Un grupo de contadores de una empresa multinacional se quejaba que pasaban gran parte del día respondiendo correos electrónicos. Para ellos su trabajo diario, más que dedicarse a los números y a los cálculos -que era lo que les gustaba y por lo que los habían contratado en primer lugar-, consistía en responder consultas contables bastante básicas de otras áreas de la empresa. El equipo estaba sumido en una gran depresión y comenzó a mostrar una alta rotación de trabajadores. Todo cambió cuando se instaló un sistema automatizado de respuesta de correos que, basado en inteligencia artificial, les daba de forma rápida y oportuna, respuestas `humanas' a consultas básicas de las otras áreas de esta multinacional.

Los trabajadores seguían respondiendo correos, pero ahora sólo los importantes, tarea que les tomaba sólo un 20% de su tiempo total. "En este caso, la inteligencia artificial (IA), en vez de amenazar al ser humano, ayudó a sacar al robot que estos trabajadores llevaban dentro y re-humanizó el trabajo de estos contadores", explica Yann Ferguson, sociólogo francés de la Universidad de Toulouse, quien fue uno de los expositores destacados del reciente Congreso del Futuro 2019 realizado en nuestro país.

En su paso por Chile, Ferguson se reunió con empresas adherentes de Mutual de Seguridad CChC, para abordar las transformaciones que se están produciendo en el mundo del trabajo y los impactos que esto conlleva para la sociedad. "Lo que estamos promoviendo como parte del trabajo con nuestras empresas adherentes y el compromiso con sus colaboradores y el país, es poner sobre la mesa de conversación, la visión de expertos de las más diversas áreas para dialogar sobre las nuevas tendencias, y cómo bien implementadas, pueden sumar a la optimización de tiempos y de recursos de producción, la reducción de fallas y de los riesgos de accidentes laborales", destaca Felipe Bunster Echenique, gerente general de Mutual de Seguridad CCHC.

En opinión de Ferguson, los pronósticos sobre el futuro laboral hablan de una serie de trabajos nuevos que se crearán y otros que desaparecerían pero asegura que todavía existen cuellos de botella que hacen que el potencial reemplazo de humanos por máquinas con inteligencia artificial en aspectos laborales no tenga el tinte apocalíptico con que algunos abordan su proyección: La destreza, que va más allá de la simple ejecución; la capacidad de percibir y de crear nuevas cosas; la habilidad para tener un conocimiento transversal en diversos temas; y la capacidad para identificar y resolver problemas.

Asimismo, el sociólogo francés identifica dos riesgos que podrían generar que los efectos de la automatización sean mayores a los esperados. El primero es que los humanos tengan la capacidad de mezclar bien su entendimiento y poder identificar cuándo es adecuado obedecer a la máquina.

El otro riesgo es el poder imprimirle diversidad a la inteligencia artificial, ya que actualmente, los científicos que crean estos nuevos avances pertenecen a una clase social determinada, y externaIizarán sus propios códigos en las máquinas con inteligencia artificial, replicando sus propias opiniones y creencias en ellas. Según Ferguson, es clave que la inteligencia artificial sea inclusiva, ya que así puede reafirmarse el valor de la democracia y de la vida en sociedad.