El problema de la basura no conoce fronteras. Conocido es el caso de la llamada isla de basura del Pacífico, masa gigante de desechos que flota sin rumbo entre Hawái y California, compuesta por casi dos billones de piezas de plástico y que pesa unas 80.000 toneladas métricas, según información de la Fundación Ocean Cleanup. Para tener una idea de lo grande que es esta pila de basura oceánica, su extensión es de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, es decir, ya tiene casi el tamaño de todo México (1,9 millones de km2). Es tal la magnitud del problema, que los científicos temen que pronto se transforme en un continente propiamente tal. ¿Cómo se formó esta isla de desechos? Debido a la combinación de corrientes marinas del Pacífico Norte —que se mueven de manera circular entre Asia y Norteamérica— con la basura que es vertida indiscriminadamente desde los continentes al océano. Si bien esta isla de basura no está cerca de nuestro país, sus efectos sí se han podido sentir en parte de nuestro territorio.

Es el caso de Isla de Pascua, donde cada día nuevos desechos arrastrados por las corrientes marinas llegan a sus costas. Según datos extraídos del tercer Muestreo Nacional de Basura en las Playas —realizado por la Universidad Católica del Norte—, un 75% de los desechos que se retiran de la línea costera de Rapa Nui corresponden a algún tipo de plástico que proviene de los continentes que la rodean. Ese porcentaje supera ampliamente el promedio nacional de playas chilenas, que en su peak, alcanza el 50% de residuos plásticos. Frente a esta preocupante realidad, la municipalidad de la isla desarrolló años atrás un ambicioso plan para manejar la basura que les llega a diario a sus costas (con especial énfasis en el plástico), transformando así a las playas de Rapa Nui en las primeras de Chile en contar con un programa de manejo de residuos y reciclaje. Este plan no solo se preocupa de la basura costera, sino que se aplica para todos los desechos de la isla, educando a la comunidad sobre la importancia del reciclaje y la limpieza del entorno donde vive. Así, durante 2018, Isla de Pascua logró reciclar más de 35 toneladas de botellas plásticas tipo PET que fueron ocupadas por los habitantes de la misma localidad y también arrastradas por las corrientes marinas hacia Rapa Nui.

Esto fue posible gracias al trabajo mancomunado entre las autoridades y la comunidad, y a la creación de la Planta de Acopio de Orito (que además de plástico, se hace cargo de la separación de latas, cartones y otros materiales). Una vez que las botellas plásticas son recolectadas y aisladas del resto de la basura, se crean fardos, los cuales son llevados de vuelta al continente para ser procesados en la planta de reciclaje Recipet para así ser reutilizados en otros productos. No todo el plástico recolectado en la isla viaja de vuelta, ya que sus habitantes salen a recolectar ese tipo de material que llega a las playas y luego lo reutilizan para hacer obras de arte o pequeños souvenirs que son vendidos a los turistas. La comunidad se ha unido también para colar la arena y eliminar el microplástico que contamina su borde costero. Así, la gente de Rapa Nui está cumpliendo uno de los principales objetivos de la unidad de reciclaje de la municipalidad: lograr que todos los residuos que ingresan a la isla sean devueltos al continente para ser reutilizados, y si eso no es posible, darles un uso sustentable en la comuna.

Buzos recolectores de basura

A falta de directrices gubernamentales concretas para la limpieza tanto de las playas como del mismo mar que nos rodea, han sido iniciativas particulares las que han tratado de combatir la contaminación que sufre el borde costero chileno con sus más de cuatro mil kilómetros de extensión. Una de estas cruzadas personales nació en la V Región, específicamente en Zapallar, donde una alianza entre el conocido restaurante de Cachagua, Casa Las Cujas, y una marca de automóviles, permitió que un grupo de personas se reuniera con la misión de limpiar el fondo marino de esa turística localidad mediante el buceo. 'Nosotros siempre nos metemos a bucear por el sector durante el verano y el año pasado nos dimos cuenta de que en toda esa parte de la costa, vale decir, Zapallar, Cachagua y Maitencillo, el fondo marino estaba muy contaminado. La gente no ve eso, porque el problema está bajo el agua. En ese sector hay mucha corriente y los desechos son arrastrados hasta ahí. Así que el año pasado, con unos pocos amigos, decidimos bucear y sacar algunos de esos desechos del mar. Este año quisimos hacer más visible el tema y que la gente tomara conciencia de lo contaminado que está el mar por nuestras propias acciones', explica sobre la iniciativa Max Raide, dueño de Casa Las Cujas.

Neumáticos de tractor, partes de inodoros, chimeneas, carretillas y tubos gigantes de PVC son algunas de las insólitas cosas que el grupo de limpieza sacó del fondo marino durante su última actividad. 'El problema que vemos nosotros es que en las caletas no hay mucha conciencia sobre la contaminación y los pescadores botan basura al mar. Por ejemplo, en nuestra última pasada, sacamos algunos neumáticos y dentro de ellos habían jaibas. Incluso en uno de ellos, una de las jaibas se estaba comiendo el neumático. Esa es la misma jaiba que después la gente se va a comer en los restaurantes de la zona. Lo mismo pasa con los camarones, que son muy carroñeros y que comen todo lo que está en el fondo marino, incluida la basura. Estamos destruyéndoles el hábitat a nuestros animales marinos. Queremos generar un cambio y crear conciencia, por eso es que hacemos esto. Esperamos que esto se amplifique y que la limpieza se pueda replicar en todo el país', apunta Raide.