Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-03-18
Tipo:   Suplemento
Página(s):   4-5
Sección:   Suplemento
Centimetraje:   27x41

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Aurelio Montes, que tuvo su primera vendimia en 1972, cree que este año las bayas más pequeñas aseguran una mayor concentración. Acá, revisando un viñedo en Marchigüe.
El Mercurio - Revista del Campo
PARTE LA VENDIMIA 2019
Baja la producción, rebotan los precios
La cosecha de blancos muestra una baja de hasta 20% en los volúmenes. El calor del verano, la falta de riego y el añerismo de las parras explican la contracción.

Aunque todavía hay pocos cierres de contratos, los precios de la uva muestran una ligera alza. El chardonnay varietal sube $20 para ubicarse en torno a los $170 el kilo.
Rodrigo Barría pone tracción en las cuatro ruedas. La camioneta guiada por el viticultor trepa por los cerros tapizados de parras de Viña Montes en Apalta. En ella va también el enólogo Aurelio Montes, uno de los propietarios. El día está despejado, como buena parte del verano 2019. Algunos cuarteles del campo del valle de Colchagua ya iniciaron la cosecha. Montes afronta su vendimia número 47. Se le ve confiado en la calidad. No se le escapa que los racimos están más livianos y las bayas más pequeñas que el ario pasado.

"Que sean más chicas favorece la concentración de sabores", afirma. El enólogo es parte de un rubro que abarca 136 mil hectáreas en el país. Lo que pase con la vendimia 2019 tendrá un efecto en los resultados de todo el agro chileno. Los viñateros no lo han pasado bien en el último tiempo. Las transacciones de vino producido en 2018 colapsaron hacia fines del año pasado. El remezón se ha extendido al precio de la uva para la vendimia 2019. La fruta partió el año con acuerdos por precios que, grosso modo, eran la mitad de los del año pasado para el segmento de varietales, uno de los más masivos. La ausencia de algunos poderes compradores enfocados en el vino a granel genera nerviosismo entre los agricultores. En la producción también hay incertidumbre. El efecto de los golpes de calor del verano está por verse.

También cuánto impactará la menor disponibilidad de riego en la producción de la zona central. A mitad de marzo, eso sí, ya hay pistas. Los chardonnay de los valles centrales, que abren la vendimia, vienen con bajas de hasta 20% en los volúmenes proyectados. Esa caída abre la posibilidad de que los precios de la uva y el vino tengan un rebote en las próximas semanas. Eso sí, el resultado final dependerá de factores que todavía están en pleno desarrollo: desde productivos, como cuánta uva de mesa será destinada a vinos, hasta climáticos, pues la confirmación de la llegada del fenómeno de El Niño abre la puerta a lluvias hacia inicios de abril.

VERANO CALUROSO

"Tuvimos dos golpes de calor en el verano. El último pilló a las parras en plena pinta, a fines de enero y comienzos de febrero", afirma Gerardo Leal, gerente de Viticultura de Viña Santa Rita. El profesional explica que en las zonas más tórridas las parras entraron en un estado de letargo frente a esas condiciones ambientales. Esa estrategia permite disminuir la evapotranspiración frente a un entorno muy cálido. La para no es gratuita: la acumulación de azúcares también se frena. El resultado es un grano de menor diámetro. La disminución, aunque casi imperceptible a simple vista, tiene un efecto acumulativo importante en los volúmenes finales del país. Otro impacto es que la pinta tiende a ser dispareja, con granos en distinto estado de desarrollo, incluso al interior de los racimos.

Esa diversidad obliga a un manejo mucho más cuidadoso a la hora de decidir cuándo cosechar. Lo usual es retrasar la vendimia para esperar que los racimos se uniformen. Eso puede significar que algunos granos se pueden cosechar sobremaduros. La diversidad provocada por las olas de calor se potencia por el mal estado de las parras. No es desconocida la fuerte presencia de enfermedades de la madera y de virus en los viñedos locales. Las plantas que ya venían con problemas han presentado mayores mermas. Un punto clave es el acceso a agua de riego. Mientras que en el Norte Chico los embalses han permitido un abastecimiento sin problemas, en la zona central se han registrado días en que no se pudo regar por la baja disponibilidad de recurso hídrico.

En zonas como el Maipo Alto se estima que la dotación de agua llegaría a 60% de lo requerido normalmente. Más al sur, en Marchigüe, en el valle de Colchagua, a mediados de marzo los estanques intraprediales se encuentran casi vacíos. El candidato número uno a bajas en la producción es el merlot, muy sensible a la deshidratación. Como gran contrapeso a esos problemas, la primavera tuvo un clima relativamente seco y de temperaturas moderadas, lo que permitió una buena cuaja. La confirmación de que las aguas del Océano Pacífico frente a la costa chilena han elevado sus temperaturas confirmó la llegada del fenómeno de El Niño, asociado a mayores probabilidades de lluvias. A inicios de año se estimaba que podía incluso producirse hacia fines de marzo. En todo caso, las proyecciones actuales indican que ese período es poco factible.

