Recién ayer la Corte Suprema decidió por 11 votos contra 3 negarle al fiscal nacional, Jorge Abbott, su petición de destituir al fiscal regional de O’Higgins Emiliano Arias. Y sin perder tiempo, hoy su subalterno volvió a la carga para continuar, a través de los medios, la pelea pública con su superior.

Entrevistado esta mañana en T13 Radio dijo que esta semana pedirá que se revoque la su suspensión del cargo que ya se arrastra por 10 meses, agregando que fue víctima de una persecución ilegal, que en las investigaciones administrativas en su contra Abbott, como eventual juez, tenía diálogos impropios con su acusador (el también suspendido fiscal de Alta Complejidad de Rancagua, Sergio Moya) y que el fiscal nacional debilita las causas políticas al reasignarlas en distintas manos.

Una disputa, que según los académicos y expertos en el nuevo sistema de justicia penal, Cristián Riego y Mauricio Duce, perjudica al Ministerio Público cuando necesita relegitimarse socialmente, en medio de las investigaciones tanto por los crímenes y delitos cometidos en el marco de la protesta social, como de los abusos de fuerza y violaciones en contra de los derechos humanos cometidos por agentes del Estado.

El conflicto

La primera disputa por la prensa entre ambos se dio en 2016, cuando Arias investigaba el caso Corpesca y dijo en La Tercera que en la formación de la Ley de Pesca 'se cometieron delitos' y que investigaba 'más casos como el de Jaime Orpis'. Abbott —quien asumió el 1 de diciembre de 2015 prometiendo un pronto término de las causas políticas— lo sacó de la investigación.

Lo que siguió fue un enfrentamiento permanente entre ambos. Abbott comenzó a abrirle sumarios y Arias siguió dando entrevistas, abordando casos como los incendios de 2017, donde responsabilizó a CGE de uno de los siniestros, e Iglesias, donde habló de una pronta formalización de los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, lo que hasta hoy no acontece.

El 6 de mayo del año pasado Abbott decidió suspender de su puesto a Arias, quien enfrentaba acusaciones de dar entrevistas sin autorización, de filtrar datos y de no dar el apoyo requerido a una fiscal del caso Caval, entre otros hechos.

Los dardos de Arias

En T13 Arias explicó su versión sobre la victoria, pues el fallo está aún en redacción. Además reveló información que obtuvo mientras se desarrollaba su caso.

'Existía una comunicación permanente entre el fiscal Sergio Moya (con quien se han acusado de irregularidades) y el fiscal nacional. Justo al momento de la denuncia, por ejemplo, hay comunicación entre ambos en que (Moya) dice ‘escuche ahora la radio, que lo estoy denunciando’... Incluso hablaban de ‘yo creo que va a renunciar’, ‘sí, yo también creo que va a renunciar’. Aquel denunciante estaba hablando con la persona que iba a decidir el caso, porque (el fiscal nacional) es el juez', dijo Arias.

Y eso, añadió, 'con la agravante de que nuestras sanciones no son revisadas por ningún otro órgano de apelación... En este actos existe una persecución abusiva, ilegal y arbitraria'.

—¿Hay una guerra de egos?

—No sé si. Me he mantenido igual en cómo investigo y a quién investigo desde siempre y los problemas comenzaron con el cambio de administración (cuando salió Sabas Chahuán y asumió Abbott).

Fue entonces cuando, aludiendo al fiscal Moya, afirmó que 'el rol de quienes realizan denuncias falsas es infinitamente menor. Lo reprochable es aquellos que toman medidas que afectan a las personas en base a esas denuncias falsas y en este caso es el fiscal nacional, que me tiene suspendido casi diez meses en base a esas denuncias falsas, sobre las que era muy fácil corroborar su falsedad'.

Diferencias en casos de alto impacto

Luego Arias abordó un capítulo distinto: la forma en que según él Abbott debilita las causas políticas.

'Ha habido diferencias notables con la cabeza del ministerio público, porque ahí es donde se ha producido la reasignación de investigaciones sin importar el daño que aquello significa', partió diciendo.

—A usted le tocó Corpesca y sacerdotes. Esas causas las dividieron y ya nos las tiene... —le consultaron en T13 Radio.

—Es una facultad excepcional, que contempla la Ley Orgánica Constitucional, el que el fiscal nacional tome ese tipo de decisiones de reasignar causas a un fiscal distinto del que las debe conocer naturalmente y siempre se había utilizado muy excepcionalmente por otros fiscales nacionales para unir las causas, para fortalecerlas. Pero en este caso él ha dividido las causas. Cuando se me asigna Corpesca abro (las indagatorias) a otras pesqueras que tenían indicio de haber cometido delitos con aportes (a políticos) y se reasigna dividiendo la causa en Coyhaique, Concepción y Santiago. Entonces se produce un debilitamiento de la persecución política. No sé por qué el fiscal nacional hará eso. Las anteriores causas políticas las llevaba el fiscal nacional (Sabas Chahuán) con un equipo especial del que me tocó participar y cuando llega él (Abbott) las divide.

'Si tengo un asesino en serie que comete delitos en todas las capitales regionales, ¿cómo lo investigo? Con un solo fiscal, evidentemente. ¿Se debilita o se refuerza si divido la investigación en tantos fiscales como delitos cometió? Se debilita. Si eso es evidente. Las consecuencias de la división produce debilitamiento', finalizó.
Tiro por la culata

'No fue muy prudente que Arias optara por escalar el conflicto', comenta el experto en el nuevo sistema penal Cristián Riego. Su proyección es que esa actitud contribuirá a un mayor deterioro de la imagen institucional y 'de la capacidad de actuar como colectivo, cohesionado'. Y advierte que a Arias le puede salir el tiro por la culata: 'Reafirma la idea de que Abbott no ha sido capaz de liderar, pero tal vez esta forma agresiva y un poco destemplada puede conseguir que los fiscales terminen apoyando a Abbott'.

Al también experto en el nuevo sistema, Mauricio Duce, le preocupa que el fiscal regional 'no haya mostrado mucha preocupación por la institución' y que 'el rol del Ministerio Público es clave en la persecución delitos y violaciones Derechos Humanos post estallido y para ello necesitará mucha credibilidad'.

Abbott no quiso dar su versión.