Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2018-10-17
Tipo:   Suplemento
Página(s):   5
Sección:   suplemento - Opinión
Centimetraje:   27x29

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Muchos pacientes han llegado a las unidades de dolor tras un largo peregrinar.
El Mercurio - Tratamiento del Dolor
Dolor crónico: cinco millones de enfermos son ignorados en Chile
"Desde el año 2013, la Asociación Chilena para el estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP) está trabajando en elaborar datos para proponer que el dolor crónico sea visto como un problema de salud pública".
El dolor crónico es una enfermedad común en nuestro país: afecta a un 32% de la población. Cerca de cinco millones de chilenos padecen este problema, que se define como tal cuando tiene más de tres meses de duración, sin importar su intensidad. Su tratamiento es complejo, debido a la coexistencia de diversos factores que contribuyen a su cronicidad.

Entre las principales consecuencias se encuentran los factores sicológicos, dada la incapacidad de realizar tareas diarias —con la consecuente disminución de la calidad de vida, debido a la pérdida de autonomía y funcionalidad— y el impacto económico, asociado a la disminución de productividad.

También se ha demostrado que el dolor impacta en la vida emocional de las personas, así como en sus relaciones interpersonales y su funcionamiento cotidiano, lo que muchas veces deriva en depresión y trastornos de ansiedad. Las personas que viven con dolor pueden pasar años consultando de especialista en especialista, buscando alguna solución a su problema, sin tener éxito.

Es una situación similar a la de un viaje con escalas bruscas, forzadas y a veces estrepitosas. Por eso, muchas veces prevalece la resignación frente a la enfermedad, lo que aumenta la irritabilidad y la angustia del paciente al sentirse solo o incomprendido.

CAMBIO DE PARADIGMA

Estos antecedentes han llevado a la Organización Mundial de la Salud a proponer una nueva clasificación internacional de enfermedades, que incluye al dolor crónico como una patología en sí misma (CIE 11). Desde el año 2013, la Asociación Chilena para el estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP) está trabajando en elaborar datos para proponer que dolor crónico sea visto como un problema de salud pública, y ha elaborado tres estudios.

En 2014, se concluyó el primero de ellos, de carga de enfermedad, enfocado en dolor crónico musculoesquelético (DCME) en Chile, que consideró seis patologías: artrosis de rodilla, artrosis de cadera, lumbago, síndrome de hombro doloroso, fibromialgia y dolor miofascial. El resultado muestra que las personas con DCME representan el 21,2% de la discapacidad total a nivel poblacional.

Una segunda investigación de costos y consecuencias permitió evaluar los valores asociados al manejo médico del dolor crónico, la depresión atribuida al dolor, ansiedad y pérdida de productividad laboral. El costo total anual esperado para este conjunto de patologías asciende a los $547.336.874.115, monto equivalente a lo que el sistema público y privado de salud deben incurrir anualmente para el manejo de todas las consecuencias evaluadas en este estudio y cuyo origen es el dolor crónico. Las enfermedades osteomusculares son la segunda causa de licencias médicas en el país.

Según muestra el último informe de Licencias Médicas, entregado por Fonasa y la Superintendencia de Salud (SIS), las enfermedades osteomusculares concentran el 21% de las licencias médicas tramitadas en Chile durante 2016, superando a las enfermedades respiratorias (15%); traumatismos (8%) y enfermedades infecciosas (6%), entre otras. Ante este escenario, como asociación dedicada al estudio del dolor, vemos una gran interrogante.

Pese a la prevalencia de esta patología —que se traduce en un alto número de personas que vive en Chile con dolor crónico— las intervenciones actualmente disponibles distan de la interdisciplinariedad requerida. Al indagar en los motivos de esta realidad, observamos que hoy los pacientes no cuentan con una garantía de salud para el tratamiento del dolor crónico, lo que va en desmedro de su calidad de vida y se transforma en un problema de salud real.

LAS UNIDADES DE DOLOR

Ante la falta de una garantía explícita en salud, muchos pacientes han llegado a las unidades de dolor tras un largo peregrinar. En Chile existen muy pocas de estas unidades, las que se han formado a través de la iniciativa de los propios especialistas, sin embargo, aún no es una estrategia establecida a nivel nacional y la gran mayoría de la población no tiene acceso a estas.

El desafío para nosotros, como sociedad científica y para los especialistas en esta área, es fortalecer la atención primaria, para que los pacientes con dolor sean tratados de forma adecuada a sus necesidades, previniendo que el dolor se torne crónico; y continuar impulsando la creación de unidades de dolor crónico en el país, para entregar atención interdisciplinaria a los pacientes más complejos que la merecen y requieren.

Hoy existen 21 Unidades de dolor crónico no oncológico a nivel nacional y otras 19 se encuentran en etapa de formación. El tratamiento del dolor es un derecho humano, según lo ha declarado la Organización Mundial de la Salud. En este contexto, un mejor manejo del dolor crónico en nuestro país reducirá la discapacidad y aumentará la calidad de vida de los pacientes.

Eventualmente, también reducirá los costos para el sistema de salud y, más importante aún, los importantes costos sociales ya identificados. Es fundamental que existan modelos de atención tanto en el sistema público como privado, que permitan a los cinco millones de chilenos que sufren dolor, optar por un adecuado tratamiento, de manera de garantizar el derecho a 'vivir sin dolor'.

Recuadro
"El desafío para nosotros como sociedad científica, y para los especialistas en esta área, es fortalecer la atención primaria para que los pacientes con dolor sean tratados de forma adecuada a sus necesidades".

'Las personas que viven con dolor pueden pasar años consultando de especialista en especialista, buscando alguna solución a su problema, sin tener éxito'
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Doctora Marisol Ahumada, presidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor (ACHED)-