Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2018-07-17
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   16
Sección:   SOCIEDAD
Centimetraje:   32x27

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El pez cebra es comúnmente usado en laboratorios.

Se estudió la formación del cerebro en su etapa inicial, hasta la formación de la corteza.
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Investigación fue acogida en revista internacional 'Nature Cell Biology'
Peces, moscas y ratones protagonizan estudio chileno sobre desarrollo del cerebro
'El paso siguiente es analizar si acaso IRE1 es capaz de promover metástasis en cáncer de mama, piel y cerebro', dice Hery Urra, científico de 34 años que lideró la investigación.
Peces, moscas y ratones son los actores que ayudaron a un grupo de científicos chilenos a descubrir el nuevo rol de la proteína IRE1 en el movimiento de las células y sus implicancias para la formación del cerebro. El estudio made in Chile ya obtuvo su lugar en la revista internacional 'Nature Cell Biology'. El doctor Hery Urra Zúñiga, bioquímico de 34 años, lideró al equipo integrado por científicos del instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI) y del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo, GERO.

Armado cerebral Según explica Urra, el sensor del estrés IRE1 es una proteína encargada de detectar y controlar cómo las células responden al estrés celular ocasionado por el mal plegamiento de proteínas. Dicho elemento está presente en todas las células y se ha conservado dentro de la evolución de las especies, razón por la cual se pudo explorar en peces cebra, moscas y ratones.

'Es tremendamente novedoso. La proteína podría tener una función atípica, como es la regulación del citoesqueleto (es un sistema compuesto por proteínas que se halla en las células y que posibilita el desplazamiento celular). Es altamente probable que a partir de este trabajo emerjan estudios en otros laboratorios del mundo, que aborden diferentes dimensiones sobre cómo organelos pueden impactar en la dinámica del citoesqueleto', acota el doctor en biología molecular Christian González- Billault, director de GERO.

Detalles del estudio 95% chileno 'Fue enriquecedor observar que aquello que estaba haciendo en células se podía ver en el pez cebra o mosca de la fruta. Pudimos describir una función nueva de este sensor', agrega Urra y destaca que 95% de la investigación se realizó en Chile.

En la mosca de la fruta se exploró cómo se movían las células vivas. Los estudios en pez cebra se hicieron en colaboración con el doctor Miguel Concha, científico de BNY y GERO, a través de los cuales se indagó en el desarrollo embrionario, observando el movimiento celular en etapas muy tempranas. Similares procesos se estudiaron en el cerebro junto con el doctor Manuel Kukuljan, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Cerebro inmaduro 'Los experimentos desarrollados en estos tres seres vivos permitieron observar el rol del IRE1 en el citoesqueleto y se descubrió que este sensor promueve la migración celular, ya que controla y regula a una proteína llamada Filamina A. Este proceso es crucial en la arquitectura de células y en el movimiento de estas', insisten los científicos.

El hallazgo se inicio hace algunos años cuando el doctor Urra demostró que el IRE1 'tenía una función nueva que no tenía que ver con el estrés celular, sino con un papel determinante en la dinámica del citoesqueleto', recordó el doctor en Ciencias Biomédicas Claudio Hetz, director del laboratorio en que trabaja Urra. Precisa que 'el cerebro se arma y construye por capas, y las neuronas se generan en la base y luego van migrando hacia zonas superiores formando las distintas capas de la corteza, la zona más grande del cerebro. Cuando intervinimos IRE1 genéticamente las neuronas se quedan pegadas y no avanzan hacia capas superiores, generando un cerebro inmaduro', detalla Hetz.

Aportes en cáncer 'Realmente pensamos que IRE1 puede regular la migración celular y en este contexto, también creemos que el sensor puede estar involucrado en cáncer y metástasis. Esto, pues se ha visto que es muy importante en el crecimiento celular, y podría estar implicado en la formación de tumores y en procesos de angiogénesis, que permiten nutrir a estas células malignas', explica Urra.

A futuro El paso siguiente, según cuenta Urra, 'es analizar si acaso IRE1 es capaz de promover metástasis en cáncer de mama, piel y cerebro, mediante algún mecanismo que facilite mayor migración e invasión. Una vez que contemos con este conocimiento, esperamos estudiar mecanismos para intervenir y ser un aporte aplicado en materia de salud'.
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TERESA VERA-