Eran los primeros días de julio cuando, tras la rotura de la ¡jaula, hubo un escape masivo de salmones del Atlántico en la zona del seno de Reloncaví. La empresa a cargo del centro de cultivo informó que cerca de650mil ejem-piares se fugaron hacia la vida libre y, aunque hasta ahora no existe evidencia suficiente en el país ni datos que permitan cuantificar el efecto, lo cierto es que esto podría ser un serio riesgo para la fauna nativa.

"El salmón del Atlántico es una especie camívora y pueden haber impactos ecosistémicos en el medioambiente y lo primordial es cuantificarlo", afirma el doctor Daniel Gómez, docente investigador de Departamento de Zoología de la Universidad de Concepción (UdeC)y director del Núcleo Milenioinvasar (salmones invasivos). De hecho, ese trabajo están desarrollando en este centro y cuenta que tomarán muestras mes a mes para estudiar qué va ocurriendo.

RIESGOS ECOSISTÉMICOS Para en tender la necesidad de abordar este fenómeno, precisa que los salmónidos (truchas y salmones) son especies introducidas al país y por tanto invasoras.
El concepto de invasión, aclara, es el proceso de colonización de nuevos ambientes, algo para lo que esta especie sería eficiente. "Ese es uno de los grandes riesgos que tiene el escape de 650 mil salmones, el establecimiento en nuestros sistemas acuáticos, porque si son en suficiente número, generan cardúmenes, el tiempo pasa y comienzan a madurar sexualmente, empiezan a buscar ríoso lagos para reproducirse y lo más probable es que, en los próximos años, se reproduzca y naturalice esta especie, es decir, complete su ciclo vital sin la ayuda del hombre", explica Según se sabe, en Chile no hay muchas poblaciones naturalizadas en la costa(donde se alimentan)ni en ríos o lagos (se reproducen en agua dulce), pero hay pecesque llevan décadas asilvestrados, como la trucha arco iris, trucha café o salmón Chinook, comenta Gómez. En éstas, afirma, "se han generado muchas interacciones con especies nativas, que son pecesmuy pequeños en tamaño que no pueden competir con otros que pueden alcanzar 50 y hasta 70 centímetros los más grandes. Por tanto, los desplazan de sus hábitats o se los comen. Ese es el impacto más potente que puede tener una especie invasora".

El salmón del Atlántico es considerado invasor en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá, y dada la magnitud del escape en Chile, si lograra establecerse, cree que hay un potencial real riesgo en los peces nativos. "Llegará un punto en que estos salmones empiecen a buscar alimento en el medioambiente de vida libre y comenzarán a comer pequeños peces presa, como la sardina común, entre otros, que son alimento de otros peces más grandes. Entonces, se puede generar una disrupción de las redes tróficas nativas", sostiene.

TENER EVIDENCIA
La importancia de monitorear lo qu.evaocurriend000nestossalmones es fundamental para saber qué hacer a corto plazo y para ir generando la necesaria evidencia que permita mejorar las estrategias a futuro. Es que hasta ahora la brecha en cuanto al conocimiento de cómo los salmónidos (truchas y salmones) afectan los ecosistemas en Chile es grande y disminuirla fue una de las inquietudes por las que nació "Invasal" el año pasado. Para ello, busca abordar el fenómeno integralmente, involucrando el trabajode investigación interdisciplinaria e interinstitucional de distintas universidades chilenas, incluida la UdeC, y una ONG, reuniendo a investigadores de distinta expertise, desde los que trabajan en peces y mamíferos marinos hasta sociólogos.

De hecho, Gómez releva la línea de investigación "socioecológica", debido a que en el país la presencia de salmónidos genera opiniones contrapuestas. "Hay una parte de la población, que incluye al Estado como impulsor de iniciativas como la pesca recreativa, que hoy han convertido al país en un destino importante para esta actividad que se sustenta en salmónidos, porqueChile no tiene pesca recreativa de especies nativas", cuenta. En otra vereda, añade, están quienes piensan que por ser especies invasoras deberían ser erradicadas de los ecosistemas para resguardar la biodiversidad nativa. "Entonces, ¿cómo actuamos?, ¿los dejamos?, ¿hay que erradicados?, ¿los podemos erradicar?", son algunas de las preguntas que se plantea Gómez y que también están buscando dilucidar en "Invasar.

De lo que hay certeza es que los escapes no son infrecuentes y muchas veces porque los lobos marinos rompen las jaulas, aunque los menos son de la envergadura del reciente que fue atribuido a un temporal Eso sí, un hecho similar sucedió en la década del '90.

Por tanto, hay que tomar medidas para evitar su recurrencia, lo que implica saberlas causas de los eventos y consecuencias, para así determinar las mejores estrategias. Y la evidencia científica es un factor que no se puede olvidar en esta ecuación. "La toma de decisiones tiene que estar alimentada por la ciencia. Uno de nuestros objetivos es influir en la gobemanza de estas especies, sobre todo cuando se hace la transición de la acuicultura a la vida libre, porque hay múltiples riesgos ecosistémicos y creo que el país tiene poca experiencia lidiando con este tipo de fenómenos", finaliza Gómez.