Casi cinco años han pasado desde que se inició la discusión de la Ley de Inclusión, proyecto del Gobierno de Michelle Bachelet que reformó la admisión en los colegios y cuya tramitación, que incluso se extendió hasta el Tribunal Constitucional, generó un tenso debate político.

Discusión que, seguramente, se reabrirá en los próximos meses, ya que esta semana comenzará un nuevo capítulo en torno a la norma —que entró en vigencia en 2016—, con el ingreso al Congreso de un proyecto que busca reformarla.

Según lo que adelantó ayer a 'El Mercurio' la titular de la cartera, Marcela Cubillos, el nuevo texto, que ingresará por la Cámara de Diputados y que cambiará el Sistema de Admisión Escolar (SAE), incluirá que los liceos de excelencia puedan elegir a todos sus estudiantes por mérito académico, además de priorizar a los postulantes que vivan en un mismo hogar y que no tengan lazos consanguíneos.

De acuerdo con la ministra, la propuesta que se enviará aseguraría un 30% de alumnos prioritarios en la selección por mérito.

Retroceso

La elección de todos los alumnos por meritocracia sería lo que más rencillas podría provocar en el Parlamento, especialmente en la Comisión de Educación de la Cámara.

El diputado Rodrigo González (PPD), plantea que hay medidas que se podrían tomar, pero no aquellas que 'solo van a mantener el sistema discriminatorio y selectivo que ha tenido siempre la educación chilena'.

Por su parte, Camila Rojas (RD) afirma que hay premisas que la titular de la cartera propone y que no son correctas como el pensar que el problema yace en que 'supuestamente antes los padres podían elegir el proyecto educativo de sus hijos y hoy no. Creo que eso es falso, porque lo real es que en Chile antes eran los colegios los que elegían a los estudiantes'.

Su par RD, Gonzalo Winter, concuerda y dice que, aunque está la disposición a debatir todo tipo de proyectos, 'comparar el mérito académico de un niño de cinco años que vive en un sector pobre, con uno que tiene buenas condiciones en la casa y que va a un prekinder privado, es autoengañarnos'.

Por el contrario, desde las bancadas oficialistas el apoyo es claro. De hecho, el diputado Diego Schalper (RN), invita 'a los diputados de oposición a aprobar una reforma que lo único que busca es valorar el esfuerzo académico y al mismo tiempo valorar la diversidad de proyectos educativos'.

En esa línea, la diputada María José Hoffman (UDI), asegura que el 'recuperar el mérito en la educación y poner el foco en las familias vulnerables es el camino correcto que estábamos esperando'.

Mientras, el jefe de la bancada de RN, el diputado Leopoldo Pérez, puntualiza que lo que el texto busca es que 'los colegios de excelencia o de características especiales puedan tener la posibilidad de que no sea una tómbola la que esté eligiendo al 100% de los alumnos, sino que sean otras características y factores los que permitan que los padres puedan elegir, y no un sistema aleatorio'.

Visiones académicas

La esfera política no es la única en la que el proyecto genera división. Arturo Fontaine, académico de las U. de Chile y Diego Portales, asevera que se ha deslegitimado la idea de un proyecto educacional selectivo y meritocrático, cuando 'si queremos una capa de dirigencia inclusiva tenemos que abrirnos a que haya liceos que seleccionen académicamente'.

Añade que, además, 'no va a ser fácil su discusión en la Cámara de Diputados'.

En esto coincide Sergio Urzúa, investigador de Clapes UC, quien apunta a que 'la institucionalidad de los liceos emblemáticos se desmanteló sin ofrecerle alternativa a las familias que apostaron por estos colegios', y que es necesario que 'estas instituciones vuelvan a pensar en el rol que tenían'.

Desde la otra vereda, Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020, dice que aunque es valorable querer mejorar la ley, 'quisiéramos cuestionar qué entendemos por mérito, porque en un sistema como el de Chile, hacer una evaluación por notas o manejar un segundo idioma, tiene que ver con un nivel socioeconómico de origen. Desde ese sentido nos parece que no es avanzar en la dirección correcta'.

Para Gonzalo Muñoz, académico de la U. Diego Portales y ex jefe de Educación General del ministerio, 'modificar la política de esta importancia, como el fin de la selección, sin evaluarla, me parece arriesgado e inoficioso'.