Mañana se cumplen 50 días desde el arribo del covid-19 al país. En ese contexto, la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva ha llevado su propio conteo en paralelo al desarrollado por el Ministerio de Salud, que registró ayer 419 casos nuevos y seis fallecidos, con lo que se llegó a 10.507 contagiados y 139 muertos.

El conteo realizado por la sociedad médica muestra que durante los últimos días la demanda de camas UCI se ha mantenido (ver infografía). Sin embargo, advierten que hay realidades locales, que están 'a punto de colapsar'.

'Si no hay gestión de traslado de pacientes o de ventiladores o de equipos humanos, puede haber una falsa impresión de normalidad en donde tenemos zonas saturadas', dice el presidente de la sociedad, Tomás Regueira.

Así, por ejemplo, si bien la Región Metropolitana tiene el 64% de sus camas ocupadas, la zona suroriente de Santiago tiene un 92% y el sector más crítico es el Hospital Sótero del Río, donde hay 30 ventiladores y han llegado al punto de tener 28 ocupados, aunque solo siete de ellos por covid-19. A ello se suma la Región de Magallanes, la que todos los días bordea un 80% de ocupación.

El director del Hospital Clínico de Magallanes, Ricardo Contreras, asegura que 'nuestra capacidad de camas críticas se encuentra absolutamente estresada'.

Y si bien la cifra de Magallanes puede considerarse 'normal' para camas de unidad de paciente crítico, este es un '80% falso', sostiene Regueira.

El médico de la Clínica Las Condes explica que el Hospital de Punta Arenas pasó de seis a 24 camas, es decir, con la demanda actual estaría 'absolutamente sobrepasado'.

'Es un 80% falso, porque es sobre una unidad que tuvo que cuadriplicarse en un mes, entonces el recurso humano está trabajando a marcha tremendamente forzada', dice el facultativo.

Es por ello, según informan en la sociedad médica, que en las zonas más saturadas, como en La Araucanía y Magallanes, facultativos de otras áreas han tenido que ayudar en tratamientos de pacientes críticos.

Además, sobre la situación en la zona suroriente de Santiago, Regueira agrega que 'el personal se está quemando progresivamente. Si tú mantienes ese 92%, vas a quemar a todo el personal, van a terminar infectados, cansados'.

El expresidente del Colegio Médico Enrique Paris comparte que hay una 'gran sobreexigencia al equipo de salud. Algunos lugares están al límite'.

Desgaste laboral

Así, el gran esfuerzo de parte de los funcionarios de salud, que arriesgan que debido al aumento de demanda, unido al estrés propio de una situación límite como esta, han comenzado a avizorar un aumento del síndrome del agotamiento (Burnout) o desgaste laboral.

Esta enfermedad genera falta de energía, sentimientos negativos e indiferencia al trabajo, y los profesionales de la salud, que están sometidos a fuertes exigencias como en la urgencia, son los más propensos a sufrirla.

Para Germán Morales, académico de la Escuela de Psicología de la U. Católica, algunas señales de este trastorno laboral pueden hallarse en sentimientos depresivos, asociados a la pérdida de sentido de la labor sanitaria, como también mayor irritabilidad.

La psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, Vania Martínez, quien participó en la elaboración del documento de la mesa social covid-19 relacionado a la salud mental, plantea que al hallarse en uno de los principales grupos de riesgo de contagio, las eventuales distancias con las familias y la estigmatización que ha sufrido el personal de salud, aumentan el estrés para ellos.

'La salud mental va de la mano de muchas medidas que se deban adoptar, por lo que el clima organizacional es muy importante', sostiene y agrega que ante la emergencia sanitaria medidas como una alimentación saludable, respetar horas, y contar con espacio de recreación y de ocio contribuyen a la salud mental del personal de salud del país.