Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-08-01
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   D3
Sección:   INNOVACIÓN - Emprendedores
Centimetraje:   48x28

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La Reina del Dato tiene más de 76 mil seguidores en su cuenta de Instagram.

Min Rebolledo se ha vuelto un referente en estilo de vida saludable, con 200 mil seguidores en su cuenta.

El ingeniero comercial Felipe Sánchez tiene como objetivo crear la guía sanguchera más grande del mundo a través de sus viajes.

La diseñadora gráfica tiene 196 mil seguidores y tres emprendimientos.

Además del yoga, la influencer muestra su estilo de vida consciente y su alimentación vegana.
El Mercurio
Desde food bloggers hasta cuentas que fomentan el deporte, datos y calidad de vida
Poder y cercanía: las razones detrás del éxito del negocio de los influencers
Carisma, credibilidad y más de 50 mil seguidores son los requisitos principales para que una persona pueda considerarse un influenciador de impacto en sus usuarios. Sin embargo, ellos mismos aseguran que entregar un mensaje con contenido, siendo un aporte a la sociedad, tener seguidores de calidad que valoren lo que hacen y regular los servicios que prestan a las marcas, será fundamental para manejar su poder influyente y para que el sector sea evaluado como cualquier otro trabajo.
Ni Facebook ni Twitter parecieran poder competir con el impacto que ha tenido Instagram en los últimos años como uno de los grandes orígenes del fenómeno de los influencers. Y es que a pesar de que en un principio se constituyó como una red social de fotografía, la app ha logrado abrir el espacio para una nueva forma de hacer publicidad, precisamente por el poder de interacción que ha tenido globalmente con sus usuarios.

A nivel local, desde actores o cantantes, hasta personas naturales que se volvieron referentes en alimentación saludable, deportes o moda, estos chilenos se han transformado en verdaderos influenciadores de la sociedad, conquistando a las marcas por ser una de las vías más efectivas para llegar a las personas, abriendo un nuevo negocio.

Si bien no existe un consenso claro con respecto al número de seguidores en Instagram que define si alguien es un influencer o no, según Camilo Núñez, gerente general de la agencia digital Forza, desde los 50 mil se podría estar hablando de personas con un fuerte alcance de impacto dentro de una comunidad. Sin embargo, lo más importante no es la cantidad, sino que tengan credibilidad, asegurando que existen dos tipos de influencers: los que llegan a millones de usuarios sin un foco en específico, y los de nicho, que son a lo que hoy están apuntando las marcas. 'Estos influencers de nicho nacieron construyendo su comunidad de manera orgánica, en donde ellos tienen un relato que es muy consecuente entre lo que dicen y lo que hacen en sus vidas. Si bien no tuvieron un apoyo mediático, como ser actores o artistas de TV, son personas que hoy día generan una credibilidad muy alta de cara a la comunicación', explica Núñez.

El deber tributario

A raíz del reporte del Servicio de Impuestos Internos (SII) que identificó a 69 influencers con más de 100 mil seguidores para fiscalizar su interacción con las marcas, el socio de Cariola, Diez, Pérez-Cotapos, Javier Cerón, considera que este nuevo mercado presenta desafíos que tienen que ver con la calificación de los servicios, en los que dependiendo del caso, tendrían alcances legales y tributarios distintos. 'El mayor grado de incumplimiento puede estar en los influencers que consideran esto como una actividad complementaria y no tienen conciencia de que la remuneración que reciben es tributable. Por eso, el plan de fiscalización del SII no debiese focalizarse en un solo tipo de influencer, sino que escoger a varios representantes', comenta Cerón.

Similar es la mirada de Rodrigo Benítez, socio de Tax&Legal de BDO, quien añade que el tratamiento tributario debiera ser el mismo que se usa en la publicidad tradicional. De esta forma, afirma que a medida que la actividad va creciendo, es posible que estas personas construyan sociedades a través de las cuales presten sus servicios de publicidad. 'Por los ingresos, los influencers debieran declarar y pagar impuesto a la renta. Por los servicios publicitarios debieran facturarlos y pagar IVA. En el caso que estos no cumplan con su obligación tributaria es posible que el SII traslade esta obligación a los pagadores de los servicios o a quienes contratan los mismos', advierte Benítez.

Josefa Izquierdo y su cuenta La Reina del Dato

Con el objetivo de ayudar a las personas a resolver sus necesidades de manera simple y fomentar, a su vez, emprendimientos recomendando nuevos negocios y prestadores de servicios, fue que en 2017 Josefa Izquierdo creó su cuenta de Instagram, La Reina del Dato. Dentro de esta plataforma se pueden encontrar datos de belleza, comida, panoramas, viajes y otros servicios como arreglos en las casas, siempre siendo testeados por la publicista, quien pasó de tener una agencia de anfitriones de eventos a vivir de su interacción en la red. En este sentido, su relación con las marcas siempre ha sido de manera profesional, en donde asegura tener todo en regla a nivel tributario y siempre advirtiendo que si no le gusta un producto que le ofrecen, no lo recomendará. 'Hoy en día las marcas te dan la libertad de hacer tu trabajo de manera menos pauteada y más genuina. Confían en el estilo y modo de comunicar de cada influenciador. De todas formas, creo que es positivo clarificar cuando el contenido es publicidad, para que los seguidores estén conscientes de que el mensaje está asociado a un pago. La transparencia y sinceridad es clave en la relación influenciador/seguidores', comenta.

