Desde octubre pasado, cuando aún faltaba un mes para la firma del acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución al que adhirieron transversalmente los partidos políticos, el Presidente Sebastián Piñera ha convocado tres veces a acuerdos entre oficialismo y oposición. Primero lo hizo por la agenda social, luego por la paz, la justicia y una nueva constitución y finalmente, ayer, para que se condenara a la violencia.

La fórmula, en todo caso, es antigua y ha sido utilizada por Piñera desde antes del estallido social: el 11 de marzo de 2018, en el primer día del segundo mandato, anunció que empujaría cinco acuerdos transversales, en temas que serían clave para su gobierno: Infancia, Salud, Seguridad, La Araucanía y Pobreza.

Todos estos temas siguen pendientes y dado el actual clima de conflictividad social, existen dudas de que una declaración de la élite política sea suficiente para recuperar el orden público.

'Lo que puede terminar por hacer esto, al ser una cuestión simplemente declarativa, es que no tenga ningún resultado, porque todo el mundo sabe que es simplemente declarativo. A estas alturas pareciera que ni siquiera cumple un rol simbólico esa declaración', opina el abogado Luis Cordero

Añade que 'la política tiene un rol simbólico pero, el Estado sigue cumpliendo un rol relevante en la eficacia. Esto es como un boomerang, de tanta exigencia de declaración, la pregunta que viene de vuelta es: bueno, cuáles son las medidas eficaces que suponen controlar el orden público sin violentar derechos humanos que está implementando el Ejecutivo'.

Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, dice que 'lamentablemente no está funcionando (...) uno no puede llamar a estos acuerdos por la prensa sin antes tenerlo medianamente conversado, sin haber hecho el trabajo previo. En el contexto en el que estamos, para llamar a acuerdos hay que tenerlos previamente trabajados'.

Una opinión distinta tiene el empresario y columnista Óscar Guillermo Garretón, quien cree que el camino elegido por Piñera es adecuado, pese a que hoy los partidos y la clase política están cuestionados: 'Si el mundo político se resigna a la situación de debilidad de convocatoria que tiene actualmente, el mundo político va a desaparecer. Si toda la política se coloca en torno a un acuerdo nacional, te aseguro que la actitud de la gente cambia. El acuerdo por el proceso constituyente es un ejemplo: hizo que se encauzara toda la discusión inmediatamente. La política juega un rol, independiente de su propio desprestigio o de la violencia de la calle'.

Hoy en Cooperativa la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que 'el tema del orden público efectivamente es una responsabilidad del Gobierno, pero en la que tiene que colaborar la sociedad completa o, si no, no funciona'.

El exministro PS, José Antonio Viera-Gallo expresó a El Líbero que 'el Presidente no debiera emplazar a oposición, sino que apelar a ciudadanos. Si quisiera de verdad un acuerdo para la paz, no se hace a través de un discurso', añadió.

La presidenta de RD, Catalina Pérez, cuestionó la capacidad del Gobierno para 'convocar a un acuerdo por la paz real', ya que a su juicio 'ha vulnerado los DD.HH.'.
Presidente agradece a oposición

Un nuevo llamado a condenar la violencia realizó el Presidente Sebastián Piñera al encabezar una ceremonia por la entrada en vigencia de la reforma tributaria.

Sin embargo, en la actividad realizada en La Moneda hizo un gesto a la oposición. 'Quiero apreciar, valorar y agradecer el gran trabajo que hizo el ministro Ignacio Briones y su equipo y también apreciar y agradecer el gesto, la actitud de diálogo, de acuerdo, de colaboración, que mostraron algunos sectores en la tramitación de este proyecto, que aportaron de buena fe y de buena voluntad a lograr un acuerdo importante para nuestra sociedad', dijo el Presidente.

'Chile necesita hoy más que nunca mantener vivo este espíritu de diálogo. Como Presidente de Chile nunca me voy a cansar en llamar a ese diálogo', agregó