SEÑOR DIRECTOR
Respecto de la columna de opinión de César Barros sobre los proyectos que buscan llevar agua a zonas de Chile que sufren escasez hídrica, quisiera aclarar lo siguiente:
Los proyectos Aquatacama y Reguemos Chile no son comparables ya que consideran caudales distintos tanto en las tomas como en las entregas de agua. Su cuadro comparativo es pues ilusorio.

El costo de impulsión atribuido a Aquatacama (nunca lo hemos expresado) es un cálculo arbitrario ya que no se puede estimar con una cifra única, igual para todas las entregas. Un estudio encargado por la Comisión Nacional de Riego de 2013 concluyó que, a un costo de 0,7 USD/m3 en costa más la impulsión a unos perímetros agrícolas identificados, se regarían 228.000 hectáreas nuevas con capacidad a pago para cultivos específicos.

Corto ha encargado un nuevo estudio titulado "Evaluación de una carretera hídrica nacional - Fase 1: inventario de oferta y demanda de agua" que dará cifras actuales de capacidad a pago y de potencial de riego suplementado. La Fase 2 evaluará en igualdad de condiciones el mejor método para satisfacer esas demandas, considerando la totalidad de las externalidades e impactos generados.

En ese proceso con base sólida tanto científica como éticamente, estoy seguro que nuestro sistema submarino será mejor evaluado por sus características económicas así como técnicas, ecológicas y políticas.

Lo importante es que Chile tome las medidas adecuadas para dar fin al importante lucro cesante que padece su agricultura nortina por falta de agua y así genere producción agrícola, empleos, riqueza, exportaciones e ingresos fiscales, entregándole a la economía nacional una alternativa de progreso diferente a la minería.