En los últimos años se ha hecho bastante común hablar de cómo las organizaciones deben avanzar ágilmente para no morir por la inercia o ser desplazadas por algún nuevo actor que, de forma disruptiva, las elimine del negocio.

En base a lo anterior es que los expertos consideran que la innovación está lejos de ser solo un proceso creativo y divergente del que muchos hablan, sino que requiere disciplina y constancia en las etapas de convergencia e implementación en una organización. Por ello, luego del entusiasmo inicial, es importante mantener un buen programa de incentivos que sea clave para fortalecer la cultura y la metodología de innovación de manera permanente.

Arzú Núñez, consultora de innovación de Transforme Consultores, asegura que los incentivos son una buena alternativa de motivación.

'Estos pueden ser de dos tipos: recompensas y reconocimientos. Las recompensas están relacionadas con alcanzar un premio final (que puede ser económico o no); mientras que los reconocimientos son demostraciones que ayudan a los colaboradores a sentir que su compromiso e ideas son valorados dentro de la organización', apunta.

Sabiendo esto, y construido el plan de innovación, Núñez dice que existen claves para crear el mejor plan de incentivos de innovación para una organización, y que lo primero que se debe hacer es identificar a quiénes incentivar.

'Dentro del plan están distintos grupos de interés a quienes se busca incentivar (colaboradores, líderes de área, el propio equipo de innovación o el patrocinador de una idea). Lo ideal es listarlos y reservarlos para, con el tiempo, ir descubriendo sus potenciales' comenta.

Posteriormente, Núñez señala importante definir en qué etapas del proceso de innovación participará cada grupo. Dice que esto es importante para dar foco a los incentivos.

'Si bien es clave que todos sepan qué se está haciendo y conozcan las etapas del proceso de innovar, sabemos que cada uno agrega valor de manera y en etapas distintas. Identificar, por ejemplo, si los líderes de área participarán del proceso de problematización, generarán nuevas ideas, asistirán a charlas, incubarán una idea o formarán parte activa del proceso de comunicación del programa', explica.

Posteriormente se define el perfil y las motivaciones de cada grupo, lo que ayuda a entender en qué etapa de su vida profesional o personal se encuentran.

'Una manera de hacerlo es creando el ‘perfil persona' de cada uno. Siguiendo el ejemplo de los líderes de equipo, piense cómo se describirían de forma general. Quizás muchos estén entre los 30 y 35 años, viven en pareja y ya tienen su primer hijo. Tal vez, les guste pasar tiempo al aire libre o hacer deporte frecuentemente. Si no los conoce personalmente, acérquese y converse con ellos', comenta.

El experto asegura que, finalmente, y tras crear el perfil y haber conversado con algunas personas de cada grupo, ya se está en condiciones de saber qué incentivos —en formato de reconocimientos o recompensas— son los más valorados.