Una de las criticas que se le han generado al proyecto de protección del empleo es que no se hace cargo de los ingresos de los trabajadores independientes. La iniciativa que se despachó ayer del Congreso tiene por objetivo que el seguro de cesantía cubra los ingresos de los trabajadores mientras se mantenga la suspensión del contrato. De acuerdo con distintos expertos, uno de los problemas que se generaría a la hora de ayudar a este tipo de trabajador independiente es la alta informalidad que existe en el mercado laboral chileno, en comparación con países desarrollados.

En el 2018, de acuerdo a un ranking de la OCDE, el 27% de los ocupados chilenos estaba en situación de informalidad. Mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, esta situación bordea el 6% (ver infografía). 'Cuando los trabajadores son en general dependientes, como en Dinamarca, es más fácil en una circunstancia como esta llegar a ellos a través de las empresas', sostiene la economista de la UAI Andrea Repetto. La economista de la U. de los Andes Cecilia Cifuentes comenta que la informalidad es un problema de América Latina. 'Y dentro de la región la verdad es que la de Chile es bastante más baja. Países como Perú tienen más de la mitad de trabajadores en situación informal', plantea. Uno de los problemas de llegar a quienes trabajan por cuenta propia —comenta Repetto— es que se trata de un grupo muy heterogéneo.

'Ello incluye a vendedores ambulantes como a un profesional de la salud que atiende en una consulta', observa. ¿Cómo identificar a los trabajadores que necesitan apoyo? En Chile hay varios mecanismos que permiten llegar a ellos y dilucidar quiénes son y cómo viven, señala Repetto. 'Uno es el Registro Social de Hogares, que reúne información bastante detallada de los hogares en Chile, y que se usa para definir quiénes son los beneficiarios de los distintos programas sociales. Ahí debiesen estar quienes trabajan por cuenta propia en vulnerabilidad', plantea. Por su parte, David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, señala que si se quisieran mejorar los beneficios para este tipo de trabajadores, tal vez se les podría pedir que realicen un reporte sobre su actividad.

'Entonces en el camino vamos a tener un mecanismo para guiarnos, de cómo diferenciarlos simplemente de las personas extremadamente pobres, pero al mismo tiempo nos vamos a quedar con información que va a permitir a esas personas que incluso se les pueda entregar otras herramientas', plantea. Según Cifuentes, el problema no se genera a partir de identificarlos, sino que ayudarlos tiene un costo fiscal, ya que no hay fondos disponibles, como sí los hay en el seguro de cesantía.

'No tenemos un fondo creado para las emergencias de los trabajadores independientes', subraya. Ante la emergencia sanitaria por el coronavirus, países con niveles de desarrollo más alto que el chileno, como España, han optado por entregar subsidios directos a independientes. La medida se debería replicar en el país, señalan los economistas. 'No hay vuelta', señala Bravo. Esta opción compartida por Cifuentes, quien agrega otra dimensión. 'Uno podría pensar en planes tipo PEM y POJH, pero se tiene que pensar que tienen que ser tipos de trabajos en los que el tema sanitario no entre en peligro', subraya, pero remarca: 'Se podrían buscar alternativas de ese tipo, si esto perdura. Pero en el corto plazo, creo que esto tendrá que ser vía subsidio directo'.