Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-09-24
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   8-9
Sección:   Sociedad
Centimetraje:   28x42
La Segunda
Cinco decanos de medicina revelan el negocio tras las pasantías
Hasta US$1 millón: Los cobros de los hospitales para recibir alumnos en práctica
Universidades públicas como la Usach deben pagar "muchos cientos de millones al año", se queja su decana, Helia Molina.
Una conversación pendiente preocupaba a Enrique Paris días antes de asumir como ministro de Salud, en junio. Como decano de la U. Mayor, debía renegociar el convenio para que sus alumnos realizaran práctica en un hospital. Cuestión por la que hoy atraviesan varios de sus excolegas, quienes incluso han recurrido a él para solicitar intermediación.

A diferencia de lo que sucede en otras profesiones, donde las empresas suelen pagar las pasantías o abrir cupos no remunerados, pero gratuitos, cada año los recintos asistenciales cobran a las universidades para recibir a sus alumnos en lo que denominan "campo clínico". El valor no es universal. Depende de lo que logre pactar cada casa de estudio -tanto públicas como privadas- con el o los hospitales donde quiera repartir a sus estudiantes.

Decanos de medicina aseguran que este año ha sido especialmente difícil, ya que algunos de los centros asistenciales han subido los cobros. Al encontrarse en época de negociación, la mayoría de los académicos consultados por este medio no quiso dar a conocer exactamente cuánto pagan. Pero a modo de ejemplo, uno de ellos dice que le subieron la tarifa de $90 millones a $260 millones en un hospital y en otro le pidieron un resonador nuclear avaluado en US$ 1 millón. A todo eso, distintas casas de estudio suman beneficios para los centros asistenciales como atenciones gratuitas en las clínicas vinculadas a las universidades, acceso a sus bibliotecas y cursos de capacitación sin cobro.

Las universidades con más recursos, asegura otro facultativo, pueden llegar a pagar mil millones de pesos al año. Uno de los consultados admitió en privado un costo cercano a los $600 millones anuales.

Acusan que se ha creado una especie de "mercado" que reduce el poder de negociación de las universidades y da ventaja al "mejor postor. Por lo mismo, llevan tiempo pidiendo a las autoridades regular de mejor manera el sistema.

Tal es la preocupación, que durante la segunda quincena de agosto los decanos se reunieron con el ministro, quien les contestó que solicitaría que no hubiera cambios de condiciones en este período, dado que además las universidades están atravesando por una situación especial producto de la pandemia.

Más presión: Hospitales reducen cupos por covid
Patricia Muñoz, decana de Medicina de la U. Diego Portales y presidenta de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, dicen que llevan tiempo "conversando con el Minsal" para que se estandarice el costo de tener a un estudiante en un campo clínico. "El reajuste es más bien arbitrario. Falta una estandarización del cobro por alumno por los mayores gastos que significa para el hospital su presencia ahí. Pero hay algo que nunca se ha valorado, que es el aporte oculto que hacen los internos, por los que también nos cobran", señala Muñoz. Y agrega que en algún momento el ministerio intentó hacer un estudio que "quedó en nada".

En el caso de la UDP, la decana dice que tienen un convenio de larga data con el hospital Dipreca, de Carabineros. "Acordamos un monto por varios años. Ha sido muy estable y la relación con ellos es excelente", comenta. También trabajan con el Hospital regional de Rancagua, con el que están conversando actualmente para intentar frenar "un leve aumento". "Hoy los gastos se han elevado debido a la pandemia. A las universidades nos piden que les proporcionemos los elementos de protección personal a los estudiantes y eso aumenta aún más el costo", asegura la facultativa. E indica que el año pasado pagaban cerca de 5,5 UF mensual por alumno, llevando a unos 50 internos. Es decir, unos $92.400.000 millones a un valor redondeado de la UF de $28 mil. Eso sin contar otros gastos en los que incurren.

"El ministro está revisando este tema porque lo conoce muy bien y quiere encontrar una solución. Se requiere una norma nueva. Las universidades son un aporte significativo a las instituciones de salud y debiera establecerse que todos los hospitales públicos deben tener dentro de su misión contribuir a la formación de los recursos humanos que el país necesita", sostiene Alberto Dougnac, decano de la Facultad de Medicina Finis Terrae, la misma que ha realizado para la Sochimi la encuesta diaria de la situación hospitalaria por el covid. Dice que el ministerio de Educación nunca ha querido tener participación en esta discusión y critica que las condiciones de los convenios se cambien cada cierto tiempo, por ejemplo, cuando llegan nuevas autoridades. "Toda esta situación se ha visto agravada por la significativa reducción del número de alumnos que las instituciones de salud pueden recibir, producto de la pandemia. La presión es mayor para incorporar a los alumnos.

Antes un hospital que me podía recibir a 100, ahora me recibe a 50 ¿y qué hago con los otros 50?", culmina Dougnac.