MENOR VOLUMEN

Andrés Caballero está metido en una vorágine. Como enólogo jefe de la Viña Santa Carolina, reconoce que en varias cepas la vendimia partió con el acelerador a fondo. En el caso de los chardonnay para vinos masivos —que vienen de viñedos de los valles centrales—, estima que hay un adelanto de casi 25% respecto del año pasado. "Los alcoholes son bajos y la acidez está en rangos normales", afirma Caballero. Eso sí, lo más interesante a nivel productivo está en el volumen de la cosecha. El enólogo aprecia una caída cercana al 20% en los kilos del chardonnay que abren la vendimia. Advierte, eso sí, que con la entrada en producción de más viñedos, esa baja podría amortiguarse con el paso de los días. En tanto, el asesor vitícola Roberto Pizarro observa una baja de 15% a 20% en los blancos respecto de un año normal.

Si el punto de comparación es la vendimia de 2018, estima una baja de entre 30% y 40%. Pizarro argumenta que la principal razón de la baja es que los racimos presentan un menor peso. Con las primeras noticias sobre los blancos, no se puede sacar conclusiones taxativas sobre las cepas tintas, pues el grueso de ellas entra a las bodegas recién en abril. Sin embargo, hay señales. La tintorera, cepa que se usa para aportar color a los vinos tintos, es de las primeras que se cosechan. "Estamos vendimiando la tintorera y se nota que hay menos fruta", explica Andrés Vial, presidente de la Asociación de Productores de Uva y Vino con Denominación de Origen.

A esta altura, desde las empresas vineras hasta los agricultores, pasando por los corredores de uva y vino, proyectan una baja respecto de la vendimia anterior. En todo caso, el año pasado rompió récords en cuanto a producción. Según los últimos datos de Servicio Agrícola y Ganadero, Chile cerró 2018 con una producción de 1.289 millones de litros de vino, la mayor cifra desde que hay registros oficiales. ¿Dónde se detendrá la aguja en la vendimia 2019? Los conocedores del mercado apuntan a un rango de 1.000 millones de litros a 1.080 millones de litros. La baja estaría motivada por la menor producción de uva vinífera de este año. También juega un papel el menor uso de uva de mesa en la elaboración de vino.

REBOTE DE PRECIOS

Previo a la vendimia 2018 la sensación era que el mundo tenía bajos stocks de vinos. Por eso productores de vino embotellado y a granel corrieron a cerrar contratos por la uva. Los varietales se transaron a 300 pesos el kilo, un monto soñado para los agricultores. Sin embargo, la constatación de que la vendimia 2018 fue generosa tanto en Chile como en Argentina y Europa puso en picada los precios. A comienzos de 2019, la uva varietal se ubicaba en torno a los $150 el kilo. El precio de la cepa país se hundió a cerca de $60 el kilo. "Es muy malo lo que pasa con los pequeños productores. Es un precio que no permite sacar los costos. Creo que debe ser una prioridad política lo que sucede con ellos", afirma Aurelio Montes.

Los bajos precios y la lentitud de los poderes compradores en cerrar contratos tienen preocupados a los agricultores. "Hay compradores que quedaron complicados financieramente porque adquirieron la uva cara el año pasado y luego el precio del vino bajó en forma importante", explica Luis Eduardo Solar, corredor de vino. En todo caso, con la partida de la vendimia el mercado comenzó a moverse, aunque tímidamente. Algunas transacciones de chardonnay de calidad varietal muestran valores de $170. Las proyecciones es que también se produzca un leve rebote en los tintos en las próximas semanas.

Los bajos precios de la uva vinífera han congelado el interés de mover uva de mesa a la producción de vinos masivos. Ese ítem no es menor, pues el año pasado se produjeron 101,2 millones de litros de vino de mesa, más del triple que la vendimia 2017, atraídos por los altos precios de ese momento. "Si alguien sale a ofrecer $70 por el kilo de uva de mesa, no hay agricultores dispuestos a cerrar negocios", afirma José Luis Herrera, corredor de uva y vinos. Con ese factor fuera de la ecuación, los precios de la uva vinífera deberían afirmarse en las próximas semanas.

Recuadro
"Me llaman la atención los sauvignon blanc que hemos cosechado, hay expresión de fruta sin perder el frescor"
EMILY FAULCONER ENÓLOGA VIÑA CARMEN

"Como los precios están bajos la tentación de usar uva de mesa es mucho menor"
MARCO ADAM SOCIO CIATTI

"Se nota una baja en la producción y en los últimos días hay más interés de las viñas, especialmente por el chardonnay"
JOSÉ LUIS HERRERA CORREDOR DE UVA Y VINO
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EDUARDO MORAGA VÁSQUEZ -