Proyectada para entrar en un inicio en operación a fines de 2017, la megalínea eléctrica que une las regiones de Atacama y Metropolitana sufrirá un nuevo retraso, luego de que la empresa que está llevando a cabo su construcción, ISA InterChile, anunciara oficialmente al Ministerio de Energía que no podrá cumplir con los plazos estipulados, que apuntaban a que las obras estuvieran terminadas a fines de este año.

Sin embargo, tampoco existe mayor claridad respecto de la fecha real en la que se pueda contar con las obras, claves para traer la energía renovable que se produce en el norte del país a la zona central, donde se concentran los mayores puntos de consumo. Consultada por 'El Mercurio', la ministra de Energía, Susana Jiménez, explicó que si bien la firma colombiana dio aviso sobre que el proyecto no operará en los plazos estipulados, tampoco hay certeza de que no habrá nuevos desfases.

'No podemos dar esa garantía y la empresa tampoco, porque nos informó que no sería antes de la tercera semana de febrero. Desde el ministerio hemos hecho todo lo que ha estado dentro de nuestras atribuciones, de hacer los mejores oficios, tanto en el trabajo comunitario como también en acelerar los procesos de permisos, pero evidentemente, en la medida en que se siga retrasando el ingreso (a los lugares) para terminar la obra, no podemos tener certeza absoluta de que se cumplan esos plazos informados', aseguró la autoridad.

En cuanto a las razones que la empresa hizo llegar al Gobierno, figuran las diversas dificultades que han tenido que enfrentar durante el período de construcción, en las que se incluye la oposición ciudadana, lo que provocó problemas para entrar a ciertos terrenos, incluso predios privados. A esto se suman diversas contingencias que han sucedido este año; entre ellas, la reciente muerte de un trabajador y la caída de un helicóptero, lo que significó la paralización momentánea de algunos frentes de trabajo. Además, ya existían retrasos que se venían arrastrando de las dos primeras etapas y que afectaron al tercer tramo, correspondiente a la línea Cardones– Polpaico. La línea tiene una extensión total de 750 kilómetros. A la fecha, las dos primeras etapas ya se encuentran terminadas.

Con todo, fuentes de la industria apuntan a que la entrada en operación podría darse recién en el segundo trimestre, fecha que coincide con la salida del actual gerente general de la compañía, Jorge Rodríguez. Respecto de posibles multas y sanciones por los retrasos, la ministra Jiménez aseguró que se encuentran evaluando la idoneidad de los argumentos que presentó ISA Inter- Chile a la hora de pedir esta prórroga, basada en razones de fuerza mayor, pero que dentro de las opciones que se barajan para sancionar los retrasos hay boletas de garantía y multas por día de incumplimiento.

En cuanto a las consecuencias del atraso, la ministra dijo que al existir congestiones en las líneas, 'lo que se produce son costos marginales desacoplados entre una zona y otra, y eso genera principalmente un costo para las empresas que tienen compromisos de suministro y que inyectan en una zona, y que al no poder transportar esa energía, perciben precios muy bajos y tienen que pagar valores muy altos donde la retiran'. Para no volver a enfrentar estas contingencias, el ministerio acaba de publicar la guía de estudio de franjas, que busca que en las líneas de transmisión de mayor envergadura que se construyan a futuro, sea el Estado el que determine un territorio para desarrollar los tendidos.