Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-03-05
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A2
Sección:   Opinión - Cartas
Centimetraje:   18x18
El Mercurio
Qué han perdido los universitarios
'Las universidades no son lugares estáticos, tampoco son edificios. Las universidades son personas, y la educación es un ejercicio de humanidad. Nos toca adaptarnos a las necesidades del país y también a las de los alumnos, haciendo un esfuerzo para recuperar gradualmente la cercanía…'.
Hemos asistido durante este último año a interesantes debates de expertos en educación sobre cómo equilibrar la presencialidad y lo remoto, lo híbrido y lo digital, según las etapas de la pandemia. El objetivo desde el principio ha sido el de mantener de la mejor forma posible la actividad académica y la relación con el estudiante. El hilo de lo digital nos ha mantenido unidos durante meses, y seguirá siendo así en muchos casos. Podemos decir que, académicamente hablando, la adaptación y la gestión de lo digital funcionaron. Pero, ¿qué ha pasado en este tiempo con nuestros estudiantes? ¿Qué han perdido y cómo enfrentarán la incertidumbre de los meses que vienen?

Cuando nos preparamos para recibir a una nueva generación, con aforos, medidas sanitarias y protocolos, con una apuesta prudente pero decidida por la presencialidad, mientras los ministerios de Salud y Educación lo permitan, y a punto de cumplir un año del inicio de esta crisis, quisiera poner el foco esta vez sobre los estudiantes de la educación superior.

Porque la pandemia, como todos sabemos, no es solo una cuestión sanitaria de gran dimensión, en la que hemos tenido que lamentar un gran número de pérdidas humanas. También ha afectado a la situación económica, social, familiar y psicológica de muchas personas, entre ellas los jóvenes.

Por un lado, acrecentó en ellos la sensación de incertidumbre, en momentos en los que se está en búsqueda de un horizonte, de un proyecto vital. Los jóvenes encuentran en la universidad formación académica, pero también referentes que les ayuden a desentrañar el misterio que envuelve sus vidas.

Para esto se necesita algo más que una pantalla, porque requiere de una atención personalizada, profesores que los inviten a pensar, los desafíen, les hagan sentirse útiles, les recomienden un libro, los lleven a la contemplación. Y compañeros con los que contrastar realidades, apuntes o ideales. Por eso los años universitarios hacen de estos encuentros 'presenciales' experiencias transformadoras.

La presencialidad ofrece el contacto humano, permite mirarnos a los ojos y descubrir la enorme riqueza de la comunicación interpersonal. ¿Cómo lograr esa comunicación en un aula virtual en que las cámaras de los computadores están apagadas o en que las distracciones son permanentes?

Los estudiantes perdieron además el espacio físico que los unía. La sala de clases, donde todos tenían la misma mesa, el mismo internet y pizarrón, fue sustituida por espacios limitados en sus casas, donde se acrecentó entre ellos la brecha que habían logrado superar. Si lo hacen online, cada uno estudia solo, desde su propia vivienda, algunos con mala señal de internet, o sin ninguna, muchas veces sin un espacio adecuado y sin la tranquilidad para pensar o reflexionar.

Los universitarios chilenos son idealistas, sociables, solidarios, dispuestos a aportar a una vida mejor para las personas, la sociedad y el medio ambiente. Participan de forma entusiasta en actividades que tienen que ver con el arte, la música, el deporte y las causas solidarias.

Las universidades no son lugares estáticos, tampoco son edificios. Las universidades son personas, y la educación es un ejercicio de humanidad. Nos toca adaptarnos a las necesidades del país y también a las de los alumnos, haciendo un esfuerzo para recuperar gradualmente la cercanía, equilibrando el aprendizaje con la formación de lo afectivo y lo ético. Ponemos la mira en una docencia de calidad lo más presencial posible, sin descartar la docencia online si fuera necesaria. No podemos olvidar que nos necesitamos los unos a los otros y que lo que esperan los universitarios es que los acompañemos de cerca en el desarrollo de un mundo más humano y solidario.
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José Antonio Guzmán Rector Universidad de Los Andes-