Una tormenta perfecta. Eso es lo que, a juicio de analistas políticos, está provocando la investigación que se realiza en la Corte de Apelaciones de Rancagua, por presunto tráfico de influencias.

Cual efecto dominó, el caso está salpicando a otras instituciones, como el Ministerio Público, parlamentarios y Gobierno.

La filtración de un antiguo WhatsApp de Andrés Chadwick al alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, indicándole que 'sería bueno un apoyo al fiscal Arias' —que investigaba en esa época incendios forestales— obligó ayer al ministro del Interior a aclarar que se trató de una conversación amistosa cuando él no tenía cargos en el Gobierno. El propio Presidente Piñera (ver recuadro) tuvo que salir a hablar del tema.

En Tele13 Radio, la periodista Andrea Vial planteó hoy que 'la salida (comunicacional) del ministro (fue evaluada) en forma positiva y luego miraron al Congreso donde concluyeron que el impacto había sido acotado, solo los parlamentarios más contrarios volvieron a sacar a la palestra el cartel de #renuncia Chadwick'.

Pero no todos lo ven así. 'Si se puede hacer un símil entre el boxeo y la política, Chadwick está en las cuerdas. Lo que estamos viendo ahora asume un valor completamente distinto post Catrillanca' comentó esta mañana Patricio Fernández también en Tele13 Radio sobre los efectos que está teniendo la crisis.

Arias: 'Un amigo me dijo: ¿te interesaría eso?'

Pero Chadwick no fue el único que se movió comunicacionalmente. Esta mañana el fiscal regional de O'Higgins, Emiliano Arias, aseguró en Radio Duna que nunca le ofrecieron en forma oficial un cargo en el Gobierno pero que sí un amigo suyo le planteó la posibilidad.

'¿Una oferta de trabajo de alguien del Gobierno que me dijera: Emiliano, tienes la posibilidad de ser subsecretario? No. (Pero) hubo un almuerzo en una conversación con un amigo que me dijo: ¿te interesaría eso? Quizás estaban sondeando el nombre'.

Pero insistió en que 'yo no voy a otro cargo público, no quiero ejercer en otro lado, no quiero ser fiscal nacional, siempre lo he dicho'.

Arias se tomó 2 semanas de vacaciones y 2 días administrativos, y como subrogante puso a Javier Von Bischoffshausen y no a Moya, como correspondía.

En paralelo otro protagonista de la trama también apareció: el alcalde de Rancagua, Eduardo Soto. En Expreso Biobio, aseguró que 'hoy día yo soy el quiltro que está en el fuego cruzado, en medio de una pelea de perros grandes y lanudos. Esto permitió cambiar el foco de atención'.

Y se refiere a los argumentos que dio el fiscal Moya en su denuncia contra Arias en donde indica que se decidió a denunciar estos hechos luego que el propio Arias le informara que se reuniría con Chadwick y Luis Hermosilla para ver cómo capitalizaban la reunión del fiscal nacional Jorge Abbott con el senador PS Juan Pablo Letelier. Encuentro que Arias también negó esta mañana en Radio Duna.

En este escenario, hay que recordar que el ministro de la Corte de Apelaciones Emilio Elgueta (uno de los jueces suspendidos) fue quien votó a favor de Arias en la terna para fiscal regional.

'Cómo será en otros lados'

El analista Kennetth Bunker considera que lo de Chadwick 'no es tan grave como para una amarilla, si pasó antes que fuera ministro, era un político que estaba haciendo lo que todos hacen'.

Sin embargo, plantea que 'sí puede sumar para que se vayan acrecentando las presiones en torno a su figura (Chadwick) y no sería buena noticia tener que hacer un cambio de gabinete si es que la oposición lo pide. Eso implicaría perder un poco el control político de la agenda'.

Bunker advierte que considerando que 'están involucrados los tres poderes del Estado uno ve que se está conjugando una tormenta perfecta'.

Bernardo Navarrete, cientista político y académico de la USACh, cree que el caso no debiera sorprender por la baja legitimidad que la opinión pública tienen del Poder Judicial y el sistema de justicia.

Pero destaca que 'por primera vez queda en claro que los poderes del Estado eran más cercanos de lo que se podía pensar. Y si eso ocurre en Rancagua, que es una región chica, la lógica es pensar cómo será en otros lados'.

'Es la más triste realidad porque los poderes del Estado parecieran no ser autónomos ni estar al servicio de todos y con todos', afirma.

Eso hace, agrega, que 'cuando las instituciones no pueden dirimir conflictos entre ellos se judicializa y si esa judicialización no tiene efectos y por el contrario, trae más problemas, los afectados van a los medios de comunicación', lo que justificaría las filtraciones.