Blandine Mulliez es la personificación de la elegancia de la mujer francesa: alta, de vestir sencillo, chic y con una gracia que revela lo justo y necesario de su personalidad, una que no suele estar en la prensa a pesar de pertenecer a una de las familias más ricas de su país. Dueños de grandes cadenas de supermercados y retail, el clan Mulliez proviene de la zona de Lille y su lema pareciera ser 'lo bueno no hace ruido, y el ruido no hace ningún bien', pues al revisar internet no es tan fácil encontrar entrevistas o declaraciones públicas de sus miembros más prominentes.

Sentada en la sala de reuniones de un hotel del centro de Santiago, que tiene tintes de un chateau, esta emprendedora se da el tiempo de conversar sobre el trabajo que hace la Fundación Entreprendre, organismo que preside y que apoya en su país a 27 organizaciones distintas entre las que se encuentra Réseau Entreprendre, la que está directamente relacionada con Netmentora en Chile.

Aunque trabajó muchos años en el mundo de la medicina, en 2008 se integró a la fundación creada por su padre en 1986 luego de que se viese obligado a despedir a 600 trabajadores de una empresa textil, un evento que luego confesaría que 'lo había enfermado', por lo que decidió fundarla para 'crear empleos para crear empleos'. Según Blandine Mulliez, 'el comercio tiene que ver con muchos puestos de trabajo y es sumamente importante hacernos cargo y cuidar a los empleados. Una empresa sin el recurso humano no es posible, son la esencia y tenemos que compartir el saber, el hacer y el tener con ellos. Eso es parte del valor central de la familia'.

El foco de su trabajo —que le ha valido altas distinciones del gobierno francés— está enfocado en darle acceso al emprendimiento a todo el mundo, independiente de la edad, la región o del género para que puedan concretar sus proyectos de vida. Según dice, 'cuando uno emprende, las cosas se hacen de manera saludable y a través de él vas a poder criar a tus hijos. En el fondo, no hay que desarrollar empresas, sino que hay que desarrollar personas porque detrás de ellas se forman las compañías'.

Sin miedo a evolucionar

Consiente de los desafíos que implica la automatización del trabajo, la incorporación de inteligencia artificial y los miedos que ello conlleva en los trabajadores, Blandine Mulliez sostiene que 'frente a la inteligencia artificial, la fuerza que vamos a mantener en las empresas es la relación de persona a persona. La evolución del hombre siempre continúa y hay que aceptarla, aprovecharla y hacer lo mejor de esto. Yo veo en la tecnología y en la inteligencia artificial enormes oportunidades para crear más empleo. El gran desafío acá, está en la educación para formar a las personas para que puedan aprovechar esto y para que puedan estar a la altura de esta evolución'.

—¿Cómo se incentiva a los jóvenes a crear empleo en lugar de buscar uno?

'La visión va por otro lado. No todo el mundo tiene la fibra, la fuerza o la confianza para ser emprendedor, pero lo importante es que cada uno encuentre su lugar donde pueda ser creativo independiente que sea como empleado. Es ahí donde encuentra su lugar en la sociedad y desde donde puede hacer cosas interesantes. Hay que motivar a los jóvenes a que hagan proyectos durables en el tiempo, porque es ahí donde se aporta valor a la sociedad. Ahí está la fuerza de las mentorías, en las que un empresario muestra cómo se pueden crear esas estructuras en el tiempo y que sean constantes'.