Usach alega desventaja
Helia Molina, exministra de Salud del segundo gobierno de Michelle Bachelet y decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la U. de Santiago opta por plantear la problemática desde la perspectiva de una universidad pública, que tiene al 60% de sus alumnos con gratuidad y más del 80% de los egresados de la Facultad trabajan en la salud pública. "Los campos clínicos se han ido transformando en un bien de consumo donde las universidades están permanentemente negociando con los servicios de salud y hospitales, que en su mayoría son autogestionados. Para nosotros como universidad estatal es bastante complejo tener que hacer retribuciones económicas para los campos clínicos. Muchas veces los hospitales nos piden retribuciones académicas, que les demos becas de diplomado, cursos, lo que está dentro del rol de la universidad... pero la gran cantidad nos pide UFs por alumnos y eso representa muchos cientos de millones al año", dice Molina, aludiendo a que también deben pagar cupos para enfermería y otras carreras de la salud. Agrega que le parece "del todo injusto que el sistema público de salud no nos dé facilidades a las U. públicas..¡Somos lo mismo! Además las universidades privadas tienen más recursos". Entre los hospitales con los que trabaja la universidad están el Barros Luco, Carmen y San José. Molina añade otra situación que los ha sacado de presupuesto: asegura que este año "muchos estudiantes han hecho retiros temporales y no están pagando aranceles", producto de la pandemia. Además, y tal como los alumnos de otras universidades, no han podido hacer práctica durante el año debido a la emergencia. En algunos casos los convenios establecen que el pago se debe materializar asista o no el alumno. Cristián Rebolledo, académico de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile y exasesor del Minsal, señala que el conflicto por los convenios tiene implicancia directa en cómo se articula la formación de profesionales. "Se están sometiendo estas decisiones más bien a lógicas de mercado (...) El Minsal debiese poder establecer cuál es la capacidad formadora de los establecimientos de la red pública", acota.

"Los hospitales deberían pagar"
Pese a que tanto Mañalich como Paris habrían indicado a los recintos hospitalarios mantener los convenios hasta 2022, Ricardo Ronco, decano Medicina Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo también está negociando. En su caso, con el hospital Padre Hurtado, que pasó de ser dependiente del Servicio de Salud Sur Oriente a ser autogestionado. El traspaso generó que tuvieran que revisar las condiciones del recinto con el que trabajan hace 15 años. "Estos convenios tienen que ser mucho más que una transacción comercial. Deberían favorecer la retención de talentos en el servicio público y la mejora de formación de capital humano," opina.

A su juicio están "cambiados los focos" y el "Estado debería casi pagarle a las universidades". Las casas de estudio, defiende, deberían concentrarse en agregar valor a la atención, formación y retención de talento, en lugar de suplir necesidades de infraestructura o equipos, por ejemplo, que debería resolver el Minsal.

"Me parece anómalo que haya una transacción comercial al mejor postor por algo que beneficia a todo el país y particularmente al hospital", recalca. Ellos llevan a cerca de 500 alumnos del área salud al año y su convenio también incorpora la hospitalización gratuita de pacientes de alta complejidad en la Clínica Alemana y exámenes gratis.

Los hospitales Padre Hurtado, El Carmen y Sótero del Río respondían las consultas de "La Segunda" al cierre de esta edición.

Nueva reunión con Salud
Según una respuesta escrita del Ministerio de Salud, en la reunión de agosto de 2020 con la Asociación de Facultades de Medicina, "el ministro Paris señaló que los convenios están vigentes hasta 2022, tal como señaló la Asofomech en dicha reunión, e indicó que no debería haber cambio".

Sin embargo, el escrito agrega que "se revisará la situación en caso de que algún campo clínico pueda solicitar alguna modificación". Eso sucederá mañana a las 15:00 horas, en una reunión de un decano con el ministerio.

Recuadro
"Nos piden UFs por alumnos. Son muchos cientos de millones al año". Helia Molina, decana de medicina, Usach.

"Se requiere una norma nueva. Las universidades son un aporte significativo". Alberto Dougnac, decano de medicina Finis Terrae.

"El reajuste es más bien arbitrario. Falta una estandarización del cobro por alumno". Patricia Muñoz, decana de medicina UDP.

"El Estado debería casi pagarle a las universidades". Ricardo Ronco, escuela de medicina Clínica Alemana UDD.

"El Minsal debiese establecer la capacidad formadora de la red pública". Cristián Rebolledo, U. de Chile.

La norma que fija el costo mínimo
Con el aumento de carreras de medicina en las universidades privadas, la competencia por lograr cupos para práctica en los hospitales se agudizó a comienzos del milenio. Para ordenar las disputas que se generaban, el Ministerio de Salud emitió en marzo de 2010 lo que se conoció en el área como la "norma 18", que define el campo clínico como el lugar de formación donde los estudiantes de salud contrastan sus conocimientos con el ejercicio práctico. Sobre los costos de tener alumnos en los recintos asistenciales, establecía que el ministerio elaboraría propuestas metodológicas para estimarlos. En julio de 2012 entró en vigencia una resolución que fija entre los criterios de asignación la "negociación de los aportes de cada centro formador con mayor puntaje".

En marzo de 2013, el ministerio encargó un informe sobre los costos y beneficios para los centros asistenciales al ayudar a formar alumnos. Entre los mayores costos detectados para estaban: insumos aportados por el servicio de salud a actividades del centro formador, participación de funcionarios en actividades del centro formador dentro de su jornada laboral, uso de infraestructura y equipamiento, mayores costos de servicios básicos, entre otros. Este estableció por el gasto del cupo por un mes de un alumno de tercer año de enfemería, por ejemplo, ascendía a $73 mil, mientras que un alumno becado de cirugía generaba un gasto de $85 mil al mes (3,7 UF, aproximadamente). Hoy, cuando algunos hospitales están cobrando 11 UF, Alberto Dougnac dice que "se reconoce la existencia de un costo de docencia en el que incurren las instituciones de salud. Se considera que es justo que se pague, porque Salud no tiene por qué subsidiar la educación. El punto es quién determina cuánto es ese mayor costo y cómo lo calcula".

$260 millones cobra este año un hospital público por recibir a 60 alumnos. En 2019 pedía $90 millones.
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Por Nicolle Peña --