Junto con señalar que se mantiene plenamente el escenario central de un crecimiento proyectado de 8,5% a 9,5% en 2021, la consejera del Banco Central, Rosanna Costa, destacó la recuperación de la actividad silvoagropecuaria y forestal, un 38% de cuya producción se exporta a economías que han tenido importantes avances, elevando la demanda y haciendo repuntar los precios, como China, Estados Unidos, Europa y Asia.

Celulosa, fruta, vinos, carne y madera son los productos del sector con mayores exportaciones hacia esos destinos. El consumo y la demanda son los ejes que hoy empujan a la economía, en que la mejor adaptación de las empresas y hogares a las restricciones sanitarias han contribuido a tener sorpresas positivas y en que también es relevante el peso del impulso de los programas fiscales y los retiros de ahorros previsionales. Costa aludió a la disparidad del impacto de la pandemia en los distintos sectores, con el comercio liderando el repunte de la economía y con los rubros que se agrupan en servicios y resto de bienes, como los más rezagados.

El sector agrícola es uno de los menos golpeados por la pandemia y ha tenido una capacidad de respuesta importante, acotó. En su presentación, la consejera enunció las principales preocupaciones del sector agrícola recogidas en entrevistas por el Informe de Percepción de Negocios (IPN) que elabora la institución. Entre ellos, la escasez de mano de obra, asociada a problemas de traslado de una región a otra por restricciones sanitarias, lo que eventualmente podría incidir en futuras cosechas; un aumento de las presiones salariales; proyectos de inversión en carpeta debido a la incertidumbre y a la situación compleja de algunas zonas del área macrosur del país.

'Las masivas transferencias fiscales y los retiros de los ahorros previsionales han sido y continuarán siendo un factor importante detrás del dinamismo del consumo privado', subrayó la economista. Agregó que el impulso fiscal de Chile se ubica entre los más altos en una muestra de 38 países donde aparece liderando en 2021, seguido por Reino Unido, después que en 2020 estuvo entre los cinco países de menor impulso fiscal, medido en cifras OCDE como la diferencia en el déficit estructural de esos años respecto al anterior.