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El lucro en pensiones

Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-01-17
Sección:   LAS COLUMNAS
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La respuesta del gobierno de Sebastián Piñera a través del proyecto de pensiones, es una consolidación del modelo individual.

Jeannette Jara
Ex Subsecretaria de Previsión Social

17/01/019. Se habla de la volatilidad de los fondos de pensiones, queriendo referirse a la especulación financiera a que están sujetos nuestros ahorros previsionales. Los resultados del 2018 demuestran que los trabajadores perdimos sin apelación. De hecho, los fondos A, B y C tuvieron derechamente resultados reales negativos. Y, los fondos D y E, tuvieron tasas de rentabilidad inferiores a la que otorgan los depósitos a plazos, es decir, rentaron menos que el mecanismo de ahorro más convencional.

Así las cosas, se han ido cumpliendo las proyecciones a la baja de las rentabilidades que en décadas pasadas obtuvieron los fondos de pensiones y en consecuencia, de no hacer nada, se cumplirá también con las proyecciones que indican que las pensiones seguirán cayendo.

De acuerdo a datos de noviembre 2018, ese mes se jubilaron 11.416 personas, de las cuales el 57% fueron mujeres, el 43% hombres y la mediana de la pensión pagada fue de $43.609. Es decir, de los 11.416 jubilados, la mitad obtuvo una pensión inferior a la cifra indicada.

Este escenario refleja la urgencia de modificar el sistema privado de pensiones, transformándolo en un sistema de seguridad social, que incorpore mecanismos de transferencia que rompan la lógica del individualismo instalado en materia de pensiones.

Los pensionados de noviembre de 2018 bien lo saben, así como todos aquellos quienes cotizaron durante el 2018 y sufrieron pérdidas o bajísimas rentabilidades. La respuesta del gobierno de Sebastián Piñera a través del proyecto de pensiones, es una consolidación del modelo individual administrado por las AFP, sin hacerse cargo de la realidad laboral del país que se reproduce nítidamente pensiones a través de los bajos salarios, las brechas entre hombres y mujeres, las lagunas previsionales y la informalidad laboral. Ni tampoco aborda desde lo previsional medidas que permitan reparto intergeneracional para mejorar a los pensionados de ahora y a quienes se pensionen en las próximas décadas.

La solidaridad es un principio de la seguridad social, que se aplica precisamente a través de transferencias tanto del Estado, como entre los propios cotizantes a través del reparto que tiene plena vigencia y de hecho según Cepal, es el sistema más utilizado en América Latina y El Caribe. Si aspiramos a que las personas mayores perciban una pensión que se acerque a lo menos a la línea de la pobreza situado hoy alrededor de los 160 mil pesos, tenemos un camino que recorrer que incorpore la solidaridad, y así podríamos aspirar a pensiones similares al salario mínimo. Por eso, requerimos cambios, cambios de fondo, cambios reales, que no maquillen lo que hay, sino que transiten desde el lucro hacia la seguridad social en pensiones.