Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2018-03-15
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   24
Sección:   Sociedad
Centimetraje:   31x27
La Segunda
Debido a la amenaza del nivel del mar
Isla de Pascua: Un Patrimonio de la Humanidad en peligro de extinción
Las autoridades están considerando mover las plataformas y las estatuas lejos de la costa.
Los huesos humanos yacen horneados al sol. No era la primera vez que Hetereki Huke se tropezaba con una tumba abierta. Durante años, las olas chocaban y rompían plataformas que contenían restos antiguos. Dentro de las tumbas se podían encontrar viejas puntas de lanza hechas con obsidiana (roca volcánica), pedazos de huesos cremados y, ocasionalmente, restos de las estatuas que han hecho de esta isla un lugar turístico mundialmente conocido.

Sin embargo, esta vez fue distinta para el Sr. Huke. Este local que se encontraba bajo los escombros fue donde sus antepasados habían sido enterrados.

"Esos huesos estaban relacionados con mi familia", dijo el Sr. Huke, arquitecto.

Hace ya varios siglos que la civilización de Isla de Pascua se extinguió. Sin embargo, las estatuas presentes en la isla son un recordatorio de lo poderosa que debe haber sido (la civilización). Según las Naciones Unidos, hoy en día los restos de esta civilización se encuentran en riesgo de extinguirse debido al aumento del nivel del mar que erosiona las costas de Isla de Pascua.

Muchas de las conocidas estatuas denominadas "moáis" y casi todos los "ahu", plataformas en las que se sobreponen las estatuas y que en muchos casos también sirven como tumbas para los muertos, son los principales elementos que rodean la isla. Se dice que el nivel del mar aumentará entre uno y dos metros en 2100.

"No poder proteger los restos de tus propios ancestros, te hace sentir impotente", dijo Camilo Rapu, el jefe de Ma'u Henua, la organización indígena que controla el Parque Nacional Rapa Nui, que cubre la mayor parte de la isla, y puntos arqueológicos. "Me duele muchísimo".

Tanto el futuro como el pasado de Rapa Nui —el nombre polinesio de esta isla— se encuentran bajo constante amenaza.

La economía de la isla pende de un hilo. Los distintos lugares arqueológicos son el principal pilar de la mayor industria de la isla: el turismo. Esta isla en la cual viven tan sólo 6 mil personas atrajo a más de 100 mil visitantes el año pasado. Los hoteles, restaurantes y agencias de viajes de Isla de Pascua reciben más de $70 millones de dólares por año.

Por lo general, los turistas comienzan sus días en Tongariki, donde se reúnen para ver el amanecer por detrás de las estatuas. Luego, los grupos se separan en Anakena, la única playa arenosa de la isla, o en las antiguas plataformas de Akahanga, lugar en el que yacen restos de antiguos pueblos en la costa donde —según la tradición— el fundador mítico de la isla, Hotu Matu'a, está enterrado en una tumba de piedra.

Sin embargo, según el relato de científicos, estos tres sitios podrían ser destruidos en este preciso momento debido al aumento del nivel del mar.

"No queremos que la gente vea estos lugares a través de fotos antiguas", dijo Rapu.

El circuito de la carretera que recorre gran parte de la isla triangular muestra un paisaje que está cambiando.

El daño ha sido rápido en la playa Ovahe, cerca de donde el Sr. Huke encontró los huesos. Durante generaciones, esta playa arenosa era popular entre turistas y lugareños.

Ahora las olas se han llevado casi toda la arena, dejando piedras volcánicas. Los cementerios fueron en gran parte destrozados y no está claro cuánto tiempo sobrevivirán a las olas.

"Una vez nadé en Ovahe y la arena parecía durar kilómetros", dijo Pedro Pablo Edmunds, el alcalde de Hanga Roa, sentado su oficina mientras hojeaba un libro con imágenes de la playa. "Ahora, todo es piedra".

El año pasado, en Ura Uranga Te Mahina, situado en la costa sur de la isla, los funcionarios del parque se preocuparon cuando los bloques de un muro de piedra situado a unos 3 metros sobre una costa rocosa colapsaron tras ser golpeados por las olas.

"El resto caerá después", dijo Rafael Rapu Rapu, principal arqueólogo de Ma'u Henua, señalando un mapa que muestra las plataformas detrás de la pared derrumbada. El Sr. Rapu ha utilizado un lugar cercano al derrumbe, llamado Runga Va'e, como experimento de medidas para mitigar el daño. Utilizando parte de una subvención de 400 mil dólares del gobierno japonés, los funcionarios construyeron un muro de protección contra las olas. Pero no está claro si el muro será lo suficiente para detener la erosión, o si habrá que considerar mover las plataformas y las estatuas lejos de la costa para poder salvarlas.

A su vez, Sebastián Paoa, jefe de planificación de Ma'u Henua, dijo que estaba seguro de que, en última instancia, los habitantes de la isla encontrarían el camino para superar el desafío del aumento del nivel del mar tal como habían sobrevivido a la extinción de la civilización de la isla. "Sabían que su entorno se estaba desmoronando, pero eso no les impidió seguir aquí", dijo. "Es lo mismo con el cambio climático hoy".

Hetereki Huke, el arquitecto, declaró sentir lo mismo. Encontrar los huesos de sus antepasados en la playa representó para él un llamado a tomar medidas. Es por esta razón que los últimos meses ha estado reuniendo información para una evaluación del cambio climático, que se presentará a los funcionarios de los parques para que estos cuenten todo, desde la erosión hasta el suministro de agua subterránea. "Las islas como la nuestra son siempre las primeras en ser afectadas por el cambio climático", dijo. "Hemos estado aquí mil años. Hemos superado cosas como éstas. El mundo no está terminando. Y créanme, ya sufrimos un desastre ecológico antes".

Recuadro
"No queremos que la gente vea estos lugares a través de fotos antiguas". Camilo Rapu, jefe de Ma'u Henua, organización indígena que controla el Parque Nacional Rapa Nui
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Por Nicholas Casey, The New York Times-