Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-07-09
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   D2
Sección:   Salud y Bienestar
Centimetraje:   20x27

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El yogur es uno de los alimentos que naturalmente tienen probióticos, pero algunos pueden traer adicionado.
El Mercurio
A través de alimentos y suplementos:
Consumir la mayor variedad de probióticos asegura obtener todos sus beneficios
Mientras más tipos de microorganismos se incluyan en la dieta, más se refuerza la microbiota y el cuerpo se puede defender mejor ante patógenos. Eso sí, aunque hay muchos en el mercado, no todos tienen evidencia científica aún.
Si bien el ser humano siempre ha consumido probióticos a través de alimentos que los tienen naturalmente, hoy es más difícil hacerlo. Estas bacterias y levaduras ayudan a que la microbiota del intestino, otro conjunto de microorganismos 'buenos', se mantenga fuerte y proteja al cuerpo. Por eso es vital que toda dieta incluya una importante cantidad de probióticos para no perder sus beneficios.

'La microbiota es un conjunto de microorganismos que tiene un rol en la regulación de varios procesos fisiológicos, pero si se altera ello, puede asociarse a patologías como la obesidad, diabetes, enfermedades autoinmunes o alergias, e incluso patologías neurodegenerativas', explica Martin Gotteland, académico del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Consumir probióticos es una forma de poder regularizar o normalizar la microbiota y la manera más común de hacerlo es a través de alimentos fermentados como el yogur, la leche cultivada o los quesos, o incluso bebidas como el kombucha, un té que tiene esas características. Y esa regularización no solo serviría para el aparato digestivo, sino también para la microbiota vaginal y la de la piel.

Si bien los probióticos más comunes son los lactobacilos y las bifidobacterias, existen muchos más y cada uno tendría una función. El problema es que en la actualidad no todos los alimentos que naturalmente debieran tenerlos efectivamente los poseen.

La industrialización de la comida ha hecho que los probióticos desaparezcan, como en la leche pasteurizada, por ejemplo. 'Pero además, las grandes multinacionales compran los probióticos (para adicionarlos a los alimentos) a las mismas empresas, lo que disminuye la diversidad y cantidad de las bacterias que estamos consumiendo a través de los alimentos', explica Martin Gotteland.

Por eso la clave está en tratar de obtener la mayor variedad posible de probióticos. Si bien hay muchos alimentos que los han perdido, cada vez hay más que los tienen adicionados artificialmente, como cereales, helados y jugos de fruta, entre otros.

Si persigue un beneficio específico, más allá del bienestar general, hay que buscar con más cuidado. Solo algunos de los probióticos que se pueden encontrar en el mercado tienen estudios que han comprobado su ayuda frente a determinadas dolencias, dice Patricia Vargas, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales.

Entre estas últimas se encuentran la diarrea o la dermatitis atópica. El colon irritable y la constipación también muestran mejorías con el consumo de probióticos como el lactobacillus reuteri, así como la reducción de la intolerancia a la lactosa y los cólicos en los lactantes. Por otro lado, estos microorganismos también favorecen la absorción de elementos como el calcio, el hierro y el magnesio.

En esos casos específicos puede ser recomendable el consumir los probióticos en forma de suplementos o los que vienen con vitaminas, explica la especialista. Esto porque se necesita asegurar que la cantidad sea la adecuada, es decir, con una concentración de 10 elevado a 7 bacterias vivas por centímetro cúbico. Ello debe estar especificado en la etiqueta del suplemento.

Aunque en general todos pueden consumir probióticos, es recomendable hacerlo con la supervisión de un médico para saber cuáles son los más adecuados. 'En el caso de quienes tienen el sistema inmunológico comprometido, sangrado intestinal o están bajo tratamientos que debilitan la inmunidad, la consulta con un especialista no se puede saltar', dice Patricia Vargas.
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Lorena Guzmán H. -