Al cierre de esta edición, los muertos se contaban en 49 y en una veintena los heridos. Nueva Zelandia fue testigo hoy del atentado más mortífero de su historia después de que tres personas armadas atacaran dos mezquitas ubicadas en la ciudad de Christchurch, ubicada en la isla sur del país.

'Se trata de un ataque que impactará en la forma de vida tranquila que tienen los neozelandeses', afirmó esta mañana a La Segunda el ex embajador de Chile en ese país, Fernando Reyes Matta, profundamente afectado por lo ocurrido esta madrugada.

Según el diplomático chileno, se trata de un país único en tranquilidad y convivencia, por lo que lo sucedido 'es lo más impactante ocurrido en un país donde los terremotos, al igual que en Chile, son lo más trágico' que habían vivido. Esto, según él, los marcará para siempre.

De los 49 asesinados, 41 estaban en la mezquita de Al Noor y siete en la de Lindwood, situada a unos 6,5 kilómetros de la primera, en Christchurch.

Con 4,5 millones de habitantes, Nueva Zelandia es conocida por su paz y seguridad. Es considerado uno de los países más seguros y pacíficos del planeta, y sus habitantes siempre se habían sentido orgullosos de eso.

Sus índices de violencia, homicidios y delitos, en general, son bajos. Además, se trata de una sociedad muy tolerante, carente de conflictos internos. Según el Global Peace Index, es el cuarto país más seguro del mundo. La tasa de homicidios es de 1,5 por cada 100 mil habitantes.

Para aterrizar el impacto que ha tenido lo sucedido en Christchurch, el ataque de esta madrugada sobrepasó al número de asesinatos que el país tuvo en todo 2018: 44 personas asesinadas.

Visiblemente shockeada, la Primera Ministra, Jacinda Ardern, aseguró que se trata de 'uno de los días más negros para Nueva Zelandia'. Se trata de 'un acto de violencia extraordinario y sin precedentes'. Sobre las motivaciones del ataque, Ardern afirmó que entre las víctimas podría haber refugiados e inmigrantes.

Terroristas de ultraderecha

'Está claro que esto solo se puede describir como un ataque terrorista. Por lo que sabemos, parece que estaba bien planeado', agregó la Premier Ardern.

Según se informó, uno de los arrestados tiene nacionalidad australiana, por lo que las autoridades de este país también están participando en las investigaciones.

En ese sentido, el Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, relación al atacante con 'extremistas de derecha'. 'Nos sentimos muy afligidos, estamos en shock, horrorizados e indignados. Condenamos absolutamente el ataque que ha ocurrido hoy por un extremista, un terrorista violento de derecha', dijo Morrison.

La policía australiana identificó al supuesto terrorista como Brenton Tarrant, de 28 años, originario de Nueva Gales del Sur, de 28 años de edad. Transmitió en directo el ataque a la mezquita de Al Noor vía Facebook. En 17 minutos, y con una cámara en el casco que llevaba —según testigos, parecía militar— grabó toda la secuencia del ataque y como una a una iba disparándoles a sus víctimas. Las imágenes recuerdan a las de videojuegos de disparos en primera persona.

Antes del ataque, Tarrant había publicado en una página web un manifiesto en el que se describía a sí mismo 'como un hombre blanco común, de una familia normal que ha decidido tomar una postura para asegurar el futuro de su gente', agregando que en la actualidad se lleva a cabo 'un genocidio blanco'.

El detenido explicó que su motivación era la inmigración y el multiculturalismo, y lamentó lo que llamó la decadencia del 'Occidente blanco y europeo'. 'Los orígenes de mi idioma son europeos, mi cultura es europea, mis creencias políticas son europeas, mis creencias filosóficas son europeas, mi identidad es europea y, lo más importante, mi sangre es europea', escribió. Además, catalogó a Australia como 'una extensión de Europa'.

En su 'manifiesto' también calificó al Presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, como 'un símbolo de la identidad blanca renovada y el propósito común' y que había recibido la 'bendición' del ultraderechista noruego Anders Breivik, autor del ataque terrorista de 2011. En su mochila, además, llevaba simbología ocultista vinculada al nazismo. Trump, en todo caso, condenó lo que llamó una 'horrible masacre' y su portavoz lo calificó como un 'despiadado acto de odio'.

Según las autoridades, el domingo los detenidos se presentarán a los tribunales.