Una economía más compleja ayuda a alcanzar de manera simultánea una mayor riqueza, menor desigualdad e instituciones más inclusivas y, César Hidalgo, físico nacional experto en ciencia de datos y complejidad económica, sugiere algunos caminos posibles para Chile en esta materia. Uno de estos es la exportación de servicios y tecnologías para la minería y el agro.

"Si Chile realmente sabe de estas industrias, entonces debemos exportar los procesos correspondientes, no solo las frutas y los minerales," afirma el académico de Harvard y catedrático del Instituto de Inteligencia Artificial y Natural de Toulouse (ANITI). Para él, dos grandes ejemplos son Australia y Canadá —ricos en recursos naturales—, que han aprovechado la automatización de sus campos y minas para instalarse en otros países con su maquinaria y conocimiento. "De hecho, si nosotros realmente supiéramos de minería, tendríamos muchas minas fuera de Chile. Exportar conocimiento es, a largo plazo, más valioso que exportar el mineral", asegura Hidalgo. Algo que define como "tener visión", ya que cuando uno "entra temprano en una tecnología, es mucho más fácil triunfar que cuando uno espera a que el mercado madure".

LAS FORTALEZAS DEL MERCADO CHILENO

César Hidalgo, quien también es profesor honorario de la Universidad de Manchester y director de Espacio Público, advierte que es muy importante cambiar la mentalidad chilena. "Culturalmente pensamos como importadores de tecnología. Esto nos juega en contra a la hora de innovar. Los chilenos no están acostumbrados a interactuar con productos incompletos o prototipos.

La cultura del aprendizaje requiere interesarse en lo incompleto, en el prototipo que funciona a veces, en la tecnología que aún no sabemos cómo funciona. En Chile eso nos da miedo". Esta misma mentalidad es la que, según Hidalgo, ha frenado la inversión en innovación en las grandes empresas exportadoras, convirtiendo el mercado en un espacio sin visión donde solo se apuesta por una inversión segura de mayor retorno. "Pero el que mucho se asegura, poco aprende," recalca. A diferencia de Chile, Estados Unidos, China o Suiza sí apuestan a la hora de innovar, porque lo hacen con el objetivo de aprender. "Gracias al aprendizaje, crece el conocimiento y, de esta manera, podemos hacer mejor las cosas", dice el físico.

La visión cortoplacista nacional es, para Hidalgo, la que ha reinado en el país y ha estancado la transformación estructural de nuestra economía. "Al final del día, el aprendizaje es un objetivo que alinea muchos de los objetivos que hoy queremos. Un país que prioriza aprender no puede desperdiciar el talento de sus jóvenes con mala educación o con atención medica deficiente. Pero un país orientado al aprendizaje debe ser también un país comprometido a invertir en investigación y desarrollo: las locomotoras de la sociedad del conocimiento". Algo en lo que Chile está al debe, ya que de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Gasto en I+D (2019), nuestro país solo invierte el 0,36% del PIB en I+D, mientras que los países OCDE, en promedio, invierten un 2,34%, posicionándonos en el último lugar.

VISIÓN GLOBAL DE LAS ECONOMÍAS

César Hidalgo llegó a los 24 años a Estados Unidos a estudiar un PhD en Física y Redes Complejas junto a Lászlo Barabási. Hoy, es ciudadano norteamericano y se prepara para su siguiente desafío: liderar la creación de un nuevo laboratorio enfocado en procesos de aprendizaje colectivo en ANITI, enToulouse, Francia, donde espera contribuir y aprender de una región que invierte cerca del 5% de su PIB en I+D. Cuando compara Europa, Estados Unidos y Asia, Hidalgo ve brechas. Con la llegada de internet y la robótica, la economía europea se quedó atrás y dejó a Estados Unidos y a China como líderes de sectores tecnológicos importante. "Apple, Samsung, Google o Huawei son las compañías que hoy "tiran la carreta y generan empleos con altos salarios, innovación y patentes".

Pero según Hidalgo, en Europa están conscientes de esto y tienen "muchos planes de desarrollo regional orientados a la innovación y el desarrollo de industrias creativas y tecnológicas. En Toulouse mismo (casa matriz de Airbus), "hay una gran red de proveedores y centros de innovación que invierten en I+D y que avanzan en robótica y automatización de la manufactura", cuenta, generando de forma colaborativa una economía más compleja.

EL OPTIMISMO, CLAVE PARA EMPRENDER

César es un optimista por esencia, pero en Chile siempre tuvo que defender sus proyectos para que no frenaran su proceso creativo. "Cuando recién llegué a Estados Unidos, me parecía raro que cuando le contaba a alguien una idea, tratara de ayudarme o construir sobre ella.

En Chile había aprendido una sola respuesta: me decían por qué no iba a funcionar. Mostrar inteligencia criticando es fácil. Construyendo, no tanto". Es por esto que invita a los emprendedores a atreverse y a no dejarse limitar por comentarios negativos. "Las ideas son como niños. Si las maltratas o descuidas de pequeñas, no crecen de forma saludable".