La food blogger Yasmin Rebolledo

Desde siempre con un fuerte interés por la tecnología, Yasmin Rebolledo se hizo conocida en los primeros años de Twitter con un blog en donde publicaba su día a día, lo que la llevó a ser pionera en la interacción de bloggers y marcas. Con el paso del tiempo y ser mamá, debutó en su cuenta de Instagram compartiendo su estilo de vida y recetas saludables, lo que la llevó a publicar dos libros de alimentación y a tener casi 200 mil seguidores. Tanto ha sido su éxito, que su marido dejó su trabajo para crear una sociedad con ella, la cual incluye la producción de libros y los servicios de publicidad, con precios definidos por post y contratos con marcas, que en su mayoría son de comida.

Así, cree que es clave tener seguidores de calidad, en donde lo que importa son los comentarios o likes de una foto y las veces que esta se guarde o se envíe a otros usuarios, para que las marcas puedan ver un efecto en la promoción de sus productos.

En cuanto a la regulación, la ingeniera comercial afirma que es clave que se le ponga atención. 'Esto es un trabajo como cualquier otro, que implica tiempo, cabeza y cansancio físico y emocional. A veces es mal mirada la palabra influencer, pero uno se sabe ganar el respeto de la gente. Está muy bien que se regule más que nada, por algunas empresas que se quieren aprovechar, que creen que con un canje vamos a estar felices', sostiene Rebolledo.

El catador de sándwiches, Felipe Sánchez

365 Sánguchez es la cuenta de Felipe Sánchez, quien durante un año todos los días comió un sándwich distinto con el fin de generar la guía sanguchera más grande del país. Pero esto no fue algo espontáneo, sino que el ingeniero comercial trabajó durante siete meses creando su marca, armando su modelo de negocios y consiguiendo auspicios. Hoy el propósito de su cuenta no termina en mostrar comida, ya que con la comunidad de su red, que suma 88 mil seguidores y los ingresos que ha recibido de las marcas, ha logrado construir casas tras el incendio en Valparaíso de 2014; un pozo con agua potable en África y donar para distintas instituciones sociales.

Sánchez se denomina un 'generador de contenidos online' y actualmente está probando sándwiches alrededor del mundo, viajando por 33 países junto a una agencia de viajes. 'El poder influenciar para mí va mucho más allá de vender un determinado producto. Influenciar tiene que ver con generar cambios, tanto en individuos como también en la sociedad como un todo', señala. Su interacción con las marcas no es precisamente con los restaurantes, sino que con empresas que tengan relación con los proyectos en los que está involucrado, como por ejemplo un celular que le permita generar contenido de calidad. 'Cuando comencé eran casi siempre canjes y luego post pagados. Ahora no acepto ninguno de esos formatos, ya que me centro en generar relaciones de largo plazo, donde les vendo a las marcas un año completo de trabajo. Es la única manera de generar contenido relevante y honesto'.

Valentina Urzúa es SoyTendencia

Lo que en un principio fue un blog de moda y viajes, Valentina Urzúa lo transformó en un negocio en sí mismo con SoyTendencia. Su cuenta es una empresa que consiste en la venta de cajas, las que contienen desde productos de belleza hasta objetos de viaje, en donde las marcas están presentes. Junto a ese negocio, Urzúa ha sacado otros como la tienda de ropa Shop Soy Tendencia, Sexta Reina —que vende productos de fiesta para mujeres— y la venta de sus cajas en Perú.

Además, la diseñadora ha logrado posicionarse como un referente de moda y viajes que la llevan a interactuar con la publicidad no solo mostrando a las marcas en sus cajas, sino que también promocionando los productos que ella usa. En este sentido, cree que hay muchos factores en los que hay que ser cuidadoso, sobre todo con el poder influyente que tienen estas cuentas. 'El mundo de las redes sociales es tan falso que al final la gente valora a los que son reales y auténticos, entonces mi trato con las marcas es súper orgánico. Veo que hay un montón de niñitas que lo único que quieren es tener miles de seguidores y sacarse fotos bonitas en la calle, y eso es una irresponsabilidad. Siento que las personas que llevamos tiempo en esto tenemos que entregar un mensaje profundo dentro de nuestras redes', advierte.

Anais Sorentsen como Yoga Woman

Hace cinco años y tras dejar las carreras de Nutrición y Diseño, Anais Sorentsen se certificó como profesora de yoga y quiso compartir su experiencia a través de las redes. De apoco fue incluyendo su alimentación vegana, su vivencia con el embarazo y la crianza de su hijo, lo que la llevó a contar con más de 196 mil seguidores en Instagram, que hoy siguen su estilo de vida. Si bien cuenta que en un principio se dio de forma natural, al percatarse del impacto que estaba generando comenzó a dedicarle más tiempo a la interacción tanto con los usuarios, como con las marcas. Así, piensa que la gracia de ser una influencer es la interacción y lazos que se generan con las personas, de manera que se vuelva un espacio para compartir experiencias. En cuanto a su trabajo con la publicidad, le gusta trabajar con las que más se identifica y también con emprendedores para apoyarlos. 'Lo esencial es la congruencia con mi estilo de vida, que los productos y servicios se alineen con lo que digo y hago. El trueque es una economía amigable; yo tengo algo que tú necesitas y tú tienes algo que yo necesito, y ese es el valor de las cosas. Hoy esto es una realidad, en donde hay comercio justo, todos ganan y es sobre la base de la confianza'.

Recuadro
'El mayor grado de incumplimiento puede estar en los influencers que consideran esto como una actividad complementaria'. Javier Cerón, socio de Cariola, Diez, Pérez-Cotapos.

'Por los ingresos, debieran declarar y pagar impuesto a la renta. Por los servicios publicitarios, debieran facturarlos y pagar IVA'. Rodrigo Benítez, socio en Tax&Legal de BDO.

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Paz Radovic-