'A mi hijo se le asignó un colegio que queda a 22 kilómetros de Pucón, donde vivimos. Es una escuela rural al interior de un camino, ahí no llegan ni los buses interurbanos. Imagínate le llega a pasar algo'.

Con esas palabras Nimsi Alarcón (29) explica por qué a cinco semanas de haber iniciado el año escolar, aún no matricula a su hijo, pese a que se le asignó un establecimiento a través del Sistema de Admisión Escolar (SAE).

'He llorado mucho. Es una situación que se nos escapa de las manos, porque ahora uno ya no decide, es un sistema', agrega. Un caso similar ocurre en Punta Arenas, donde Verónica Díaz cuenta que trató que su hijo regresara al colegio que cursó de primero a sexto básico —tras salir de la ciudad por un año—, sin embargo no tuvo éxito.

'Nos ha costado mucho que lo reincorporen y ahora no está en ningún colegio, porque él quiere ir a su escuela', dice angustiada. Al igual que ellos hay miles de padres que a más de un mes de haber iniciado el año escolar aún no matriculan a sus hijos en rechazo a las escuelas que les asignó el Sistema de Admisión Escolar, según indican en el Ministerio de Educación (Mineduc). Son 5.721 niños que postularon a través del SAE que aún no son matriculados pese a que se les asignó un establecimiento.

Este número, sin embargo, es el 2% total de los 274.929 que usaron el sistema. En las regiones que más se repite esta situación son Valparaíso con 870 niños, Antofagasta (826) y Coquimbo (647). Precisamente esta última fue la que presentó el menor número de alumnos aceptados en su primera preferencia en el proceso 2018 con el 45% (ver infografía).

'El descontento que ha provocado el SAE se explica por lo injusto que les parece a las familias que prime el azar por sobre otras consideraciones, por ejemplo, el mérito académico o adhesión a un proyecto educativo', explica la ministra de Educación, Marcela Cubillos. Agrega que otro factor es la expectativa que generó el gobierno anterior respecto al sistema.
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Soluciones

El problema hoy lo están abordando las seremi en cada una de las regiones, analizando caso a caso. Así, las autoridades locales se están contactando con las familias de los niños para entregarles alternativas.

Entre ellas, están el convencerlos que ingresen al establecimiento asignado y el entregarles más opciones de colegios con vacantes.
'Nos ha pasado que, aunque hayan cupos, las familias no quieren matricularlos, porque el establecimiento no los satisface. Lo que estamos haciendo es reunirnos con los padres, llamarlos por teléfono. Es un trabajo lento porque se requiere conversar con las familias', dice el seremi de La Araucanía, Juan Luis Salinas. Agrega que 'hay vacantes de sobra, por lo tanto no es ese el problema. Es el establecimiento en el que los padres quieren tener a sus hijos'.

Lo que es respaldado por las cifras, pues a nivel nacional hay 257 mil cupos en colegios adscritos al SAE. Por ejemplo, en Coquimbo, que es una de las zonas con más niños sin matrícula hay 30 mil cupos. Pese a ello, Salinas advierte que existe un problema con este número en su zona y que podría repetirse en otros lugares: 'Los establecimientos disponibles en sectores urbanos son escasos, pero tenemos abundantes posibilidades de matrículas en escuelas rurales'.

Responsabilidades

Para el académico de la U. Diego Portales y que trabajó en el Mineduc, Gonzalo Muñoz, la responsabilidad no recae solo en el sistema. 'Es una responsabilidad compartida entre quienes usan el sistema y quienes lo implementan'.

Agrega que lo relevante es el derecho a la educación de los niños y que este 'se está poniendo en riesgo por estos problemas de implementación. Lo más importante es que el ministerio tenga una posición o una actitud activa y no pasiva en esta situación'.

Muñoz eso sí advierte que 'no es responsable seguir insistiendo en que es legítimo no matricular a los niños. No es entendible ni aceptable (...) Si bien las familias tienen el derecho de participar, no tienen el derecho a dejar sin educación obligatoria a sus niños'.

En tanto, el decano de la Facultad de Educación de la U. Central y que también trabajó en el Mineduc, Jaime Veas, señala que 'esto no es culpa del sistema o no del sistema. Hay que ver si aquí hay detrás razones como lejanías o que postularon a colegios que tenían pocas vacantes o mucha demanda'. Además agrega que esta es una situación que antes también existía y que simplemente no se conocía.

'El sistema pone en vitrina y transparenta situaciones que antes más bien convivíamos. Antes éramos ciegos, no sabíamos cuántos efectivamente quedaban fuera, por qué y cuáles eran las razones de escogencia de las familias'.