Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-05-18
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   11
Sección:   Opiniones
Centimetraje:   15x35
La Segunda
Verdades aplastantes
El virus ha mostrado con crueldad nuestras grietas. Trata severamente a los pobres; se distribuye como la desigualdad de la sociedad que hemos construido; deja a nuestros adultos mayores en una internación permanente con la amenaza del olvido; las políticas de aislamiento son útiles para quienes no viven el dilema de la subsistencia; revela que la política, perpleja frente a la incertidumbre, reacciona tarde por temor a los costos de sus decisiones; deja en evidencia la incomodidad del poder con la ciencia; demuestra las consecuencias negativas de la descoordinación estatal; desenmascara a los partidos políticos sobre las conveniencias electorales de la pandemia, y permite que afloren nuestros instintos: nos lleva a una total desconfianza frente a todos aquellos que no forman parte de nuestra tribu, y provoca una polarización alimentada por la angustia de un futuro que hasta hace poco dependía de nosotros.

Frente a esto abundan quienes afirman que lo que vendrá será un Estado no solo más grande, sino que también intrusivo. El temor al contagio nos ha llevado a aceptar que simples decisiones administrativas sin ningún tipo de control adicional puedan coartar derechos; no solo los de desplazamiento, que parecieran obvios, sino que algunos elementales como los que permiten la relación de los padres con sus hijos. Pero también, como si fuera una competencia de protagonismos por apariciones en matinales, ha provocado que el Congreso y los alcaldes le disputen la responsabilidad pública al Ejecutivo en un conjunto de regulaciones para abordar la emergencia. Estas pueden transformarse en permanentes, si no tenemos claridad sobre las consecuencias sistémicas que pueden derivar de eso contra el propio interés general.

Pero, mientras esto sucede, todavía estamos a tiempo de pensar qué vamos a hacer para reconstruir nuestra sociedad y adaptar el Estado para convivir con este continuo y acelerado cambio. Esto nos exige identificar los antecedentes, experiencias y evaluaciones de estos meses que nos permitirán deliberar sobre lo que es un inevitable nuevo pacto social, que desborda los límites del proceso constituyente. Porque como expresó Albert Camus al escribir sobre el mito de Sísifo, 'las verdades aplastantes desaparecen al ser reconocidas'.

En diciembre de 2018 se creó el Consejo Asesor Permanente para la Modernización del Estado. Lo integran doce destacadas personalidades. Una de sus labores es precisamente realizar recomendaciones sobre reformas estructurales. Han transcurrido meses de silencio sobre su labor. Pareciera que, frente a un momento único y trascendental en nuestra vida institucional, esas verdades aplastantes requieren de acciones y, de ese consejo, una voz.

Recuadro
'Estamos a tiempo de pensar qué vamos a hacer para reconstruir nuestra sociedad y adaptar el Estado para este continuo y acelerado cambio'.
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Luis Cordero Vega-