Algunas horas antes del discurso, el Gobierno distribuyó al oficialismo una minuta de ocho carillas con 'ideas fuerza' sobre la Cuenta Pública y sugerencias de reacciones al discurso, para alinear un mensaje único del oficialismo. El texto comenzaba señalando: '¿Qué hay después de quince meses? Más crecimiento, menos delincuencia y reformas que van a mejorar las jubilaciones, la salud, el trabajo y las oportunidades de la clase media. 2018 fue un buen año para Chile. Los hechos son categóricos y van a desmentir a los agoreros del pesimismo, a ese sector de la oposición que busca instalar la idea de un país en problemas', se señala, reforzando un cuestionamiento al gobierno anterior: 'No es nada fácil crecer un 4%: para los que tienen problemas de memoria, antes no llegábamos al 2%'.

El mensaje fue fielmente replicado por los dirigentes oficialistas. Pese a que el mandatario deslizó que 2019 será un año más difícil en materia económica —rebajando las expectativas de crecimiento para ese período (ver B 6)—, aseveró que Chile creció al 4% en 2018, lo que obedecía, según afirmó, a 'buenas políticas públicas'. Eso, entre otros avances del Gobierno —como en seguridad y migraciones—, relevaron desde Chile Vamos.

'Chile hoy está mejor, de todas maneras. Chile está creciendo, y eso, a pesar de la mala suerte, es el doble de lo que creció el gobierno pasado. Hoy Chile está mejor, se logró ordenar la migración, estamos revirtiendo los problemas de la reforma educacional', señaló la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.

Sus dichos fueron reforzados por su par de RN, Mario Desbordes, quien recalcó que ha habido 'avances importantes y objetivos', aunque precisó que aún 'falta mucho por hacer, y vamos a cumplir a la ciudadanía lo comprometido'. Más tajante fue desde Evópoli el diputado Luciano Cruz-Coke: 'Chile está mucho mejor que hace un año, el país está creciendo económicamente y ahora tiene anuncios importantes ad portas de concretarse, en pensiones, salud, infancia, la agenda de mujer y la agenda de OO.PP. y Transporte'.

Réplica de la centroizquierda

Por parte de la oposición, salieron a responder que las cifras económicas entregadas por el mandatario eran 'erradas', e incluso promovieron en Twitter el hashtag #ChileMejorConBachelet, que por momentos ocupó el quinto lugar en las tendencias.

'Es una cuenta poco creíble en seguridad y en economía, hay un estancamiento ostensible. Ya se acabó el exitismo que pensaba que por llegar Piñera los inversionistas iban a llegar en masa. Ya el propio Presidente habla de un crecimiento del 3%, y si esto no es un país estancado, tenemos un concepto distinto de la realidad. Es un discurso engañoso, se distorsionan los datos', expresó el senador DC Jorge Pizarro.

Más duro fue el presidente del Senado, Jaime Quintana, quien se colgó del ajuste en la proyección de crecimiento que hizo Piñera —que tildó de lo 'más preocupante' del discurso— para señalar: 'Lo que estamos observando es un cambio de los tiempos mejores a los tiempos difíciles', aludiendo al eslogan de campaña con que Piñera llegó a La Moneda. A ello, agregó que no existieron anuncios que se encargaran de la situación económica. En el PS, el timonel Álvaro Elizalde coincidió en que el 'Presidente se farreó la oportunidad de explicarles a los chilenos por qué no ha cumplido su compromiso de campaña, crecimiento y empleo'.

Otro punto que cuestionaron en la oposición es que el mandatario hiciera llamados a la unidad nacional y a que Gobierno y oposición no se 'autodestruyan', cuando en paralelo efectuó críticas al 'obstruccionismo' a sus proyectos en el Congreso.

'¿El Presidente nos llama al diálogo y luego nos acusa de obstruccionistas? Así no se llama a generar acuerdos. Ni mucho menos cuando llama a la oposición de antipatriotas por pensar distinto. Rebaja aún más el nivel del debate en Chile', dijo el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), mientras que su par PS Carlos Montes agregó: 'No hay un reconocimiento real de los errores que ha cometido el Gobierno en el diálogo con la oposición, y no asume el trato que le ha dado. El Gobierno no recoge ningún argumento de la oposición como para decir que realmente se está abriendo al diálogo'.