En momentos en que la sociedad chilena está comenzando a tomar conciencia de lo que es reciclar, un tema muy en boga es el de las botellas PET (desechables y retornables de bebidas, jugos, aguas y otros líquidos, como el aceite).

Hay estimaciones de que sólo un 10% de los envases que sale al mercado se recicla y que gran parte de esa recuperación proviene de los procesos postindustriales (tasas sobre el 30%), mientras que el reciclaje domiciliario apenas llega al 5%.

Por lo anterior, es importante saber por qué es tan significativo reciclar botellas PET y qué se hace con ellas después de que son utilizadas.

Al respecto, Felipe Dutilh, gerente general de Typack-Recipet, una de las empresas recicladoras de plástico tipo PET más grande del país, nos explica todo el proceso, paso a paso:
"Una familia puede llegar a consumir entre 15 y 30 envases PET por semana, los que tras ser recolectados, gracias a las familias o a las empresas, pasan por una ruta de reciclaje que los transforma en otro tipo de empaques', señala Felipe.

"A Recipet llegan las botellas a granel o compactadas en fardos y luego se revisan, se pesan, se separan por colores y se trituran en un molino que convierte el recurso en pequeñas hojuelas", agrega.

Después viene el proceso de lavado, que se realiza en grandes tinas que remueven cualquier resto de material contaminante. Posteriormente, se aplica el centrifugado y secado para remover la humedad.

"Luego el PET es trasladado internamente a Typack, donde es cristalizado y convertido en un rollo plástico de, aproximadamente, 600 kilos, cuyas láminas son transformadas en envases para la industria alimentaria", indica el ejecutivo de Typack-Recipet.