Considerando el estado en el que se encuentran los partidos políticos con representación parlamentaria, como lo reafirmó nuevamente la última encuesta CEP, distintos analistas observan que era solo cuestión de tiempo para que surgieran liderazgos no tradicionales —populista especifica Kenneth Bunker— como ocurrió ayer con el médico James Hamilton y el «Partido por la Dignidad», que inició sus trámites en el Servicio Electoral.

'Ya estábamos viendo que Franco Parisi se estaba volviendo a instalar dentro de los presidenciables, a pesar de que no va a ningún programa de TV formal ni es entrevistado por ningún diario relevante', dice Cristóbal Bellolio, académico de la UAI.

Pero, ¿qué proyecciones pueden tener el médico, en lo personal, y su colectividad?

Bunker: 'Cálculo oportunista'

'Creo que él siente que puede interpretar un mundo que hoy no está representado en la clase política y que tiene una posición más genuina que el resto. Pero eso ya lo hemos visto muchas veces antes', comenta Bunker, doctor en Ciencia Política, para quien 'el éxito personal de Hamilton va a estar condicionado a cómo le vaya a su partido en la elección de la Convención Constituyente. Si le va bien, más posibilidades tiene de levantar una opción política hacia el futuro; si le va mal, está hundido, sería su fin'.

En cuanto a su surgimiento, lo atribuye a 'un cálculo oportunista. Hamilton y la cúpula (de la colectividad) están viendo que la mayoría de las demandas que están en la calle son progresistas de izquierda y que los partidos progresistas existentes están deslegitimados. Por ende, ven un bolsón importante de personas y que no hay quienes las puedan representar que tengan legitimidad'.

Como segundo punto, menciona que 'es un partido populista, mirando las notas de prensa y su manifiesto online. Las dos condiciones en la literatura de Ciencia Política para definir que alguien es populista son: rechazar a los partidos institucionales, siendo uno, y declarándose ser una voz legítima del pueblo, diciendo que las élites son corruptas, pero curiosamente ellos no'. Agrega que 'el nombre Dignidad es un marketing que busca representar al «punto cero», a las personas que están en la plaza Baquedano, los que están gritando más fuerte'.

'Ser víctima es un activo'

Bellolio, Marco Moreno, académico de la U. Central, y Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa Research, resaltan que a favor de Hamilton juega su biografía. Fue uno de los denunciantes del caso Karadima —junto a Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo—, con un fallo judicial a su favor y un golpe a la Iglesia Católica, a la cual se ordenó a indemnizarlos.
'En el mundo actual, el ser víctima es un activo político y quien lo es pasa automáticamente a estar del lado de los buenos y, en ese sentido, Hamilton tiene una posición interesante', dice Bellolio. Añade: 'No me extrañaría que apareciera en algunas encuestas próximamente'.

Moreno resalta que 'estamos en un contexto de una democracia popular donde lo importante son las imágenes. El ganó un posicionamiento público impugnando a la élite de la Iglesia, se atrevió con uno de los poderes más importantes. Eso le da mucha legitimidad social y puede capitalizar un liderazgo en el actual contexto'.

Cavieres agrega que 'su principal fortaleza es la credibilidad, es un tipo que tiene la imagen de luchar contra las injusticias y se puede apoderar muy bien del concepto de Dignidad, de las demandas ciudadanas'.

Sin embargo, los observadores también ven debilidades. Bellolio advierte: 'No sé qué tan horizontal, seductor, liviano de sangre puede ser como para conectarse con otras dimensiones de la discusión pública, porque él sigue siendo parte de la élite y no lo veo particularmente carismático. Pero puede ser que estemos en una etapa muy embrionaria y tenga que seguir construyéndose'.

Añade otro pero: 'Tiene un perfil público mayor, pero su estrategia no es enteramente distinta' a otros que han seguido antes el mismo camino. Por ejemplo, en cuanto a 'decir que toda la clase política es una mugre (...) eso no es tan distinto del discurso que en Italia articuló el partido Cinco Estrellas, que originalmente comenzó cuando el comediante Beppe Grillo tenía un blog donde hablaba pestes; en Chile y en todo el mundo es un discurso que prende mucho. En Italia, al poco tiempo se constituyó en un partido, que no era ni de izquierda ni de derecha, parecido a lo que dice Hamilton; se inscribió y a la segunda elección llegó al poder, pero no funcionó, porque una vez que esos partidos llegan al poder comienzan a mostrar sus falencias'.

Pese a lo anterior, Bellolio señala que 'el punto es que por un tiempo suelen tocar la tecla correcta de la antipolítica que a mucha gente le parece atractiva. Es la demanda que están cubriendo Hamilton y su partido, y él es parte de los nuevos oferentes de representación que vamos a ver dentro de los próximos meses'.

Falta de recursos

Cavieres señala que 'la debilidad está por el lado que generar una estructura, una orgánica, un movimiento. Requiere recursos, tiempo, infraestructura y sin duda más caras. Generalmente cuando se forman movimientos en base a una cara principal, las cosas tienen poco sustento, porque realmente se transforman en populismo, independiente de la motivación real que tenga'.

Bunker proyecta que 'en un principio' si al partido de Hamilton le va bien en la constituyente 'puede seguir. El PPD (que nació en 1987) era instrumental en un comienzo, con muchos socialistas predictadura y se institucionalizó. También podría pasar en este caso'. Pero va más allá, sobre el impacto en el sistema político: 'Ser un partido populista no es bueno y lo que estoy viendo yo, también lo van a empezar a ver otros partidos, porque son su competencia. Al ser una izquierda que busca una plataforma más independiente, los otros que sí son institucionales van a salir a pegarle o al menos va a haber rencillas'. Y ahí surge otra debilidad, menciona Búnker: 'Los candidatos van a recibir críticas personales, ninguno se va a salvar mucho. El mismo Claudio Narea (integrante de Los Prisioneros quien forma parte de la directiva con la periodista María Olivia Monckeberg) fue candidato a diputado en 2009 (por el pacto Juntos Podemos); entonces todos tienen un pasado. A pesar de que se dicen independientes, no lo son. Son bastante vulnerables a la crítica'.

A nivel global, dice 'es complicado que la izquierda se siga dividiendo en momentos en que necesita unión, tema que obviamente no es parte del cálculo de Hamilton, quien está viendo cuántas personas posicionar en la convención, más que el efecto global'. Especifica que 'considerando la cifra repartidora, mientras más se fragmenta la izquierda, más se beneficia la derecha, porque esta irá unida a esa segunda elección (de constituyentes), no me cabe duda'.

Próximos pasos

A las 9:30 horas, Hamilton era tendencia en Twitter con más de 38 mil menciones y el Partido por la Dignidad también, con más de 4.000.

Esta mañana, el cirujano posteó que no antes del próximo lunes podrán empezar las inscripciones en el partido, ya que el Servel debe aprobar las primeras 100 firmas fundadoras.