Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-04-29
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B2
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS - Análisis
Centimetraje:   15x36
El Mercurio
SER O PARECER: REGULACIÓN EN GOBIERNO CORPORATIVO
De un tiempo a esta parte, y particularmente después de que la SVS publicó la denominada NCG 341 sobre estándares de gobierno corporativo (GC) como medida de fomento de la autorregulación —motivada principalmente por los diversos escándalos corporativos en nuestro país y por la inactividad del sector privado en autorregularse—, las voces solicitando un aumento de regulación han ido en aumento, lo que dio otro paso adelante con la dictación de la NCG 385, pasando de 19 a 99 prácticas las que el regulador propuso al mercado, con un marcado acento en el control.

Uno de los problemas de esto es que el mercado ha visto, desde su origen, esta supuesta autorregulación como la visión del regulador al respecto, con una muy baja tasa de adopción de dichas prácticas, inferior actualmente al 33%. Adicionalmente, un indicador relevante es que, contrario a lo que la intuición podría indicar —en el sentido que dicho porcentaje debería ir al alza en la medida en que las empresas conozcan dichas prácticas— el crecimiento es plano.

Sin embargo, más preocupante aún que un análisis cuantitativo de las respuestas, es el cualitativo, el que muestra que un porcentaje alto de las respuestas son idénticas, lo que confirma una reacción formal frente a la regulación que no se considera de ayuda (Godoy, Walker & Zegers, 2018). En resumen, existe más preocupación por parecer, que en ser, fundamentalmente, porque no se consideran buenas prácticas, lo propuesto por el regulador. Pero no son todas malas noticias. Cuando estamos hablando de posicionar a Chile como plaza regional del mercado de capitales, el contar con buenas prácticas de GC es un elemento fundamental, ya que permite bajar el costo de financiamiento. Por ello, si los emisores a nivel individual son capaces de ir más allá de la regulación y exigirse un estándar superior de comportamiento, definitivamente irá en beneficio de todos.

Sobre todo si, adicionalmente, el sector privado a nivel colectivo es capaz de autoimponerse estándares que, más allá de la regulación existente, suponga ir al corazón de las buenas prácticas, incentivando y asumiendo adecuadamente los riesgos de negocio que deben tomarse para generar valor para sus accionistas y stakeholders. Un ejemplo es la iniciativa desarrollada por ACAFI en generar un Manual de Buenas Prácticas, que sirva de orientación y apoyo para mejorar los estándares de GC en las administradoras de fondos, que va mucho más allá de la regulación. Ojalá se siga la tendencia en que, el ser es igual al parecer.
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MATÍAS ZEGERS RUIZ-TAGLE, PRESIDENTE EJECUTIVO CENTRO DE GOBIERNO CORPORATIVO UC-