Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2018-08-04
Tipo:   Suplemento
Página(s):   2
Sección:   Suplemento
Centimetraje:   31x24
LaTercera - Ediciones Especiales
Desafíos del desarrollo
Hacia un mayor bienestar urbano
Una ciudad armónica, bien conectada, segura y con acceso a todos los servicios que se requieren en la vida diaria es el interés de quienes hoy miran el futuro de la capital. ¿Los desafíos? Que el crecimiento con calidad llegue a todos los sectores.
Según Naciones Unidas, actualmente el 55% de las personas en el mundo vive en ciudades, proporción que se elevará hasta 13% de cara a 2050, considerando el desplazamiento desde las áreas rurales a las urbanas y las perspectivas de crecimiento demográfico. Así, el desarrollo sostenible dependerá, cada vez más, de una gestión apropiada del crecimiento urbano.

Para las ciudades chilenas, el desafío está planteado. El crecimiento descontrolado de la ciudad, la degradación del espacio público, la desigualdad y la segregación de los espacios urbanos es parte del debate diario y preocupación de especialistas del sector público, privado y académico. Y es que todos queremos vivir en un entorno amable, seguro, con áreas verdes, buena movilidad, infraestructura de servicios y barrios diversos.

Crecimiento de la capital

No corresponde pensar que a los barrios se les ponga un candado cerrándose a nuevos desarrollos y habitantes, comenta el past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), Pablo Larraín, así como tampoco es justo que las personas tengan que trasladarse por horas para llegar al trabajo en un bus que nunca pasa o en un automóvil atascado en una eterna congestión.

Santiago hoy se enfrenta a este cuestionamiento y es necesario reflexionar sobre qué modelo urbano será capaz de soportar los cambios a la geografía humana y el desarrollo, en una ecuación que provea altos estándares de armonía y calidad de vida, y que, además, supere la saturación del anacrónico equilibrio centro-periferia. "En la actualidad, el interés está puesto en las garantías de armonía e interacción con el espacio, con acento en la integración y acceso democrático a la infraestructura y el transporte público", sostiene.

El impulso a la extensión de las redes de Metro es parte de este objetivo, pero en ningún caso se trata de una acción aislada. "El perfeccionamiento del transporte público, en su conjunto, permite avanzar en la armonía de la ciudad, resolviendo necesidades básicas y proponiendo soluciones de bienestar, especialmente para quienes deben recorrer grandes distancias a diario a causa de un alicaído modelo centro-periferia y de urbanidad-ruralidad", comenta el past president AOA.

En el último tiempo, discusiones legislativas sobre el espacio público, la constitución policéntrica y otras políticas públicas relacionadas con viviendas, normativas de construcción y promoción de la arquitectura y el urbanismo se han tomado el debate. ¿El objetivo? Mejorar la calidad de la vida urbana para toda la población.

Un claro ejemplo de ello son los cambios en los planos reguladores comunales que, dado su alcance local, no alcanzan a reconocer el valor de la compactación, del uso mixto del suelo y de la ecuación densidad-inclusión. Esto se grafica muy especialmente en aquellos sectores con cobertura de Metro, añade Pablo Larraín: "Esta temática debe ser considerada en planes de desarrollo i ntercomunales que aborden las ta reas pendientes de transporte y conectividad urbana, asumiendo sistemas integrados con soluciones globales". Santiago no debe articularse en zonas o comunas que alberguen exclusivamente ciertos tipos de uso de suelo -industrial, residencial o de servicios- perpertuando la segregación, sino reconociendo un modelo de desarrollo policéntrico. "Debemos preguntarnos dónde vamos a colocar las densidades y entender que es el uso mixto lo que genera mayor valor en la calidad de la vida urbana. Es necesario reflexionar sobre cómo recuperar zonas que hoy no cuentan con una normativa que permita soportar el crecimiento de la población y la mejora en su situación económica", sostiene.

Este crecimiento, necesariamente, debe estar apoyado en un sistema de transporte público de calidad, comenta el arquitecto, favoreciendo la conformación de microcentros en la ciudad, evitando los desplazamientos por largos trayectos y reconociendo la necesidad de acceso y conectividad para toda la población: "Es decir, crecimiento con equidad y calidad de vida para todas las personas", concluye.

Recuadro
"Es necesario establecer procesos para ver cómo podemos seguir desarrollando nuestras ciudades. Hay que generar un acuerdo, liderado por la autoridad pública e integrado por los privados y la ciudadanía organizada y capacitada, para avanzar en una densificación equilibrada", Pablo Larraín, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).

4.200
millones es el número de población urbana en 2018 y ha crecido desde 751 millones en 1950, según datos de las Naciones Unidas.
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Por: Tanya Orellana C.-