Pais:   Chile
Región:   Atacama
Fecha:   2019-05-19
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   8
Sección:   Opinión - Columna
Centimetraje:   17x16
El Diario de Atacama
Esa cosa llamada Educación
El debate sobre la desigualdad hunde sus raíces en las causas que la originan, planteándose que gran parte de las inequidades sociales que condicionan la vida de un individuo tienen su base en las oportunidades educacionales que ha tenido.

Si observamos lo que ha ocurrido en Chile en un estudio del PNUD sobre desigualdad, en los últimos decenios podríamos afirmar que hemos asistido a importantes avances en la Educación. Así, en materia de gasto pasamos del 2,5 % del PIB en 1990 a un 4,7% en 2015. En cuanto a cobertura, mientras en 1990 egresaba de enseñanza media un 52,5% de los jóvenes que ingresaban a este nivel, en el año 2015 lo hacía un 86,2%. Finalmente, y en lo que creo es el dato más significativo, la cobertura de ingreso de jóvenes de entre 20 y 24 años en la Educación superior paso en este mismo lapso de un 20,3% a un 54,9 %, lo que significa que muchas más personas han tenido la posibilidad de cursar estudios técnicos, profesionales y universitarios. Si analizamos este mayor acceso por quintiles de ingreso se concluye que en es los grupos de menores ingresos en los que se produjo el mayor salto, pasando de coberturas de acceso de menos de un digito en los quintiles 1 y 2, a cifras de 47,2% y 51,1% respectivamente, aumentos muy relevantes que deberían contribuir por tanto a generar mayor equidad y oportunidades para nuestros jóvenes.

Sin embargo, estos positivos indicadores de aumento de cobertura no van necesariamente acompañados de una trayectoria educacional positiva que desemboque en la culminación de los estudios, manteniéndose importantes diferencias entre grupos socioeconómicos en cuanto al ingreso y al egreso de la Educación Superior. Así, constatamos que en el grupo socioeconómico clasificado como bajo solo el 11% de quienes ingresan a los estudios terciarios logra egresar, mientras que en el alto lo hace un 84% , una brutal diferencia que agudiza la desigualdad. Esto quiere decir que para los quintiles de menores ingresos hay menores oportunidades de ingreso y les es más difícil aun egresar. Esta doble cuesta que deben subir los jóvenes de menores recursos puede explicar la percepción que exhiben acerca del soporte que les brinda la Educación para sus vidas. Ante la pregunta ¿siente que los estudios que usted tiene le permiten elegir libremente lo que quiere hacer?, solo un 30% de quienes se consideran de grupos socioeconómicos bajos siente que efectivamente la Educación que ha recibido le permite elegir vs un 92% del grupo socioeconómico alto.

Avanzamos, pero…seguimos con gran parte de la promesa de la Educación incumplida. Aún persiste en nuestra sociedad la sensación de la canción de Los prisioneros que dice "a otros dieron de verdad esa cosa llamada Educación…".
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Rodrigo Rojas Veas Rector Santo Tomás Copiapó-