Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-12-23
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   22-23
Sección:   Conversación
Centimetraje:   30x47
La Segunda
Médico Luis Avendaño, voluntario chileno de la vacuna de Oxford
“Mis opciones no son muchas: cuidarme el resto de mis días o la vacuna experimental”
Tiene 81 años, diabetes e hipertensión. El fundador de la Sociedad de Infectología está maravillado con el impulso que el covid le ha dado a la Ciencia: 'hay que agradecerle'.
'Voy manejando, si me llama en 10 minutos más, hablamos con calma', dice al teléfono el doctor Luis Fidel Avendaño, médico virólogo de 81 años, reconocido -entre otras cosas- por ser uno de los fundadores de la Sociedad Chilena de Infectología- y que el 4 de diciembre se puso (de manera voluntaria) la primera dosis de la vacuna que la multinacional AstraZeneca y la Universidad de Oxford está probando en Chile en 3 mil personas.

Quince minutos después, el doctor de la Universidad de Chile (plantel encargado del ensayo clínico en Chile) se instala a hablar sin ninguna premura y ejerciendo la pedagogía propia de sus años de docencia, para explicar científicamente las implicancias de la vacuna.

Cuenta que había salido de su casa porque andaba comprando víveres para él y su esposa de 77 años, quien también es voluntaria en el ensayo clínico. 'Andaba en auto, pero usando mascarilla y guardando distanciamiento social', dice.

Tiene diabetes e hipertensión, ambas «muy bien controladas», asegura. Aún así, decidió recibir la vacuna: 'Soy una persona de riesgo a ojos del covid, necesariamente tengo que cuidarme hasta que todo esto pase'.

Sin embargo, es un convencido de que va a demorar mucho que se produzca inmunidad de rebaño, 'porque el contagio del virus va muy lento -si de marzo a la fecha se han contagiado 500 mil personas ¡y somos 19 millones!- entonces la manera más rápida para lograr la inmunidad es poniéndome una vacuna'.

-¿Aunque sea experimental?

-Mis opciones no son muchas: cuidarme por el resto de mis días, hasta que apareciera una vacuna para nuestro grupo de riesgo, o probar una vacuna experimental. Y opté por lo último porque por un lado si me toca la vacuna y no el placebo, saldré beneficiado; y por otra, ayudo a contribuir a que se sepa pronto si esta vacuna sirve o no. Por eso decidimos con mi esposa vacunarnos voluntariamente.

-¿No hubo dudas?

-Ninguna. Si las vacunas ya están en etapa tres, quiere decir que son seguras. Mire, el único riesgo es que me toque el placebo porque de tres vacunados, dos son vacuna y uno es placebo. Después de Año Nuevo nos toca la segunda dosis y luego nos empiezan a tomar muestras de sangre para ver si desarrollamos anticuerpos en un proceso que dura dos años. Si tengo cualquier molestia como fiebre, tos o malestar general, debo avisarles y me empiezan a estudiar y tratar. Pero no tengo ningún temor.

'Del sarampión al sincicial

Las vacunas no son un tema ajeno para el doctor Avendaño. Es hijo de médico (del doctor Onofre Avendaño, una eminencia en Ginecología y Obstetricia en los años 50). Tras recibirse de pediatra, se dedicó a la infectología y –dentro de ella- a estudiar los virus.

Partió trabajando (en 1964) como médico general de zona en Llanquihue. Y justo ese año debutó la primera vacuna contra el sarampión. 'Era la principal causa de mortalidad de enfermedades infecciosas en ese minuto, y en los niños era muy letal. Así que empezamos a poner la vacuna y hacer mucha campaña', recuerda. Fueron años de educación a la población, dice, que terminaron con la erradicación del sarampión en 1992.

De regreso a Santiago se unió al equipo de trabajo del Hospital Roberto del Río, donde detectaron que muchos niños morían por cuadros agudos de diarrea que eran causados por virus y no por bacterias. 'Trabajé en el diagnóstico del rotavirus, estuve 10 años en eso. Y ya existe una vacuna en el mundo para esto, aunque no se pone en Chile aún', dice.

Después, se dedicó a los virus respiratorios, donde se movió durante 30 años. De hecho, fue uno de los responsables -a fines de los 80- del trabajo que detectó que el virus sincicial era el principal agente de las infecciones respiratorias en Chile (especialmente en prematuros) y de las epidemias invernales, así como que los adenovirus podían provocar infecciones intrahospitalarias. Eso, cambió el manejo de las bronconeumonias infantiles y dio pie a las campañas preventivas de invierno del Ministerio de Salud. 'Trabajamos mucho para lograr una vacuna para el virus sincicial, pero llegamos solo a la fase de laboratorio en ratones, no avanzamos a la fase humana', cuenta.

'ES muy difícil ganarle'

También integró el primer Comité Asesor de Vacunas del Ministerio de Salud (Cavei). Allí estuvo desde 2009 hasta fines de 2016. 'Ya estaba bueno ya que se renovara, debe entrar gente más joven y activa. Y que sepa más computación que uno', dice.

Su esposa conoce bien el área de la salud. Durante años trabajó en investigación en planificación familiar con el doctor Horacio Croxatto en la Universidad Católica: 'Somos personas de Ciencia, confiamos en la Ciencia'.

Hace una pausa, reflexiona y plantea: 'Uno debe entender que este virus lo que busca es sobrevivir en el mundo, no anda buscando matar al ser humano, si no contagiar para multiplicarse. Sabemos que por cada enfermo hay cuatro contagiados sin síntomas que también lo transmiten. Esa es su estrategia'.

