Pais:   Chile
Región:   Los Lagos
Fecha:   2019-01-15
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   8
Sección:   Opinión - Columna
Centimetraje:   14x16
El Diario Austral _Osorno
La deuda con nuestros adultos mayores
La población de adultos mayores en Chile aumenta de manera sostenida. El país está envejeciendo y, ni como sociedad ni como Estado, nos hemos preparado debidamente para enfrentar este nuevo escenario.

Las políticas públicas destinadas a las personas mayores son insuficientes y, lamentablemente, no alcanzan a cubrir la vasta gama de requerimientos que posee ese grupo etario, que además -y por distintas razones- dejó hace tiempo dejó ser un sector pasivo.

Así como no gozan de atención médica preferente, los adultos mayores en Chile tampoco cuentan con acceso a tarjetas bancarias y menos a un endeudamiento justo con las instituciones financieras. Ni siquiera son beneficiarios de una rebaja en la tarifa del transporte público. Muchas veces son víctimas del abuso de sus propios familiares para adueñarse de sus bienes en vida y terminan recluidos en casas de acogida que tampoco cuentan con una fiscalización seria.

Y ni qué decir del tema previsional. La reforma al sistema de pensiones que propone el Ejecutivo plantea una solución potencial a 40 años plazo. Es decir, los resultados serán experimentados por quienes hoy están iniciando su vida laboral. Mientras tanto, ¿qué pasa con los miles de chilenos y chilenas que reciben hoy una pensión mísera y que temen dejar de trabajar porque ello implica caer en la pobreza? Para ellos no hay respuesta. Pareciera que nadie ha pensado en que llegar a viejo es sólo una cuestión de tiempo y que son las condiciones de esa llegada las que marcarán la diferencia entre tener una vejez digna y con bienestar o, por el contrario, en condiciones de precariedad y abandono.

Hace algunas semanas se formó en el Senado la comisión especial del adulto mayor con el objetivo de avanzar en la tramitación de aquellas iniciativas que tengan directa relación con este grupo. Es, sin dudas, un paso que contribuye a visibilizar esta nueva realidad y a mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Pero todavía hace falta más. Es deber del Estado y de sus instituciones garantizar el acceso a los mejores servicios para las personas mayores, así como los espacios necesarios para que el fin de la vida laboral no signifique también una jubilación intelectual y social. Ofrecer a nuestros adultos mayores una vida en plenitud, con calidad, bienestar y seguridad, debe ser nuestro norte. No podemos darnos el lujo de dejarlos de lado ni de profundizar la deuda que Chile ya tiene con ellos.


Recuadro
"Ofrecer a nuestros adultos mayores una vida en plenitud, con calidad (...) debe ser nuestro norte"
Pie de pagina
Rabindranath Quinteros Lara, senador por la Región de Los Lagos-