.

Otro punto de desencuentro, esta veza comienzos de noviembre, fue el de la posible venta del palacio Lyon al Ministerio de las Culturas. En atención a que desde la dirección del Museo de Historia Natural se les informó que el 31 de octubre había vencido el plazo para que el municipio respondiera la oferta de la cartera por el inmueble, sin que lo hubiera hecho, ocho de los 10 ediles le escribieron ala ministra pidiendo que revaluara el plazo y criticaron duramente lo que consideraron un hermetismo de la alcaldía. A la semana siguiente la ministra y el alcalde continuaron las conversaciones.

SUPERÁVIT DE CONTRATOS A mediados de noviembre, el informe trimestral de avance del ejercicio presupuestario reveló que el exceso de personal municipal llegó al 46,3%, superior al 42% de nuevos contratos en cada gestión alcaldicia que permite la Ley Orgánica de Municipalidades, lo que obligó al alcalde a comprometer medidas para sanear la situación.

A fin de mes, cuando presentó la propuesta de presupuesto 2019, por $77.718 millones, superior a los $ 71.722 millones de 2018, los concejales presentaron 10 observaciones.

Entre ellas figuraban, según lo indicado por sus promotores, entrega de cuentas por el gasto en publicidad y comunicaciones; incremento en la inversión destinada a consultorías para el desarrollo de proyectos y nueva infraestructura, asegurar los fondos para la habilitación de la plaza O'Higgins e informe de gastos de la Dirección de Eventos incluyendo los recursos externos recibidos.

Uno de los más críticos fue Luis Soto (UDI). Planteó que "no existe un mínimo acuerdo para aprobar el presupuesto, que no se hace cargo de las inversiones en obras civiles, como las pavimentaciones y la construcción de escaleras ( y tampoco) de la actual crisis en la Dirección de Depone con respecto a los auditorios municipales".

En todo caso, el 12 de este mes el presupuesto fue aprobado por unanimidad, en la línea de lo señalado por Barraza, que confiaba en "la nueva postura de buenas relaciones que el alcalde ha buscado generar".

"La aspiración que teníamos era poder construir un instrumento de gestión que con rigurosidad técnica pudiera hacerse cargo de las distintas necesidades de la ciudad, pero en particular, nos interesaba que reflejara las preocupaciones, observaciones, alcances y propuestas del Concejo Municipal, y que, por tanto, no sea solamente un instrumento de la alcaldía, sino que del Concejo también", resumió el alcalde de Valparaíso tras la aprobación de la billetera local para el próximo año.