El proyecto de fraudes bancarios pasó a tercer trámite legislativo, tras ser aprobado por la Cámara y ahora será analizado por el Senado. Antes, la presidenta de la UDI, senadora Jacqueline van Rysselberghe, fue enfática con su postura.

'El proyecto en general me parece bien, hay que hacerle algunas indicaciones, pero me parece pésima la posición que ha tomado la banca', dijo. La propuesta apunta a mejorar la protección de los clientes en caso de fraudes con medios de pago. Además, reduce los plazos de las instituciones para que restituyan los fondos al usuario en caso de que sea víctima de estos delitos.

Mientras el proyecto se tramita en el Congreso, desde la industria han señalado que induce a que aumenten los autofraudes y que contiene elementos de inconstitucionalidad. Para la presidenta de la UDI, responsabilizar a los clientes 'no corresponde': 'Son ellos (bancos) los que tienen que hacerse responsables del fraude y generar las medidas de seguridad'.

Asimismo, señaló que los seguros para proteger los instrumentos bancarios no tienen que estar siendo pagados por los clientes, porque en caso de un delito de fraude 'la responsabilidad es del banco'.

'Hoy día la ley plantea que son los bancos los que tienen que hacerse responsables, lo que pasa es que no respetan la ley y lo judicializan. Finalmente, después de harto tiempo y de un proceso judicial largo y costoso, logran que la situación se revierta', planteó. Explicó que 'lo que hace este proyecto es que los bancos cumplan la ley y además prohibir que los seguros bancarios sean a costo de los clientes'.

Otra de las críticas que ha recibido el proyecto es que puede generar mayores costos para la banca y esto finalmente se traduciría en mayores cargas para los clientes. Van Rysselberghe también criticó este punto: 'Las rentabilidades de los bancos están suficientemente bien como para que puedan generar medidas de seguridad necesarias y así poder caucionar adecuadamente los fondos que los clientes les entregan'.