SEÑOR DIRECTOR Preocupación ha generado la modificación, en el proyecto Ley de Fármacos II, del Código Sanitario que establece la obligatoriedad de recetar solo genéricos o por DCI.

Este cambio atenta contra la libertad de los médicos de prescribir y de los mismos pacientes a elegir libremente.

Existen innumerables ejemplos de medicamentos innovadores o similares preferidos por pacientes y médicos por tener un mejor efecto terapéutico y/o ayudar a disminuir efectos adversos. La marca constituye hoy la garantía de la promesa cumplida de un producto. Sin ella, se dificulta su identificación y preferencia.

En consonancia con esto –y, lo más grave a nuestro juicio- es que la prescripción exclusiva afectará la salud de los pacientes. Una proporción importante de los fármacos que se comercializa en el país aún no demuestra de manera completa su calidad, eficacia terapéutica y seguridad, como lo recomienda la OMS. Tampoco hay que perder de vista la posición dominante de las cadenas de farmacias, con sus laboratorios y marcas propias.

Este cambio propuesto por la Cámara de Diputados convertirá a la receta médica en un 'cheque en blanco', acentuando el poder de las cadenas al entregarles toda la decisión de compra en el mesón. Esperamos que en la discusión que se inicia en el Senado, estos factores se consideren para disminuir el gasto del bolsillo de los chilenos y que haya real acceso a medicamentos de calidad y tratamientos eficaces.