Poco más de seis años estuvo a la cabeza de la Universidad Gabriela Mistral (UGM) el movimiento católico de origen peruano Sodalicio de Vida Cristiana. La familia de Alicia Romo, fundadores de la primera universidad privada surgida en 1981, selló el traspaso en octubre de 2013, marcando el inicio de un camino que no fue nada fácil para los sodalicios.

Distintas disputas judiciales relacionadas con inmobiliarias dueñas de los terrenos y la inafraestructura donde funcionaba —y también con los de la UCINF, que adquirió en 2016— sumado a la pérdida de la acreditación y la baja en las matriculas, estuvieron entre las principales trabas que tuvo el movimiento en Chile. Sin mencionar que en Perú, fue intervenido por acusaciones de abuso sexual entre algunos de sus miembros.

Pero todo eso ahora quedará en el pasado. Ayer, la Universidad San Sebastián anunció internamente a sus empleados que tomará control de la UGM. Lo mismo informó esta última a sus trabajadores.

Carlos Williamson, rector de la USS —que tiene entre sus miembros directivos a caras reconocidas del mundo empresarial y político, tales como Andrés Navarro (Sonda), Alejandro Pérez (ex Arauco), la empresaria Pilar Zabala, y uno de los fundadores de la UDI, Luis Cordero (ver infografía)—, relató en ese mail que la junta directiva determinó como estratégico 'contar con una institución educacional que complemente nuestra labor académica, que ofrezca oportunidades adicionales de desarrollo profesional para personas que hoy se desenvuelven en el mundo del trabajo, así como para nuestros actuales docentes, e incluso para nuestros egresados y exalumnos que deseen perfeccionarse por medio de programas e-learning'. Según esto, la idea sería que el enfoque de la UGM tienda a ir hacia los posgrados.

Uno de los puntos que llama la atención tras esta unión es que uno de los litigios que enfrentó la UGM en tribunales está relacionado a la Inmobiliaria del Inca, ligada a Luis Cordero, Andrés Navarro y Alejandro Pérez. Según publicó Revista Capital en enero de 2019, dicha empresa era dueña del edificio en que operaba la UCINF y demandó a la UGM tras la fusión en 2017 por el no pago de arriendo. Según publicó Revista Capital en enero de 2019, hubo un fallo que condenó a la UCINF al pago de $ 8.400 millones y como medida precautoria el embargo de un terreno que adquirió la UGM en 2016 en las cercanías de Ciudad Empresarial, donde planeaba construir su sede principal.

No fue posible conversar con representantes del sodalicio en Chile, pero el rector de la UGM, Hipólito Zañartu, dijo que esos activos nunca fueron embargados y que continuaban en manos de la universidad.

Agregó que las conversaciones de traspaso las iniciaron hace ya varios meses representantes del sodalicio de manera directa (que en Chile mantienen aún un colegio en Huechuraba) y que el proceso de unión se extendería durante todo este mes, lo que no impactará el proceso de selección post PSU.

Enfatizó que la UGM continuará como tal, por ahora en el mismo lugar donde funciona en Ricardo Lyon, donde hay contratos vigentes de arriendo, y que el desafío inmediato es trabajar por lograr la acreditación en enero de 2021.

Para dimensionar lo que son ambas instituciones, basta decir, que mientras la USS está acreditada por cinco años, cuenta con una matrícula de 31.206 alumnos y su último estado financiero en el Ministerio de Educación (Mineduc) da cuenta de una utilidad de $7.900 millones, en la otra vereda la UGM no está acreditada, sólo tiene 1.396 alumnos y muestra pérdidas por $2.900 millones. La unión de ambas no significará cambios importantes en el ranking de tamaño de universidades por alumnos, donde la USS hoy está en cuarta posición, detrás de la U. Andrés Bello, la U. de Chile y la UC, considerando alumnos en pre y posgrado.