Según informó la prensa, recientemente el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, junto a Baldo Prokurica, su par de Minería, anunciaron la inyección de US$ 400 millones a Codelco, en el marco del plan de capitalización de la estatal que comprendía US$ 1 mil millones.

De acuerdo a la ley 20.790, se acordaron una serie de aportes a la empresa por hasta US$ 3 mil millones. Ciertamente tiene que ver con extender la productividad en forma competitiva por "al menos" 50 años más. Y si bien, entendemos que el Cobre es uno de los principales motores de Chile, la salud de Chile también lo es y hemos estado en deuda con este sector por años.

De hecho, la autoridad de salud, acaba de precisar que la deuda hospitalaria en 2018, alcanzó la no despreciable cifra de $801 mil millones.

Ante estos números, que difieren en forma tan abismante, nos parece oportuno preguntarnos cuál es la prioridad. ¿Aquellos que lamentablemente son víctimas cautivas de un sistema que, con cifras en mano, evidencia una gestión hospitalaria deficiente?, o ¿un activo que puede necesitar inversión, pero que si debe esperar, no se le va la vida en ello?

Los pacientes, como la palabra lo indica, deben esperar días, meses e incluso años sólo para una atención médica acorde con su dolencia. Si es digna o no, no lo sabemos, aunque ciertamente muchas veces no es oportuna.

Como APIS A.G, nos golpea fuertemente observar esta discriminación. Y nos preocupa la ceguera de las autoridades.

Es importante que las políticas de salud, la infraestructura y los programas funcionen, sin recursos eso jamás va a pasar y la calidad de vida de las personas se verá aún más perjudicada. Necesitamos mirar la salud de los chilenos y respondernos ¿cómo estaremos en 50 años más si no somos capases de invertir hoy en la salud de Chile?