'Para el 2019 se hace más difícil crecer 3,8%... Crecer sobre 3,5% es un tremendo logro', fueron las frases que soltó el ministro de Hacienda Felipe Larraín ayer, y que ratificó hoy en el seminario Nuevos Vientos de la Economía, organizado por Sofofa. Frases que hacen pensar que la cartera ajustará sus proyecciones para el crecimiento del PIB de este año de 3,8% a 3,5%, acercándose a lo que espera el mercado.

El ministerio, sin embargo, aún no las cambia oficialmente. 'En 2019 el objetivo es que Chile vuelva a superar el crecimiento mundial', dijo en el seminario, un poco más cauto. 'Nosotros hacemos proyecciones de crecimiento cada cierto tiempo, no las actualizamos todos los meses. En septiembre fue de 3,8%', agregó.

Pero dio luces de posibles cambios: 'Desde septiembre han habido al menos tres reducciones en las proyecciones de crecimiento mundial y en ese sentido crecer al 3,8% se hace una tarea mucho más desafiante', dijo. Y agregó que es posible que para junio haya cambios. 'Vamos a ver qué ocurre de aquí a la fecha, pero hay que ser realista en los mensajes que enviamos a la ciudadanía y el mercado'.

Los expertos esperan que el gobierno sí baje sus proyecciones. Y, de hacerlo, podría llevar a un nuevo ajuste de cinturón.

Si Hacienda cambia su proyección a 3,5%, se alejaría del 3,8% con que se realizó el Presupuesto 2019. Esto, explica Luis Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica, tendría un impacto directo en la recaudación tributaria esperada. 'El IVA y el impuesto a la renta se calculan a partir de la estimación de crecimiento. Con menor crecimiento, la recaudación debiese ser menor', advierte.

Concuerda Tomás Flores, economista senior de LyD. 'El efecto mas directo es sobre el IVA: menor crecimiento significa menor consumo', dice.

Esto, además, impacta el déficit fiscal, al haber menos ingresos, 'e incluso en el estructural', advierte Alarcón, quien augura que el sinceramiento de las cifras de crecimiento de Larraín se traduzca en una corrección de los números fiscales. 'Si en el próximo informe de finanzas públicas bajan las expectativas, lo lógico es que venga un ahorro fiscal por el lado de los gastos equivalente, para mantener los objetivos de déficit', advierte.

Un ajuste que, también, sería necesario para no alertar a las clasificadoras de riesgo, agrega.

'Para que el gobierno cumpla con corregir el déficit corriente tendría que hacer un esfuerzo mayor por el lado del gasto', concuerda Igal Magendzo, economista de Pacífico Research.

Sin embargo, Felipe Jaque, economista de Security, advierte que la menor recaudación tiene que ser muy significativos para que se dé el ajuste de cinturón. 'La política fiscal se rige por los ingresos estructurales; si hay desviaciones moderadas en ingresos efectivos, eso no implica que deba haber cambios. Y bajar de 3,8% a 3,5% parece ser un ajuste más marginal'.

Además, influyen otros factores, advierte Magedzo. 'Puede haber ingresos extraordinarios por otro lado'.

Flores concuerda y cree que la menor recaudación por la rebaja en el crecimiento podría ser compensada por el precio del cobre. En el Presupuesto 2019, se esperaba un precio del cobre de US$2,98 la libra. 'Un precio sobre US$ 3 la libra compensaría', dice Flores.