'¿Cómo le vamos a ganar?', pregunta. Y él mismo responde: 'Es muy difícil ganarle. Todos los esfuerzos que se hacen son loables, pero no son 100% eficientes. La cuarentena sirve, este año casi no hubo influenza, pero no es suficiente porque el virus contagia con los asintomáticos e incluso antes de que la persona enferma tenga síntomas. Yo agradezco a los jóvenes que hacen cuarentena, porque nos están cuidando a nosotros, los viejos. A los jóvenes siempre los critican porque se saltan las normas. Hay que reconocer a los que hacen este esfuerzo'.

-¿Ha sentido algún cambio desde que fue vacunado?

-Tuve una pequeña molestia en el brazo. ¡Estaba feliz!. Me tocaba, me apretaba y me dolía un poquito. Así que contento... espero que eso sea señal de que me tocó la vacuna y no el placebo.

-Sus hijos ¿qué le dijeron?

-Ellos ya son grandes, aunque una hija estaba preocupada, pero le explicamos cómo era esto, que no había peligro y todo bien. Mi única duda era qué pasaba si me metía a este programa que dura dos años porque durante ese tiempo se hace seguimiento, y llega luego una vacuna certificada ¿Podría vacunarme con esa? Me dijeron que, si es así, ellos abren el código y me dicen si me pusieron vacuna o placebo. Según eso, yo decido qué hacer.

-Y sus amigos de la misma edad ¿comparten la idea?

-Ellos me tratan como héroe, pero erróneamente, porque no entienden... He logrado convencer a algunos compañeros de colegio que se vayan a vacunar en estos programas porque, seamos realistas, a esta edad y que nos llegue la vacuna a nosotros que tenemos enfermedades de riesgo, es bien difícil. Al principio van a llegar muy pocas vacunas, y van a partir por el personal de Salud, luego los adultos mayores con enfermedades crónicas importantes y después nosotros. Es mucho mejor probar aquí.

'Yo, a veces no entiendo'

La pandemia obligó al virólogo –que hasta marzo ejercía en su consulta médica y es miembro honorario de la Academia Chilena de Medicina- a suspender esa actividad. Pero sigue siendo profesor titular de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y dando conferencias via Zoom. 'Pero el uso de la computación es un tema' admite.

No es solo el conectarse a las plataformas, sino que debe estar constantemente viendo papers internacionales y revistas médicas: 'Yo puedo saber mucha virología, pero no sé el suficiente uso de tecnología para transmitir todo lo que sé por esa vía'.

-¿Y cómo lo hace para las clases y las conferencias que dicta?

-Me dejan todo listo, me pasan el link, lo pincho y doy mi conferencia, pero todavía no sé invitar a otras personas... tengo que aprender eso. Es importante que aprenda.

A fines del 2018 fue homenajeando como 'Maestro de la Virología', no solo por su expertiz técnica, si no porque se le considera un puente entre los enfermos y quienes miran los virus más profundamente, enseñando a médicos, científicos y pacientes sobre los síntomas y causas de estos microorganismos.

Dice estar maravillado con los avances de la vacuna covid. Y se le nota. El entusiasmo con que habla de ello incluso hace olvidar la trayectoria que ha recorrido y habla casi como un novato completamente seducido con lo que está viendo: 'Otras vacunas han demorado 10, 15 años... y aquí es increíble la conjunción de todas las ciencias, de los investigadores y laboratorios para que en menos de un año estemos vacunando. ¡Es una avance impresionante!'.

Pero es clave, agrega, que el contagio del virus siga siendo lento 'para dar tiempo suficiente a la generación de más cantidad y tipos de vacunas'.

Cuenta: 'Yo, que soy virólogo, a veces no entiendo del todo cómo tecnológicamente han hecho la manipulación del ARN mensajero para insertarle el gen del coronavirus, cosa que cuando el ARN mensajero entre a la célula, haga que se produzca la proteína del coronavirus y genere anticuerpos. ¡Pero qué cosa más maravillosa! ¿Ve que esta estrategia la podríamos usar para el cáncer? Si le me metiéramos, por ejemplo, una proteína de una enfermedad cancerosa, quizás podríamos inducir una respuesta al cáncer'.

Y luego dice: 'esta tecnología nueva tiene tremendas repercusiones. ¡Casi deberíamos agradecerle al coronavirus porque ha permitido unir a toda la Ciencia para que logre este desarrollo! Este virus logró que la Ciencia no compita, sino que colabore entre sí. Desde este punto de vista, el coronavirus es un tremendo aporte'.

-Aparte de las vacunas ¿que falta en este tema? ¿que hecha de menos?

-Algo súper concreto: desarrollar mejor y masificar los exámenes que midan los anticuerpos para saber quién tuvo la infección. Si un nieto me quiere venir a ver, quiero saber si él tuvo la enfermedad. Si tiene anticuerpos, lo dejo entrar inmediatamente. Si no los tiene, mejor nos saludamos de lejitos no más. Estoy echando de menos eso. Todos los viejos deberíamos tener la posibilidad de que las personas que nos vengan a visitar, vengan con un test de anticuerpos que garantice que tuvieron la enfermedad y ya no transmiten.

-Sus planes para adelante?

-Parece simple... no contagiarme.

Recuadro
-"Va a demorar mucho la inmunidad de rebaño, el contagio del virus va muy lento: desde marzo se han contagiado 500 mil personas ¡y somos 19 millones!"

-"Mis amigos me tratan como héroe... He logrado convencer a compañeros del colegio, que se vayan a vacunar".
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Por Jéssica Henríquez D .-