Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2018-05-30
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   C1
Sección:   NACIONAL
Centimetraje:   27x31

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INSUMOS.— El endeudamiento genera que los hospitales no puedan pagar deudas con sus proveedores de medicamentos, insumos y equipos médicos. Esto complica financieramente a las empresas y pone en riesgo la atención de calidad de los pacientes en el sistema público.
El Mercurio
Recursos inyectados fueron casi el doble que en el mismo período de 2017:
Pese a recibir $240 mil millones extras, deuda de hospitales llegó a $208 mil millones en abril
Expertos catalogan de 'saco roto' al sistema y proveedores dicen que remesas no mejoran problema estructural.
Los problemas económicos del sistema público de salud no son una historia reciente. El déficit en el sector se arrastra desde los años 90 y, desde entonces, el endeudamiento de los hospitales con sus proveedores de insumos, equipamiento y medicamentos ha tenido una constante tendencia al alza. Sin ir más lejos, en noviembre del año pasado se llegó al récord de $420 mil millones de deuda.

Y este año, según cifras de Fonasa, la situación parece seguir el mismo camino. Al 30 de abril, la deuda de los hospitales con sus proveedores llegó a $208.568 millones. Si bien la cifra es considerablemente menor al máximo histórico del año pasado, y un 10% menor que la deuda del mismo mes de 2017, el monto podría ser casi el doble de no ser por los recursos extraordinarios que han recibido los servicios de salud este año.

En total, son $240.676 millones entregados a los hospitales para pagar deuda en dos ocasiones (febrero y abril). Ese monto es casi el doble de la remesa recibida en el mismo período de 2017 ($122 mil millones) y el 85% corresponde a un aporte directo del fisco, mientras el resto son recursos de Fonasa.

A pesar de que esas remesas extraordinarias fueron mayores a las del año pasado, no hubo una baja significativa del endeudamiento (ver infografía). Es más, entre marzo y abril, los pagos pendientes de los hospitales crecieron $2 mil millones.

Efecto en los pacientes

"Esto parece un saco roto", asegura Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián, aunque afirma que "desgraciadamente es inevitable hacer esas inyecciones".

El experto detalla que cuando "los hospitales dejan de cumplir con sus compromisos económicos, especialmente con los proveedores, estos les cortan el aporte de insumos, medicamentos y todos los elementos esenciales para que funcione un hospital", agrega. Finalmente, todo esto pone en riesgo la atención que reciben los pacientes.

En tanto, Christian Hänel, presidente de la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS), asegura que "este abono que se hace año a año solo genera un desahogo temporal a la industria. No soluciona el problema estructural". Agrega que "no queremos poner en riesgo el abastecimiento de los centros asistenciales", pero asegura que igualmente "se está afectando a las personas debido a un desincentivo a la introducción de innovación tecnológica y la mala gestión de los hospitales".

Por su parte, el diputado Manuel Monsalve (PS) dice que hoy la brecha entre ingresos y gastos de los hospitales "es cercana a $50 mil millones por mes, por lo que uno sabe que el sistema en un año va a acumular una deuda de $600 mil millones".

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Ex autoridad afirma que proyectos con problemas son 'acotados'

La subsecretaria de Redes Asistenciales de la administración de Michelle Bachelet, Gisela Alarcón, salió a defender la gestión del gobierno anterior en materia de construcción de infraestructura sanitaria y afirmó que 'el esfuerzo fue inédito tanto en recursos como en gestión'. 'Esperamos que las nuevas autoridades asuman el desafío del trabajo continuo del Estado en estas materias, sin desprestigiar el trabajo serio que se realizó', afirmó. Así respondió Alarcón al reciente análisis hecho por el Minsal, que detectó 45 proyectos de infraestructura (hospitales y atención primaria) heredados del período anterior que están retrasados, judicializados o abandonados.

Para terminar esas obras, la actual subsecretaria de Redes Asistenciales, Gloria Burgos, estimó que se necesitan US$ 600 millones, y que 'está en riesgo' la ejecución. La ex subsecretaria afirmó que 'dejamos una entrega sólida, con un número muy acotado de obras (14) que presentaban alguna situación excepcional, junto con un plan de acción para cada una' y que 'ninguna obra quedó en estado de abandono; todas (quedaron) con procesos administrativos tendientes a abordar complejidades que puede presentar cualquier proyecto de inversión de estas magnitudes y custodiadas por sus respectivos servicios de salud'.
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MAX CHÁVEZ y NADIA CABELLO-