Mientras en 2020 por fin los productores lecheros gozaron de bonanza, tras años de sequías y bajos precios pagados desde la industria, el repunte se vio truncado nuevamente por la escasez de precipitaciones que se ha visto en los últimos tres meses, lo que derivó en una baja en la producción.

De acuerdo a los datos elaborados por profesionales expertos en el área y productores, la baja en la recepción entre enero y febrero en distintas plantas, tanto de la región de Los Ríos como Los Lagos, oscila entre un 20% a 30% entre las distintas plantas instaladas en la zona, lo cual es una cifra relevante si se tiene en cuenta que ambas concentran más del 70% de la producción lechera del país.

El problema no es nuevo, por lo que ya urgen soluciones que pasan por políticas públicas que garanticen el riego de las praderas para que los animales cuenten con el forraje suficiente para evitar la compra de alimentos concentrados, que por el alto valor que presentan actualmente, encarecen la producción de leche, haciendo del rubro un negocio poco rentable.

SIN LLUVIAS
El presidente de la Federación de Productores Lecheros (Fedeleche), Eduardo Schwerter, señaló que la sequía continúa causando estragos en todo el país, afectando prácticamente a toda el área productora de alimentos, tanto agrícola como pecuaria.

El dirigente agregó que en la región de Los Lagos la falta de agua en febrero se ha manifestado con gran intensidad, con registros de déficit hídrico de 75% en la provincia de Osorno y de un 63% en la provincia de Llanquihue, lo cual es bastante significativo. Afecta en gran medida toda la actividad pecuaria tanto en producción de carne como de leche, disminuyendo considerablemente la generación de praderas, que es la base de la alimentación de los animales.

Schwerter detalló que los productores locales debieron comenzar a alimentar a los animales con las reservas de forraje que tenían almacenadas para el invierno.

"Si esta situación no cambia en los próximos días se va a agudizar bastante y se están resintiendo los niveles de producción que veníamos registrado", manifestó.

Así mismo indicó que las precipitaciones de los últimos días han bordeado entre los 10 y 15 milímetros, pero esa es una cantidad que no resuelve el problema.

"Si bien los productores hemos estado realizando gestiones y medidas para mitigar la disminución de la producción, esta sí se está registrando y esperamos que no se siga agravando en los próximos días", concluyó.

ESCENARIO COMPLEJO
La recepción de leche en la firma Soprole, por ejemplo, bajó un 30% en Osorno y en Los Ríos descendió un 18%; mientras que la caída de caída entre enero y febrero según Odepa, es de un 19% en promedio entre las dos regiones.

Esta cifra refleja un fuerte descenso entre un mes y otro, cuando lo normal es que la tendencia muestre una caída más paulatina.

Por lo tanto, al ser Chile un país importador de comodities corno leche en polvo y quesos, la mayor parte de la leche que se produce localmente se destina a la leche fluida que se va haciendo diariamente y su duración no va más allá de tres meses, por lo que la industria debió apoyarse en la producción de Uruguay, Argentina y Nueva Zelandia junto al mercado global.
La pandemia causó que muchas fábricas en Europa y Estados Unidos dejaran de producir, debiendo incluso desechar grandes cantidades de leche por contagios de operarios y transportistas. De esa forma la cadena completa se vio afectada para producir alimentos derivados de la leche.

Al respecto el médico veterinario, coordinador cooperativa Cerecoop y conductor del programa radial "Contacto Lechero", M ichel Junod, explicó que esta debilidad del mercado lácteo en el país se conjuga con la sequía, la cual impidió que esta temporada se hicieran segundos cortes de forraje en los campos para almacenar alimentos, los cuales se complementan con concentrados principalmente de maíz, materia prima que también subió su valor al doble del que tenía el 2020.

Esto significa que sustentar la producción hoy en día tiene un gran costo para los productores, por lo que la bonanza de meses anteriores se va diluyendo.

"El precio que fue bueno, hoy es malo, porque la sequía lo está llevando a otro escenario productivo, con alimentos concentrados, alimentos balanceados y otros producidos en basca riego, que es muy poco, porque regar tiene un costo alto", explicó.

CARTAS EN EL ASUNTO
El profesional señaló que no solo la sequía es el gran problema, ya que otro de los problemas con los que se enfrentan, es que actualmente la Dirección General de Aguas (DGA) no está entregando derechos de agua, ya que no se ha completado un estudio de investigación de las cuencas hidrográficas de la región.

Esto significa que hay miles de hectáreas en las cuencas de los ríos Bueno, Pilmaiquén y Rahue de las cuales se desconoce cuál es el recambio del acuífero y al no saber sobre esta materia simplemente no se puede entregar más derechos de agua, por lo que todos los proyectos que se presentaron a la DGA hace más de un año están en espera de saber si se puede seguir extrayendo el vital elemento.

La importancia de tener agua es que los productores se evitarían comprar las grandes cantidades de fon-aje o consumir lo que se tiene guardado para el invierno.

Junod comentó que es fundamental comenzar a trabajar en manejos que permitan enfrentar la realidad del cambio climático y la falta de lluvias que éste trajo; que el Ministerio de Agricultura promueva como política de Estado la generación de micro embalses para conservar el agua que precipita en invierno, para asegurar el riego de las praderas y también de otros cultivos de mayor rentabilidad.

"Esas cantidades de agua que caen se van directamente al mar, por lo tanto deben haber políticas o subsidios que ayuden a los productores", manifestó.

REACTIVACIÓN DEL RIEGO
En relación a este tema, el Seremi de Agricultura (s), Klaus Kosiel, coincidió en que la disminución de las lluvias en el sur de Chile durante el verano es una situación que hace mucho tiempo ha dejado de ser excepcional, sino que se ha vuelto recurrente.

"En nuestra región, ocho veranos de la última década han presentado reducción de precipitaciones. El cambio climático llegó para quedarse y el Ministerio de Agricultura está trabajando fuertemente en materias de prevención y adaptación a estas realidades más frecuentes, llamando a los apicultores a prepararse para la siguiente temporada, para que ajusten sus procesos productivos de acuerdo a las proyecciones climáticas", precisó.

En este sentido, desde hace varios hace años el Ministerio de Agricultura viene instalando una cultura de riego y, en esa línea, se ha avanzado mucho a través de iNDAP y la Comisión Nacional de Riego, que han incrementado sus presupuestos para fomentar los sistemas de riego, acumulación de agua y drenaje.

Actualmente ambos servicios tienen un presupuesto especial de reactivación económica que se enfoca en masificar los sistemas de riego en el territorio a toda escala, tanto para la pequeña y mediana agricultura.