Esta mañana, los diez ministros del Tribunal Constitucional (TC) eligieron — por una mayoría de seis votos— a María Luisa Brahm como su nueva presidenta durante los próximos dos años.

Otros tres votos fueron para Juan José Romero, mientras que Domingo Hernández se abstuvo.

La previa del debate fue tensa. Si bien los ministros de sensibilidad afín al oficialismo tienen una cómoda mayoría dentro del TC, las relaciones entre ellos están quebradas. Eso derivó en que el grupo más conservador —encabezado por el hasta hoy presidente Iván Aróstica e integrado también por los ministros Vásquez y Romero— quedara en minoría.

Por su parte, Brahm, de perfil liberal, ha votado a veces en consonancia con los ministros afines a la oposición en proyectos como el aborto en tres causales.

A pesar de ello, desde la oposición el nombre de Brahm también ha sido cuestionado por su cercanía con el Presidente Sebastián Piñera, ya que en su primer gobierno, ella fue su jefa de asesores ('Segundo Piso' de La Moneda). Incluso el diputado Leonardo Soto (PS) ofició hace unos días al TC pidiendo que se den a conocer los argumentos de los ministros para votar por un determinado candidato a presidente, y que se transparenten los parámetros de idoneidad que se les exigen en materia constitucional.

Esta mañana, antes del pleno, en que se tomó la decisión, al participar del seminario '¿Es necesario reformar el Tribunal Constitucional?', organizado por la UDD, el presidente saliente, Iván Aróstica, planteó su visión. 'Toda institución es susceptible de mejoras, el aggiornamento siempre es bueno, todas estas conversaciones son muy buenas para el TC, porque todos concordamos en que se pueden hacer modificaciones, perfeccionamientos, ahora que está tan en boga el tema de los nombramientos, de la selección de los ministros, en función de que tengan una mayor independencia', dijo.

'Ahora, lo que dice relación con las funciones del Tribunal Constitucional, eso es más delicado', agregó.